XXVI A principios del verano

Estamos buscando algún signo,

pero nada se manifiesta.

Suzanne Vega

Felicidad, felicidad, ¿qué es la juventud?

Suede


El 8 de mayo, un avión de combate de los Estados Unidos bombardeó la embajada china en Yugoslavia. Tres bombas atravesaron cinco pisos hasta el sótano. Tres periodistas de Noticias de Referencia y del diario Claridad murieron en cumplimiento de su deber, además hubo más de veinte heridos. Ese día a las cinco de la tarde estudiantes de varias universidades de Shangai se reunieron fuera del consulado de Estados Unidos en la calle Urumuqi. Con pancartas en las manos gritaban: "Estamos en contra de la violencia de la superpotencia", "Apoyamos la soberanía y la paz". Huevos y botellas de agua mineral, como si tuvieran alas, entraron en el consulado, llegaron cada vez más estudiantes y la protesta duró hasta el día siguiente.

Madonna con un grupo de extranjeros, estadounidenses y europeos, fueron a mirar y tomaron algunas fotos, que luego me mostró. Lo que me llamó la atención en las fotos fue una pareja de enamorados, estudiantes del Instituto de Teatro de Shangai, cada uno sostenía una pancarta que decía: "Soberanía", "Peace".

Madonna me dijo que estuvieron parados como estatuas más de una hora, la chica de ojos grandes y cejas gruesas parecía una joven de los años cincuenta o sesenta, ambos vestían igual.

Johnson, un amigo de Madonna, sacó un fajo de billetes de dólar del bolsillo y se lo regaló a los estudiantes para que los quemaran.

– Esperemos que no haya guerra -dijo Tiantian preocupado. Connie, su madre, era de nacionalidad española y Mark, mi amante secreto, era alemán, y tanto España como Alemania pertenecían a la OTAN, además Madonna estaba rodeada de gringos que no pensaban más que en divertirse.

El 9 de mayo, los mercados de valores de Shangai y Shenzhen se desplomaron y el Kentucky Fried Chicken de la plaza Wujiao de Shangai cerró sus puertas. Desde esa noche un ejército de hackers atacaron innumerables sitios de Internet de los Estados Unidos; el Departamento de Energía, el Departamento de Asuntos Internos y otros fueron invadidos, además en la página principal del Departamento de Energía colocaron fotos de las víctimas y de la bandera de China. La página de la OTAN, http://NaTo.org, fue cerrada.

El 10 de mayo, en el canal IBS en inglés de Shangai, en una transmisión especial durante el noticiario de la noche sorpresivamente vi la cara de Mark. Él, en representación de su empresa, lamentó el trágico incidente y pidió disculpas a las familias de las víctimas. También salieron representantes de otras multinacionales como Motorola, Volkswagen e IBM.

Cuanto terminamos de ver la televisión y Tiantian se fue a bañar, le hablé a Mark, me dijo que me amaba, que me besaba y me deseó dulces sueños.


Mi novela aún estaba en veremos. Era como cuando quieres hablar de negocios en una cafetería, pero no te puedes concentrar, hablas y hablas de manera dispersa, y sin querer observas la gente y el paisaje fuera de la ventana. Claro, no es muy apropiado comparar la escritura de mi novela con la charla de negocios con un extraño en una cafetería, ¿cómo iba a ser posible? Si un día escribir se convirtiera en un trabajo forzado, seguro que lo abandonaría.

Deng y el Padrino, por separado, me llamaron por teléfono, la segunda edición de El grito de la mariposa estaba a punto de salir, estaban preparando la promoción de la novela. Para promocionar el libro, organizaron charlas y ventas y firmas del libro en la Universidad Fudan, en la Universidad Normal del Este de China y en la Universidad Normal de Shangai, en los periódicos y las revistas también habría anuncios al respecto. Deng además me dio una lista de editores de revistas de moda, dijo que todos querían que yo escribiera un pequeño artículo sobre algo actual para apoyar la novela, pagaban muy bien y mi imagen no se dañaría.

De pronto, sin quererlo, Deng se había convertido en mi representante, pero aún no lo decía con claridad y yo tampoco le pagaba, no entendía por qué ella era tan entusiasta conmigo, la única explicación era que ella era noble y se preocupaba por mi novela (un escritor es como las acciones de la bolsa, de acuerdo a su desarrollo pueden subir o bajar).

Mi novela no prosperaba pero Tiantian producía con gran rapidez dibujos y bosquejos, así que había que esperar los progresos de mi novela.

La Araña me vendió una Pentium II y me instaló gratis un módem y otros programas y juegos. Así, cuando no teníamos qué hacer, Tiantian y yo jugábamos en la computadora. Tiantian jugaba a El Imperio Contraataca, y yo escribía poemas o contestaba los mensajes de mis amigos incluyendo los de Shamir y Mark en inglés.

– Busca un motivo para juntarnos, extraño a mi Tiantian -me dijo Madonna por teléfono con su voz ronca-, te voy a leer un poema:

"…Los días pasan pesadamente lentos, el corazón sumergido en agua tibia sufre el tormento de este instante maravilloso, los ojos lastimosos del amado observan en el espejo cada nueva arruga, al despertar jamás podré volar a ciento ochenta kilómetros por hora para ira la playa, estoy viva pero he muerto."

Cuando terminó de declamar, soltó una gran carcajada:

– Escribí esto hoy al despertar, ¿no está mal, verdad? Los verdaderos poetas no están en los círculos literarios sino en las camas enloquecidas.

– Estoy perdida, en estos días no he escrito ni una palabra -le confesé.

– Por eso deberías de organizar una fiesta, para remover las nubes de moho y espantar la mala suerte, además del vino, la música, los buenos amigos y el desenfreno ¿acaso hay otra opción?

Hice muchas llamadas:

– En agosto no pasa nada interesante, así que por las pinturas que Tiantian ha hecho últimamente, por la novela que no puedo concluir, por la amistad, la salud y la felicidad, los invitamos a nuestra fiesta "1+1+1" -repetí en cada llamada.

Un día antes de la fiesta recibí una llamada inesperada de Pekín, era de aquel hermoso baobei, Fei Pingguo, el estilista bisexual que se autoproclamaba rompedor de corazones femeninos y masculinos. Dijo que ese día volaría a Shangai para encargarse del maquillaje y el peinado de las modelos en una reunión promocional de la marca Sassoon.

– Ven -le dije contenta-, tengo una fiesta más interesante.

Esa noche a las ocho y media la fiesta "1+1+1" se llevó a cabo en nuestra casa.

"1+1+1" quería decir "una persona, una rosa, un poema". Preparé con mucho esmero todos los detalles de esa fiesta, depuré cuidadosamente la lista de los invitados, debía haber proporción entre las mujeres y los hombres, además no invité personas muy serias sin ningún sentido del humor, para no arruinar el ambiente de la noche, afortunadamente estos amigos eran bastante relajados, amantes de los placeres y románticos. Arreglé un poco la casa, no tenía que esmerarme mucho, finalmente al día siguiente me despertaría en medio de un caos total.

Tiantian estaba de muy buen humor, vestido de tafetán blanco a la manera tradicional china, que lo hacía parecer un hermoso joven efebo iluminado por la luna de las islas de la antigua Grecia.

La puerta se abría, los amigos llegaban uno tras otro. Abrazaban a Tiantian y luego se sometían a mi inspección para ver si traían los pequeños regalos que habíamos pedido. Zhusha y Dick fueron los primeros, Zhusha estaba espléndida, con su vestido rojo claro de tirantes delgados, se parecía un poco a Gwyneth Paltrow, la protagonista de Shakespeare apasionado, que ese año había ganado el Oscar por la mejor actuación femenina. Parecía más joven que la última vez que la había visto, la nueva casa ya estaba remodelada, Dick se había mudado y vivían juntos.

– Los cuadros de Dick se venden muy bien en la Galería Qingyi, el próximo mes se va a Venecia y Lisboa para participar en una exposición internacional -dijo Zhusha sonriendo.

– ¿Por cuántos días te vas? -le pregunté a Dick.

– Tres meses más o menos -dijo. Ya se había cortado su pequeña cola de caballo. Fuera del anillo de calavera en la mano derecha, parecía un impecable oficinista, seguro que eso era en parte obra de Zhusha. Yo creí que no iban a durar más de tres meses juntos, pero demostraron ser muy compatibles.

– Quisiera ver tus cuadros -le dijo Tiantian.

– Primero déjame ver tus pinturas -dijo mostrando con la mano una acuarela colgada en la pared-. Es una verdadera lástima que no las exhibas en alguna galería.

– Ya lo hará -le sonreí a Tiantian.

Madonna apareció junto a un joven de los Estados Unidos. Por lo visto el policía Ma Jianjun ya había pasado a la página anterior de su larga historia amorosa. Sus amores se edifican encima de una y otra ruptura.

Madonna como siempre, con su cara muy blanca y un cigarro colgando de la mano, vestía una camisa negra muy ajustada, pantalones de brocado azul zafiro y botas de plataforma de goma, todo era de Gucci. Los anteojos oscuros que usaba la hacían especial, aunque un poco afectada (todos los que usan lentes oscuros a la noche se ven algo afectados). Nos presentó a un rubio, un chico estadounidense parecido a Leonardo Di Caprio, era uno de los que había organizado la protesta frente al consulado, "Johnson". -Luego apuntando con la mano dijo:

– Cocó, Tiantian.

– Johnson no trajo el poema -dijo Madonna- pero ahora haré que escriba uno. -Me sonrió maliciosa. -¿Sabes cómo nos conocimos? En el programa de la Televisión Oriental de Shangai para solteros Encuentros sabatinos. Él era el jefe del grupo número seis de los hombres anfitriones y yo era la jefa del grupo número tres de las mujeres anfitrionas. En realidad eran juegos tontos para gente aburrida, pero como sucedían ante las cámaras resultaban excitantes. La chica que coordinaba el grupo número tres, no sé dónde la había conocido, pero ella decía que me conocía y me pidió ser su anfitriona. Así pasamos todo el día grabando y fue cómo conocí a Johnson, él habla muy bien el chino, verán que enseguida va a escribir un poema corto como Li Bai. -Reía.

Johnson era algo shy, precoz y adorable, como debió de haber sido Leonardo Di Caprio antes de que se hiciera famoso.

– Nadie se puede enamorar de mi tesoro, porque yo soy muy celosa -reía Madonna. Cuando ella encontró a Zhusha y Dick, no hubo nada incómodo, abrazó con mucho entusiasmo a Zhusha y habló con Dick. Cuando una mujer tiene un nuevo amante, espontáneamente muestra una gran amplitud de criterio, y deja pasar muchas cosas, en lo que se refiere a la inconstancia la mujer no le pide nada al hombre. Un nuevo amor es básico para recuperar la autoconfianza femenina.

Luego vino la Araña acompañado de un estudiante extranjero de Fudan. Abrazó a Tiantian, luego me abrazó a mí y me besó como un loco. Dijo:

– Él es Yisha, de Serbia. -Al escuchar eso me puse en alerta, él tenía una expresión que mostraba que nunca había sido feliz, pero cortésmente me besó la mano y me dijo que yo era muy famosa en Fudan, que muchas chicas después de leer mis novelas querían ser escritoras como yo, y que él también había leído mi libro El grito de las mariposas.

Me conmovieron mucho sus palabras y las huellas de dolor en su cara por la pérdida de seres queridos y la destrucción de hogares. Sin proponérmelo me preocupé, si él se entera que en este cuarto hay un yanqui, ¿se pondría furioso y lo destrozaría? Los estadounidenses arrojaron miles de toneladas de pólvora en el cielo de la Federación Yugoslava, y un sinnúmero de mujeres y niños desaparecieron por ello, si fuera yo seguro que saltaría y destrozaría al primer estadounidense que se me presente.

– Siéntate donde gustes -le dijo Tiantian-, hay mucha comida y bebida, sólo te pido que no vayas a romper tan pronto los vasos y los platos. La Araña musitó:

– Si hubieran usado cosas de plástico no se romperían tan fácilmente.

Luego aparecieron en la puerta los editores. El Padrino, mi amor secreto de los años en Fudan, llegó con unos amigos trayendo rosas y poemas publicados hace cuatro años en Fudan en Cultivos de poesía. Se los presenté a Tiantian, era muy buena para presentar a la gente, es como preparar cócteles o pasar rápido de una película a otra.

Por último llegó Fei Pingguo con unas modelos glamorosas, todas eran sus compañeras de trabajo. Eran esas hermosas mujeres que se pasan la vida en programas de televisión, en cócteles, lejos del alcance de la gente común y corriente, pueden ser vistas y deseadas pero no tocadas, como los peces dorados de los acuarios.

El cabello de Fei Pingguo estaba tan colorido como el plumaje de un pavo real, parecía una pintura cubista, llevaba lentes de un bonito armazón negro (aunque no era miope), vestía una remera D amp;G y unos pantalones ajustados en blanco y negro. Encima de los pantalones, alrededor del talle, usaba una delgada tela tailandesa estampada en rojo oscuro en forma de falda, pero mucho más sexy. Su piel era blanca, pero no fría, dulce, pero no empalagosa, nos abrazamos y nos besamos ruidosamente.

Tiantian copa en mano nos miraba de lejos sin acercarse, sentía un miedo extraño ante los bisexuales o los gays, sólo podía tolerar a los heterosexuales y las lesbianas.

Todos charlaban amenamente bajo la luz tenue, y con el fondo de la música electrónica. De vez en cuando copa en mano alguien se paraba ante los dibujos de Tiantian. Fei Pingguo de pronto hacía gestos exagerados, como si las pinturas le provocaran verdaderos orgasmos.

– Me estoy enamorando de tu novio -me dijo en voz baja.

Golpeé la copa con mis llaves anunciando que la fiesta "1+1+1" empezaba oficialmente. Les dije que la rosa la tenían que regalar a la persona más hermosa según cada quien (podía ser del mismo sexo o del sexo opuesto) y el poema lo tenían que ofrecer a la persona más inteligente, según cada quien (podía ser del mismo sexo o del sexo opuesto). Las estadísticas decidirán quién es la persona más bella y quién la más inteligente. Y si están de acuerdo podrán ofrecer su cuerpo a la persona que más desean (puede ser del mismo sexo o del sexo opuesto). Claro que este tercer programa puede ocurrir después de la fiesta, aunque mi casa es grande, yo no podía determinar con anticipación qué rumbo tomaría la fiesta.

Cuando terminé de anunciar con toda claridad las reglas de la fiesta, el lugar estalló en chillidos, silbidos, zapateos, ruido de vasos rotos que invadieron el lugar y casi tiran abajo el techo. A Ovillo, que estaba roncando en ese momento, casi le da un infarto y salió como una flecha hacia el balcón.

– Va a suicidarse -gritó con voz chillona una de las chicas que había venido con Fei Pingguo.

– No. -La taladré con la mirada, no me simpatizaban las chicas con voz chillona que usan ese tono de hembra delicada por cualquier cosa. -Bajó por los tubos para dar un paseo.

– Tu gato es lo máximo -reía Fei Pingguo, en este ambiente tan excitante él parecía pez en el agua, era justo lo que buscaba, pertenecía a esa nueva generación que jamás puede detenerse en la búsqueda de placer y excitación.

– Y ¿cómo se te ocurrió este juego? -reía tontamente la Araña, tenía dos cigarrillos de filtro blanco insertados detrás de las orejas, parecía un carpintero de un grupo de obreros de la construcción.

– ¿Y si te quiero ofrecer mi cuerpo a ti? -Madonna entrecerraba los ojos pretendiendo bromear.

– Inténtalo. -Yo también entrecerré los ojos, tomar vino tinto, fumar puro y escuchar música tecno te hace sentir tan bien.

– ¿Y si quiero ofrecer mi cuerpo a tu novio? -dijo Fei Pingguo mordiéndose los labios, con enorme gracia.

– Tengo derecho a rehusarme -contestó Tiantian con mucha calma.

– Sí, todo es de mutuo acuerdo, pero no creo que nadie se niegue a recibir la rosa o el poema -sonreí-, así es más seguro, como en el paraíso, sólo relájense y traten de divertirse lo más que puedan. ¿Quién comienza? Madonna, querida, empieza tú.

Aún tenía sus anteojos oscuros, pero ya se había sacado los zapatos y andaba descalza. Sacó una rosa del ramo que se había formado en un florero:

– La rosa es para el más bello, Tiantian, el poema es para la más inteligente, Cocó, en cuanto a quién ofreceré mi cuerpo, vamos a esperar un poco para ver cómo se desarrollan las cosas, la noche es joven y apenas he comenzado a beber, cómo saber ahora con quién voy a pasar la noche. -Le arrojó la rosa a Tiantian, que estaba sentado en el piso y luego sacó de su bolsa una hoja, se acomodó los lentes sobre la cabeza, se apoyó en una rodilla y con exagerados ademanes teatrales empezó a leer su poema: "Eso no es tuyo, no lo beses, déjalo…". Cuando terminó de leer, todos aplaudieron, y yo con un beso al aire le expresé mi agradecimiento.

El siguiente fue Johnson. Le regaló la rosa a la mujer más hermosa según él, a mi prima Zhusha; el poema era para Madonna, la mujer más inteligente, era un poema muy corto: "Joven hermosa, vámonos lejos juntos, los pingüinos nos invitan a beber el agua del Polo Norte, ¿acaso no es eso la felicidad?". En cuanto a la ofrenda número tres, él también dijo que decidiría luego. Madonna le preguntó:

– ¿Acaso te gustó la señorita Zhu? Los chinos decimos: "El amor entra por los ojos", si te parece la más hermosa, seguro que te enamoraste de ella. -Johnson enrojeció.

Todo ese tiempo Zhusha y Dick estuvieron tranquilamente abrazados sentados en una esquina del sillón. Zhusha, elegante y encantadora con una copa en la mano, miraba cómo los demás enloquecían y gritaban desaforados. Su temperamento y porte eran tan distintos a los de Madonna, las dos eran como el agua y el fuego. Madonna con un tono extraño dijo:

Don't worry, tú eres un ciudadano norteamericano libre, tienes derecho a querer a cualquier mujer. -Dick los oía hablar y, sin atreverse a abrir la boca, abrazaba fuertemente a Zhusha. -Querida, es bonito que te quieran, además, tú eres verdaderamente encantadora.

– En esta fiesta no se permiten envidias ni provocaciones, al jugar hay que hacerlo con gusto -dije.

– Por supuesto -dijo Fei Pingguo desde mi espalda, abrazó mi cintura y se apoyó en mi hombro. Tiantian miraba sin querer ver mientras concentrado cortaba la punta de un puro. Golpeé el pecho de Fei Pingguo:

– Te toca querido.

– La rosa es para el más bello y ese soy yo, el poema es para la más inteligente, Cocó, y ofrezco mi cuerpo a quien pueda despertar mis deseos, sea hombre o mujer, no importa. -Mientras hablaba, acomodaba su falda frente el espejo del armario:

– De veras soy muy hermoso.

– Sí, lo eres -lo secundaron las modelos mientras lo abrazaban, como hermosas mujeres convertidas en serpientes que abrazan una enorme manzana.

– Si nadie me regala una rosa, me sentiré muy apenado, así que es mejor que yo me regale una a mí mismo. -Insertó la rosa en su boca y al ritmo de la música, estiró los brazos como si fuera a volar, se veía coqueto y gracioso, su mentón le daba un toque diabólico.

– Te regalo mi rosa porque yo también pienso que eres el más hermoso -dijo de pronto el serbio con un chino impecable-, el poema es para mi amigo la Araña, es un experto en computadoras, es el hombre más inteligente que conozco. En cuanto a mi cuerpo, claro que se lo ofrezco al hombre más hermoso. -Todos voltearon la mirada hacia Yisha como si vieran a un extraterrestre.

Alguien se rió, era el norteamericano Johnson. Yisha de pronto se levantó y se sacudió las cenizas:

– Te parece muy chistoso, ¿verdad? -Miraba penetrante a Johnson.

– Perdón -Johnson seguía riendo-, perdón, es que no me pude aguantar.

– ¡Igual que sus aviones, que no se pueden aguantar y bombardean a mi país! ¡Igual que su ejército, que no se puede aguantar y mata a gente inocente! What a lie! ¡Yanquis! De sólo pensar en ustedes me dan ganas de vomitar. En todo se quieren meter, desvergonzados, inmorales, gente primitiva, vulgar e inculta, sólo son unos arrogantes y megalómanos. You motherfucker!

Johnson también saltó.

What the hell are you talking about? ¿Qué tengo yo que ver con esos jodidos aviones que lanzan bombas? ¿Por qué me insultas?

– Porque eres un yanqui motherfucker.

– Ya, ya, ya, está bien, tomaron mucho, no se exalten -saltó la Araña y se puso a separarlos. El Padrino estaba sentado en medio de varias modelos, y sin meterse en lo que no le importaba seguía acaparando la atención de las damas con sus trucos de cartas muy bien aprendidos. Pero ellas de pronto levantaron la mirada y se pusieron a ver al par de extranjeros enrojecidos que peleaban rechinando los dientes. Moralmente ellas estaban con el serbio, pero desde el punto de vista estético estaban con Johnson que se parecía a Leonardo Di Caprio.

– Peleen para arreglar el asunto -los incitaba Madonna riendo, la aterrorizaba la falta de desorden. Fei Pingguo también se acercó y agarró a Yisha, todo empezó porque él había dicho que lo quería, así que Fei Pingguo estaba conmovido.

– ¿Quieren un baño de agua fría? -les preguntó Tiantian, en sus palabras no había ni una brizna de burla, salieron de su noble y bondadosa alma. Según él, el baño era la solución a todos los problemas, la bañera era como el útero materno, tierra de felicidad, calidez y seguridad. Purificar el cuerpo y el alma con un baño, te aleja del polvo, del ruidoso rock amp; roll, de las bandas y vagabundos, de los problemas que te agobian, del sufrimiento amargo.

Los conflictos internacionales se calmaron, la fiesta siguió. Tiantian me regaló a mí su rosa, su poema y su cuerpo. Yo también le ofrecí todo a él. Madonna riendo se burlaba:

– ¡Ay sí! en público son una pareja muy devota, ¿no son asquerosos?

– Disculpa, no quisimos provocar tus celos -Tiantian esbozó una sonrisa, yo sin embargo me enojé.

Madonna y Zhusha sabían lo mío con Mark, ¿pero cómo podía confesarle eso a Tiantian? Y más cuando él me da algo que Mark no puede, a ellos dos no se los puede comparar. Tiantian con su amor y su cercanía penetra partes de mi cuerpo a las que Mark jamás podrá alcanzar. No reconozco ser voraz y egoísta en ese aspecto, reconozco sin embargo que no me puedo controlar y siempre busco excusas para justificarme a mí misma.

– No puedo perdonármelo -le dije alguna vez a Zhusha.

– En realidad tú siempre te lo perdonas -fue su respuesta.

– Sí. Así es.

Zhusha y Dick también se regalaron mutuamente las tres ofrendas. La Araña, el Padrino y sus dos amigos me regalaron sus poemas a mí (afortunadamente, me convertí en la persona más inteligente de la noche, recibí poemas olorosos y apestosos, como: "Tu sonrisa resucita muertos, es de excelente calidad". Otros eran elogiosos, como: "Ella parece acero rizado, no parece un ser vivo…" Algunos parecían reales: "Ella ríe, ella llora, es verdadera, es una ilusión…" (este sí coincidía, me describía bien). De los cuatro hombres que les ofrecieron las rosas y los cuerpos, con gran placer y regocijo, a las modelos que trajo Fei Pingguo, tres y medio eran discípulos de Fudan. El medio claro que era la Araña, a él lo echaron de la escuela en la mitad.

Los cuatro discípulos de Fudan flirtearon con las hermosas modelos, en el departamento había sillón, cama y alfombra. Seguro que podían acomodarse.

Dick observaba los cuadros de Tiantian colgados en la pared, Zhusha y yo conversábamos sentadas frente a un plato lleno de frutillas:

– ¿Has visto a Mark últimamente? -me preguntó en voz baja sin mirarme.

– Sí. -Suavemente mecía mis piernas, Tiantian acababa de poner un disco de acid jazz, la habitación estaba en desorden total, los ojos de todos empezaban a parecer huevos fritos, nadie estaba sin hacer nada, cada uno se divertía a su modo.

– ¿Por qué me lo preguntas? -Me di vuelta y la miré.

– En la empresa hay rumores, se dice que Mark regresará pronto a las oficinas centrales de Berlín.

– ¿De verdad? -Traté de aparentar que no pasaba nada, el líquido de una frutilla demasiado agria se esparció por mi lengua provocándome náuseas.

– Tal vez debido a su excelente desempeño en China fue promovido y regresa a las oficinas centrales de Berlín para ocupar un puesto importante.

– … Quién sabe, tal vez sea cierto. -Me levanté y pateé una revista que estaba en el piso y un almohadón de satén rojo con flores bordadas. Salí al balcón. Zhusha me siguió:

– No pienses demasiado en eso -me dijo en voz baja.

– Cuántas estrellas, qué belleza. -Levanté la cara y miré las estrellas. Las estrellas en el vacío profundo y helado parecían pequeñas heridas de las que brotaba sangre plateada, si tuviera alas, volaría hasta allá y besaría cada una de esas heridas. Cada encuentro sexual con Mark me proporcionaba esa sensación de elevamiento acompañada de un leve dolor.

Quería creer que el cuerpo y el corazón de una mujer se pueden separar, si los hombres pueden lograrlo ¿por qué las mujeres no? Pero en realidad me di cuenta de que cada vez pensaba más en Mark, en esos momentos mortales y maravillosos que pasamos juntos.

Zhusha y Dick se despidieron y se fueron. Antes de partir, Zhusha se acercó a Johnson y se despidió agradeciendo la rosa que él le había ofrecido. Johnson no estaba muy contento, se había peleado con el serbio y ahora la hermosa Zhusha se despedía. Madonna lo agarró y le sugirió ir al balcón para ver las estrellas.

Esa noche reinó el caos, un desorden fuera de control. A las tres de la madrugada Fei Pingguo se llevó al serbio a su hotel, el Nuevo Jinjiang. El Padrino, la Araña y sus amigos se revolcaban con las modelos en el otro cuarto. Madonna, Tiantian y yo dormimos en la cama de nuestra habitación, Johnson se durmió en el sillón.

A las cinco de la madrugada me despertaron los ruidos de varias personas al mismo tiempo. En el cuarto de al lado una mujer gritaba histérica como las lechuzas que aúllan en los techos durante la noche. Madonna se había pasado al sillón, su delgado cuerpo desnudo se enredó alrededor de Johnson como una gran serpiente blanca. Tenía en su mano derecha un cigarrillo, e inhalaba una pitada ocasional mientras envolvía a Johnson.

Los miré fijamente por un rato, ella de veras que era increíble, era muy especial. Cambió de posición, y al darse cuenta de que la miraba me mandó un beso como diciendo que si quería podía unirme. Tiantian de pronto me abrazó con fuerza, él también estaba despierto. En el aire flotaba un olor a adrenalina, a cigarro, a vino y a sudor, suficiente como para asfixiar a la gata.

En el aparato de música todo el tiempo sonaba la misma canción, Green Light, nadie podía dormir, Tiantian y yo nos besábamos en silencio, nos besábamos profundamente sin parar, cuando acabaron los suspiros de Madonna y Johnson nosotros nos dormimos abrazados.

Cuando nos despertamos aquél mediodía todos habían desaparecido sin dejar ni un rastro, ni una nota. En el suelo, en la mesa, en el sillón había restos de comida, de cenizas, cajas de anticonceptivos vacías, toallas de papel sucias, un zoquete apestoso y una bombacha negra. Una escena de horror.

La fiesta 1+1+1 había diluido mi lamentable estado de ánimo, además, como dice el dicho, todo lo que llega a su extremo inevitablemente regresa a su opuesto, así que tiré la basura, limpié la casa y me preparé para iniciar de nuevo mi vida.

Luego de pronto descubrí que nuevamente podía escribir, esa fuerza mágica sin forma ni cuerpo para manejar el lenguaje, ¡gracias a Dios!, había regresado nuevamente a mí.

Toda mi atención se enfocó en el final de la novela. Tiantian seguía en el cuarto contiguo solo y feliz, para matar el tiempo iba a casa de Madonna a jugar en la computadora o a dar vueltas en el coche de ella. La cocina nuevamente estaba sucia y decepcionantemente vacía, ya no ensayábamos nuevas recetas. El nuevo repartidor del restaurante Pequeño Sichuan llegaba puntualmente con la comida, Ding, el anterior repartidor, ya no estaba, había renunciado. Me hubiera gustado saber si él de veras se había dedicado a escribir como quería, pero el nuevo repartidor no sabía nada de eso.

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