Miércoles 4 de Agosto

El seudónimo era Viking Venture pero Johan comprendió de inmediato que el contacto que había conseguido a través de la web americana era sueco y que posiblemente vivía en Gotland, pese a lo extraño que pudiera parecer que un isleño vendiera tesoros arqueológicos en el mercado estadounidense. Había intercambiado varios mensajes de correo electrónico con Viking Venture y se había hecho pasar por un comprador interesado y dispuesto a pagar bien por objetos de la época vikinga procedentes de Gotland. El contacto le aseguró que podía ofrecerle bastantes piezas singulares que podían interesarle. Johan fingió ser un coleccionista del sur de Suecia y después de intercambiar unos cuantos mensajes consiguió concertar una cita con el tal Viking Venture. Quedaron en verse el sábado siguiente en la pista de hockey sobre hielo en las afueras de Visby.

Johan iba a intentar fotografiar al vendedor con una cámara pequeña que había en la redacción. El miércoles repasó con Pia todos los detalles y acordaron no decir nada a la policía ni a la redacción central en Estocolmo. Este era su proyecto. Johan se sentía animado de verdad.

Emma lo había llamado al trabajo para proponerle que prepararan una cena en su casa el sábado por la noche e invitar a Pia Lilja y a Niklas Appelqvist. Era la primera vez que organizaban juntos una cena, lo interpretó como una indicación más de que Emma empezaba a ceder. Quizá al final acabarían convirtiéndose en una pareja de verdad. La dirección de la Televisión Sueca había decidido mantener el equipo en Gotland durante el otoño a modo de prueba y Pia había conseguido el puesto de fotógrafa. Que Johan siguiera al frente como reportero estaba fuera de toda duda porque él quería ese trabajo y lo hacía bien. Estaba agradecido por poder quedarse en la isla y al menos no tener que preocuparse por eso. Además, tenía derecho a ver a su hija y ése era un derecho al que no pensaba renunciar.

De una cosa estaba seguro. Pasara lo que pasase entre Emma y él, nunca cedería lo más mínimo en lo referente a su derecho a ver a la niña.

Para su satisfacción había notado un cambio en la actitud de Emma hacia él desde que nació Elin. Era más cariñosa, confiaba más en él, se atrevía a mostrar sus flaquezas. Era como si Johan se hubiera vuelto más importante para ella ahora que se había convertido en el padre de su hija. Elin siempre iba a depender de él de una u otra manera. Aquel pensamiento lo agradaba.

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