Empieza aquí el noveno informe del agente-yo, número 67, de regreso a la residencia de huéspedes con posterioridad a la asistencia del ritual de apareamiento de los estudiantes. Retorno mediante transporte público en ruta de autobús XXXXX. Transferencia a la ruta XXXXX. Segmento final a pie para seguir el camino público XXXXX. Para que conste en acta, el espinazo del agente-yo no ha sido penetrado por la munición del revólver de Trevor Stonefield.
En el trayecto de regreso me encuentro con frecuentes monumentos conmemorativos que honran a guerreros de batallas americanas, grandes oficiales similares a Lenin. Con muchos murales enormes que representan a los más hábiles héroes de guerra de Estados Unidos. Esculturas giratorias. Semblante imponente de noble coronel americano. Valeroso y renombrado en la historia, el coronel Sanders, con su imagen eternamente acompañada del aroma de la carne del sacrificio. La llama eterna que ofrece al viento el perfume salado de la carne asada.
Para que conste además en acta, la estructura residencial de los huéspedes también alberga una dosis creciente de intriga.
Mientras este agente fuerza la cerradura de la puerta principal del domicilio donde reside la familia-huésped, la mirada del agente-yo presencia una sombra que emprende un movimiento rápido. La sombra silenciosa bordea el perímetro de la propiedad ajardinada de la familia-huésped. La sombra salta para agarrarse a la rama inferior de la Castanea dentata, se afianza a la misma hasta izar la sombra propia hasta la rama inmediatamente superior. Oculta por el follaje, la sombra se desliza a mayor altura por el tronco principal de la Castanea dentata. Al momento siguiente, se posa en la inmediación de la ventana de la cámara de dormir de la hermana-gata.
La sombra tan sigilosa podría ser la del agente Chernok. El camuflaje encubierto puede corresponder al agente Ling. Tal vez el agente Tanek pretende infligir su semilla con violencia.
Sería posible que las piernas gemelas del agente-yo saltaran para ejecutar el Vuelo de la Ardilla Arborícola, fuuum-clac, deteniendo el avance de la sombra y previniendo el inminente ataque de fertilidad sobre la hermana-huésped dormida.
Pero al momento siguiente, la sombra se presenta a sí misma en medio de los haces de iluminación del satélite lunar. Iluminación tenue y aguada. Se revela que no es ninguna entidad maliciosa. No es ningún asaltador de domicilios. En cambio, el brazo y la pierna se introducen serpenteando por la ventana y se revelan como la hermana-gata, ataviada con blusa y pantalón negros, con la cara untada de pintura negra.
Dentro de su cabeza, el agente-yo cita al déspota ideológico e inflamado orador León Trotski: «La insurrección es un arte y, como todos los artes, tiene sus reglas».
Con esfuerzo, doblada bajo el peso que lleva echado al hombro, la hermana acarrea un saco de tela en cuyo interior abulta un cargamento misterioso. Primero la hermana desaparece en el interior de ventana. Al momento siguiente, el saco con el cargamento es transportado a la cámara de dormir. Durante todo el procedimiento no se oye ninguna rama al partirse ni tampoco el susurro del follaje. Ningún canino del vecindario emite gañidos. No hay mobiliario eléctrico que ilumine el interior de la cámara de dormir.
Cita: «La insurrección es un arte y, como todos los artes, tiene sus reglas».
Cuando calculo la posición del satélite lunar, teniendo en cuenta la temporada del año, sitúo la hora en la 1.07 con un margen de error de veinticuatro segundos. Para que conste en acta, el domicilio de la familia-huésped permanece a oscuras. La ventana de la hermana se desliza hasta quedar afianzada en la pared. Este agente permanece en el exterior para realizar el forzamiento de la cerradura y acceder a la casa.