AGRADECIMIENTOS

Al escribir El hombre de la reina, mi primera novela de intriga medieval, me estaba adentrando en un territorio de ficción con el que no estaba familiarizada y me desvié de mi camino de vez en cuando. Afortunadamente no me faltaron guías. Como siempre, mi agradecimiento para mis padres, Jill y John Davies, que fueron mis intérpretes ingleses. Para Valerie Ptak LaMont, que es verdaderamente la madrina del libro; para Marian Wood, que ha sido mi editor en Henry Holt and Company durante quince años memorables. También mi agradecimiento para mis agentes, Molly Friedrich y Sheri Holman, de la agencia literaria Aaron M. Priest, y para Mic Cheetman de la agencia literaria Mic Cheetman, por darme ánimos, apoyo moral y varios mapas de los caminos reales de la época. Para Susan Watt, mi editor en Michael Joseph, Ltd., por ayudarme a enseñarle a Justino cómo desenvolverse entre los Plantagenet, prostitutas y diversos delincuentes. Y finalmente, para la doctora Lyla Perez, inspectora médica de Atlantic County, Nueva Jersey, por compartir tan generosamente conmigo su tiempo y experiencia, capacitándome para describir el cuerpo hinchado de Pepper Clem con exactos y precisos detalles, por truculentos que fueran.

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