[1] Véase nuestro estudio, «La huella del pícaro en Muertes de perro», de próxima aparición. Cita múltiples episodios concretos, comparándolos con posibles antecedentes del Siglo de Oro.

[2] Estamos… esas espectaculares violencias: En 1958, fecha de la primera edición de esta novela, el autor atribuye al cine el espectáculo de la violencia que hoy prodigan, ampliados y multiplicados, los ubicuos medios de comunicación, a cuyo estudio ha dedicado atención frecuente en sus escritos sociológicos (ver el estudio de Vázquez Medel).

[3] donde la bestia humana ruge: en su novela La bestia humana (La Béte húmaine, 1890), el «naturalista» literario Émile Zola (1840-1902) examinaba al trabajador francés desde los presupuestos de las ciencias naturales. Pero Ayala novela desde los de su propia sociología (Ensayos, 573-587), que rechaza el modelo de las ciencias naturales. Para Ayala como para Ortega (VI, 422), el individuo es humano sólo en cuanto fiel a su íntima vocación y su programa de existencia personal. Pero la crisis de la actualidad acelera el proceso histórico hasta imposibilitar la larga previsión necesaria para el programa vital de cada uno, reduciéndole a «la inhumana condición de la bestia», que, «despreocupada del porvenir», reacciona a cada peripecia externa (Tratado de sociología, II, 182-183). Tal, el sentido estricto de la bestialidad en esta novela (cfr. Mermall, 122).

[4] danza de la muerte: en el mundo hispánico, el tema remonta al anónimo poema didáctico, la Dança general de la muerte, compuesta a finales del siglo xiv o a principios del xv, y que satiriza a las jerarquías de la sociedad, todas allanadas con la muerte, representada como un esqueleto que fuerza a los hombres de todas las categorías sociales a bailar con ella en círculo. Según J.C. Mainer (4, nota 2), «el motivo de la danza… tuvo una famosa representación en las pinturas del cementerio e iglesia de los Inocentes de París (1462)», de cuyas leyendas «provino el texto literario».

[5] el caso de Roosevelt… paralíticos activos: Franklin Delano Roosevelt (1882 1945), trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos, debido a su poliomielitis, gobernaba desde su sillón de ruedas. Organizó y aplicó un ambicioso programa de reformas sociales con el fin de crear empleos para los trabajadores en paro durante la Gran Depresión económica (1929-39), y en el teatro internacional, condujo su país a la Segunda Guerra Mundial.

[6] la horrible zarabanda: otra alusión a la danza de la muerte; la zarabanda era una «danza popular española de los siglos xvi y xvii, frecuentemente censurada por los moralistas»; y, por extensión, en el sentido figurado, «cualquier cosa que causa ruido estrepitoso»: Dic. Real Acad., 1508.

[7] emporio… astucia: en la América continental, los holandeses conservaron hasta 1975 a Surinam, anteriormente Guayana Holandesa, situada en la costa del Atlántico al norte de Suramérica. La anotación geográfica hace más vaga la localización del ficticio país centroamericano aquí historiado.

[8] la Atenas de Pericles: alusión a la Grecia antigua en el periodo más brillante de su cultura. Pericles (¿495?-429 a.C.) fue un destacado político y orador de Atenas, mecenas de las artes y letras.

[9] Mientras alrededor mío todos usan el facón… yo ejercitaré la pluma: Pinedo maneja paródicamente el tópico de las armas y las letras (cfr. el Quijote, I, cap. 37), aunque a diferencia de Don Quijote, prefiere la pluma a la espada. Le imitará a su manera el narrador-protagonista José Lino Ruiz de El fondo del vaso (71).

[10] una falsa impresión de movimiento vertiginoso: cfr. el Tratado de sociología, II, 182: «Contemplada desde el ángulo del proceso histórico, la crisis [contemporánea] no implica otra cosa sino una aceleración de su ritmo; pero, contemplada desde el ángulo de la experiencia de los sujetos del mismo, consiste en algo cualitativamente distinto, al ser una situación que desorganiza la vida humana, sometiéndola a condiciones culturales inconciliables con un despliegue natural: el ritmo del acontecer histórico no se adapta al compás del ritmo biológico de la especie.»

[11] ¿quién no recordaría… «cliente» más notorio: el incidente del castrador castrado repite el tema ayaliano de la transmutación verdugo-víctima que, según Th. Mermall (31), «conduce al encuentro del personaje con su verdadero destino» en relatos como «El tajo» y «La cabeza del cordero» (recogidos en La cabeza, del cordero, 1949) y en «El inquisidor» (1950), incorporado 4 la colección de Los usurpadores.

[12] O ¿cómo no suponer, por ejemplo, que al majadero de José Lino Ruiz… El Comercio?: Punto de partida de la segunda novela extensa de Ayala, El fondo del vaso (1962), protagonizado por el campeón de billares Ruiz, comerciante corto de luces, con su falso amigo y burlador Luis R. Rodríguez.

[13] Primera Dama de la República: el lenguaje periodístico simulado abunda en Muertes de perro. En los Estados Unidos se aplica la expresión First Lady a la esposa del Presidente federal o a la del gobernador de cada Estado.

[14] en fotografías… por televisión: el poder se impone con toda crudeza; otro ejemplo nos lo ofrece Bocanegra, en su cuarto de baño presidencial. En 1988. como ha hecho notar M. A. Vázquez Medel (80), Ayala advierte el imperio omnímodo de la televisión y el empeño de los regímenes totalitarios por monopolizar todos los medios electrónicos de comunicación social.

[15] urbi et orbi: aquí se superpone lo sagrado a lo vil. Según María Moliner, la «expresión latina… significa literalmente "a la ciudad [Roma] y al mundo entero"». La palabra del papa, particularmente su bendición, se dirige al mundo. Se emplea enfáticamente la fórmula para indicar que algo se publica a los cuatro vientos (II, 1424); ver el análisis de este pasaje en K. Ellis (213). Idéntica superposición de lo sagrado a lo vil se descubre en el nombre de Concha (Concepción) y en el del «chiquero-prisión de la Inmaculada», donde ese personaje sufre muerte tan degradante y sucia (Bieder, 113).

[16] infelices veleidades de heroína shakespeareana: según R. Hiriart (75), se alude aquí a Lady Macbeth, mujer del protagonista de The Tragedy of Macbeth. Como Lady Macbeth, Doña Concha ha conspirado con un varón poderoso (el marido en Shakespeare, el secretario del dictador en Ayala) para cometer el magnicidio sirviendo a las víctimas bebidas dañinas.

[17] ¡Buena caja de sorpresas es el mundo!: Alusión al mito de Pandora, cuyo nombre significa en griego «todos los regalos». La primera mujer creada, según los griegos, tenía en su casa una caja que estaba prohibido abrir. Pero su curiosidad pudo más, y al abrirla soltó al aire todas las calamidades de la humanidad.

[18] desconocida Atenas del trópico americano: otro intento de agrandar lo insignificante comparándolo con lo mejor de su especie.

[19] un animal de mi especie: bípedo con pluma, escritor. Pinedo acumula todo un parque zoológico de referencias a animales: al ratón, al canario, al lagarto. Sin saberlo, está presentándose como una bestia humana más, presa de la crisis que asola a su país. Teme no tener holgura para elaborar más que «un mamotreto crudo y un tanto caótico».

[20] perro guardián del Presidente: la metáfora canina viene a continuación de la referencia a la muerte violenta de Requena. La alusión al título de la novela queda patente, y así también la negativa ejemplaridad de este personaje. Cfr. el fin ignominioso de Requena, a quien el coronel Pancho Cortina «habría de matar […] como a un perro».

[21] el famoso e imperial Donjuán de Austria: ¿Comparación «halagadora»? El malicioso narrador alude quizá menos a la valentía de este hijo del emperador Carlos V que a su nacimiento ilegítimo (Ratisbona, 1545) de un padre poderoso, lo único que Requena tiene en común con él.

[22] de sueño increíble: clara alusión a la suerte del príncipe Segismundo de La vida es sueño, quien en la Primera Jornada se vio transportado, sin saber cómo, de una miserable existencia en cadenas al palacio real, donde pudo vivir como en sueños cual príncipe heredero. Véase la nota más adelante en este mismo capítulo.

[23] aunque tampoco original: el mismo Ayala se había servido del mismo «exordio» o introducción en su relato «The Last Supper», recogido en Historia de los macacos (1955): «Ocultos y extrañísimos son los caminos de la Providencia» (155).

[24] Bastantes veces… a Londres: cfr. «Nueva indagación de las condiciones del arte cinematográfico», donde Ayala elogia «la excelencia con que satisface el cine las necesidades imaginativas de las multitudes», porque es capaz de «ofrecer la vida concentrada de los grandes centros a la contemplación de los públicos provincianos y rurales, y de los públicos de los países "atrasados"» (Ensayos, 506).

[25] mi vieja… a la zaga: Tadeo Requena, al rechazar con mayor cinismo a su madre y hermanos, bestializándolos («gruñendo», «piara»), olvida por el momento que otros mejor nacidos que él, como la señora del doctor Luis Rosales, le ven como a un «mulato atrevido».

[26] nuevo Segismundo cuyo papel… representar: según R A. Molina (18-20) y R. Hiriart (76-77), tanto Segismundo como Tadeo se encuentran llevados a la Corte inesperadamente, uno y otro se comportan allí como bestias humanas, uno y otro conocen al soberano, su padre, por primera vez en palacio, y uno y otro aprenden de la vida de preceptores nombrados por ese ilustre padre. Pero las similitudes terminan cuando Segismundo, al final de la Segunda Jornada, supera su condición animal, utilizando la razón y la voluntad, mientras que Tadeo se hunde en su bestialidad (en el sentido ayaliano: véase la nota 2 de pág. 71) hasta el final (cfr. J. R. Marra-López, 279).

[27] y yo le seguía través de galerías y corredores: Tadeo aprenderá de su tutor Luis Rosales que las antecámaras «protegen al poderoso, lo aíslan al mismo tiempo y enrarecen su atmósfera». Además, en Ayala las antecámaras que separan al protagonista del poderoso simbolizan en una manera arquitectónica el formalismo hueco del poder. En «El Hechizado», el Indio Gonzáles Lobo, llevado por la enana de Carlos II, «atraviesa patios, cancelas, portales, guardias, corredores, antecámaras» para ver, por fin, al rey idiota (412).

[28] realengos: la expresión se aplica a los animales sin dueño (D. Real Acad., 1229); el texto insinúa que, al ver al doctor Rosales, Tadeo reconoce a un dueño.

[29] desde ese sitial estaba presidiendo a sus dignatarios: en el ensayo «Sobre el trono», recogido en El tiempo y yo (303-304), Ayala relaciona la escena del dictador en el inodoro con «la ceremonia del lever de los príncipes en el Antiguo Régimen, a la que era un gran honor ser invitado». Luis Rosales, doctorado por la Sorbona, enseña a Tadeo esta lección de historia. El ensayista Ayala alude a las Memoires du compte Alexandre de Tilly pour servir a l'historie des Moeurs de la fin du 18e. siécle (París, 1828), con su mención del lever del entonces Príncipe de Gales, a cuyo toilette varios aristócratas franceses no tenían el deseado acceso.

[30] como un cuento de la muerte de Sancho… una tapia: Se alude a la muerte alevosa de Sancho II, el Fuerte (m. 1072), rey de Castilla y León, a manos del traidor Bellido Dolfos. La traición se narra en un romance viejo que comienza, «- Rey Don Sancho, rey Don Sancho, / No digas que no te aviso, / Que del cerco de Zamora / Un traidor había salido». Refiere el poema cómo, tras rondar el postigo de la ciudad sitiada de Zamora, el rey «saliérase cabe el río, / Do se hubo de apear / Por necesidad que ha habido. / Encomendóle un venablo / A ese malo de Bellido»: Duran, I, 504-505.

[31] arcana imperii: los secretos de Estado. La versión castellana de esta expresión aparece en El fondo del vaso, 229, donde el protagonista alude a los secretos de su propio imperio comercial.

[32] Acércate, muchacho, acércate: quizá parodia de Mt., 19, 14: «Dejad a los niños y no les estorbéis de acercarse a mí, porque de los tales es el reino de los cielos.» Cfr. Me, 10, 14 y Le, 18, 16.

[33] como ese bestia tenía desperdigados por todo el país: se entiende que la bestialidad de Bocanegra ha engendrado al hijo natural capaz de matarle.

[34] abarrotes: en ciertos países de América, la forma plural significa «artículos de comercio, como comestibles, caldos, cacaos, conservas, papel, etc.» (Dic. Real Acad., 3).

[35] atorrante: argentinismo que significa «vago, callejero» y, por extensión, «desfachatado, desvergonzado» (Dic. Real Acad., 159).

[36] Los periódicos mismos, que viven de hinchar cualquier novedad: en Muertes de perro satiriza Ayala a menudo a la Prensa. Esta sátira continuará, si bien en una forma más sutil, en El fondo del vaso, donde, por ejemplo, un personaje afirma, «Ustedes, los muchachos de la prensa, son el diablo: son capaces de fabricar una noticia con cualquier cosita» (190). Sobre la crítica del Periodismo en Ayala, ver Vázquez Medel, 75-79.

[37] bajo su palio: una locución que, según María Moliner, II, 613, significa acoger a una persona «con muestras de mucha consideración y afecto»; pero la palabra «palio» puede connotar la divinización del Estado, pues propiamente es un dosel, hecho de tela rica puesta sobre cuatro o más barras, llevado entre varios individuos y utilizado para cubrir al portador de la Eucaristía, a una imagen religiosa, a un prelado o a un jefe de Estado» (Dic. Real Acad. 1069).

[38] en su mano izquierda, que… nunca debe saber lo que hace la otra, según máxima evangélica de buen gobierno: Camarasa juega con el precepto del Evangelio de evitar la ostentación de la caridad: «Cuando des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna sea oculta, y el Padre, que ve lo oculto, te premiará» (Mt., 6, 3). En los Estados Unidos, donde Ayala compuso Muertes de perro, el texto bíblico, modificado con sarcasmo, se ha popularizado para describir cualquier burocracia cuyos funcionarios obran con independencia entre sí e ignoran la repetición o negación de sus actos por sus colegas: «La mano derecha no sabe lo que hace la mano izquierda» («The right hand doesn't know what the left hand is doing»).

[39] la lección de Hitler: Elizabeth Kollatz explica con detalle las analogías entre la política de los dos dictadores: uno y otro edifican «una dominación faraónica, para lo cual sacrifica[ban] a los mismos esclavos en quienes se había[n] apoyado primero, pero cuyo sostén no le[s] hacía falta ya para nada» (Ayala, 876); uno y otro fingen pobreza en la cima de su poderío, mientras van «convirtiendo el Estado en finca propia» (876); uno y otro eliminan a su oposición mediante asesinatos nunca castigados; uno y otro elevan funcionarios a los puestos más altos con independencia de los ministerios ya establecidos y quienes profesan absoluta lealtad al Jefe de Estado; uno y otro exhiben su poderío en desfiles que duran horas enteras, exigen la presencia de sus retratos en edificios públicos y borran las fronteras entre la Propiedad estatal y la suya particular (Kollatz, 110-111).

[40] impulso soberano: R. Hiriart (78-79) rastrea la expresión en una décima atribuida a Góngora o a Lope sobre el misterioso asesinato en 1622 de Juan de Tarsis, conde de Villamediana (n. 1582): «Mentidero de Madrid, / decidnos: ¿quién mató al conde? / Ni se dice, ni se esconde. / Sin discurso discurrid. / Unos dicen que fue el Cid, / por ser el conde lozano; / ¡disparate chabacano!, / pues lo cierto de ello ha sido / que el matador fue Bellido, / y el impulso soberano.» Para defender el honor paterno, el Cid mató al conde de Lozano (padre de Doña Jimena) (Martínez Martín, I, 53); sobre Bellido Dolfos, véase nota anterior. En el texto de Ayala, el «impulso soberano» se refiere a la voluntad de Bocanegra.

[41] bastante celoso y nada tonto: por contraste con el Ministro Plenipotenciario de España presentado en Tirano Banderas (22-23) y descrito como «un desvaído figurón, snob literario, gustador de los cenáculos decadentes, con rito y santoral de métrica francesa». Si Valle-Inclán se sirve de la persona del Ministro para burlarse del reaccionarismo de la España oficial, Ayala se vale de las palabras del Ministro para exponer una visión conservadora de los hechos novelados. Los críticos subrayan el perspectivismo orteguiano de Ayala, su preferencia por la integración de múltiples puntos de vista sobre cada fenómeno examinado con detenimiento (Álvarez Sanagustín, 48-9; Bieder, 49).

[42] el gallego Rodríguez: Luis R. Rodríguez, un personaje principal de El fondo del vaso, maestro literario y burlador del protagonista José Luis Ruiz, y padre del rival de éste por el amor de Candelaria Gómez.

[43] Rara avis es el bípedo implume: eco de la definición humorística que nos da Platón del ser humano: «[El) hombre [es] un animal implume, bípedo, de uñas anchas»: Definiciones, 415 a 11.

[44] se sentía siempre docteur ès lettres por la Sorbona: es cierto este juicio de Pinedo, y lo confirman los galicismos que abundan en la conversación del doctor Rosales (cfr. infra, pág. 109, nota 9).

[45] brillante promesa… mejores esperanzas de la Patria: estas vacías fórmulas periodísticas, ya criticadas por su falsedad en las págs. 95-96 (véase nuestra nota anterior), devienen francamente burlescas en el diario de Requena, todavía resentido por su abyección anterior ante la familia Rosales.

[46] mistifica muy a sabiendas: cabe dudarlo, pues el diario de Requena sirve para un desahogo, no para una aclaración histórica de los hechos. El narrador Pinedo escribe con resentimiento hacia Requena, capaz de mayores triunfos sociales que él y con menos esfuerzo.

[47] otra especie de pequeño anacronismo: otra prueba más del rencor que deforma la visión que tiene Pinedo de Requena, pues Pinedo confunde los adjetivos («límpidas», «olímpicas») con la experiencia de su referente (María Elena). Toda descripción es posterior al hecho que describe. Luego, es lícito, y hasta necesario, aplicarle términos aprendidos después del hecho.

[48] Mostrar la hilacha: «dejar ver una persona su interioridad, las cualidades que suele tener ocultas» (Dic. Real Acad. 782); en el caso presente, la poca preparación y el origen humilde de Tadeo (Mainer 43 nota 5).

[49] A quoi bon, monsieur?: la locución francesa interroga, «¿Para qué, señor mío?»; recuérdese que Luis Rosales se había doctorado en Letras por la Sorbona.

[50] El bestia aquel ofrecía al odio… la corpada más gigante que yo haya visto en mi vida: según el Tratado de sociología (II, 50), al producirse un encuentro hostil entre personas de distinta clase, «cuando la distancia social se extrema, llegará a despersonalizarse el choque en términos tales que, tanto la una como la otra parte, propenderán a percibirlo, más que como conflicto interhumano, como un accidente impersonal que hasta la indignación excluye y sólo consiente resignarse, como el tropiezo con un objeto inanimado», en el caso presente, el cuerpo de Lucas Rosales. Agrega el sociólogo Ayala que «las partes en conflicto se reconocen capacidad material de daño, pero no se reconocen beligerancia, pues ésta no se da con plenitud sino entre elementos dotados de una fundamental igualdad.»

[51] flamboyanes y los bambús: según Mainer (46, nota 1), el flamboyán es un «árbol originario de Antillas que da hermosas flores rojas». La forma «framboyán» es más común, pero el puertorriqueñismo con la «l» más se aproxima al étimo francés «flamboyant», «echando llamas» (Larousse, 480), y adquiere mayor valor plástico.

[52] hocico: si el Chino López animaliza al Senador Rosales, convirtiéndole en «buey», las expresiones del gallego Luna y de Tadeo Requena bestializan al Chino, que primero esconde la «jeta» y luego asoma el «hocico». Le espera una «muerte de perro».

[53] aireando en la cantina sus glorias militares: el narrador Pinedo lleva la jactancia del Chino López al género literario de la comedia latina con su miles gloriosus, su figura cómica del soldado jactancioso. La apariencia física de Bocanegra invita a situar su persona en el mismo género; véase la nota 2 en la pág. 129. Arrogancia tan teatral ridiculiza a sus cultivadores.

[54] virtudes del estoicismo… ecuánime: Zenón de Citio, fundador de la Escuela Estoica de la filosofía (315 a.C), sostenía que el fin del hombre consiste en una vida de armonía con la naturaleza.

[55] festinadísima carrera: carrera sobremanera precipitada; el verbo «festinar», «apresurar», se emplea en algunos países de América (Dic. Real Acad., 678; Mainer, 49, nota 1).

[56] al jefe, que, inmóvil como una estatua: cfr. la «inmovilidad de corneja sagrada» que Valle-Inclán atribuye con énfasis al dictador de Tirano Banderas al principio de su novela (16). La diferencia en el retrato de Bocanegra estriba en el contagio de su inmovilidad a todos sus compatriotas. Inmoviliza a todo el país, haciéndolo vivir una película de cámara lenta.

[57] (la Fiesta Nacional… para celebrarlo): en la historia de Iberoamérica, la campaña de emancipación de un país se inicia con un «grito» que levanta la población local. Así los gritos de Asencio (Uruguay), de Dolores (Méjico), de Yara (Cuba), de Ypiranga (Brasil). Sin embargo, el grito del país de Bocanegra tuvo lugar un 29 de febrero. De ahí que el aniversario del grito, celebrado el 28 de febrero, no sea un verdadero aniversario.

[58] sonrisa de galán de cine: la metáfora subraya la falsificación del personaje y de su situación en este acto solemne, ejecutado como en una película.

[59] de carecer propiamente de principio y de final: consta de un solo motivo, simple, breve y grandioso: lector de Aristóteles (v. Tratado de sociología, III, 237), Ayala emplea aquí de modo irónico el lenguaje de la Poética 1450b-1451a, según la cual todo objeto bello debe ser un todo con principio, medio y fin.

[60] vencido, sí, sí, el altivo león: imitación de la letra de varios himnos nacionales de Hispanoamérica; el vencimiento del león aquí va asociado de manera inevitable con el del perro «antipatriótico». La patada dada por Rosales al animal parodia la guerra de independencia.

[61] el perro guardián, acabaría por asesinar a su amo: cfr. Coloquio de los perros, donde Berganza, acogido por un alguacil por ser «famoso perro de ayuda» (defensor de su amo en aprietos) (189), observa las prácticas nada honestas de éste último. Mandado un día atacar a un ladrón, Berganza arremete con su propio amo por cansancio de sus «maldades» (201).

[62] espuelas de plata… aunque jamás se le haya visto montado a caballo: Bocanegra pertenece a la tradición del miles gloriosus del teatro clásico. Cfr. el soldado jactancioso del Quijote, I, cap. 51, Vicente de la Rosa, que «mostraba señales de heridas que, aunque no se divisaban, nos hacía entender que eran arcabuzazos dados en diferentes reencuentros y facciones» (383). Ayala imita este capítulo del Quijote en su novela breve El rapto (1965).

[63] papagayos de la Academia: si visten la casaca, como sugiere Luis Rosales, brillarán en sus colores vivos como loros del trópico; y, como loros, estos bípedos plumíferos cantarán vaciedades al honrar al dictador.

[64] nuestro Parnaso: conjunto de diversos autores del país; el Parnaso era una montaña, consagrada a las Musas, sita en la Fócida (Grecia antigua).

[65] Rubén Darío: seudónimo del vate nicaragüense Félix Rubén García Sarmiento (1867-1916). Revolucionó la poesía de lengua española. Tuvo seguidores innumerables que abarataron los rasgos del modernismo.

[66] fariseos de la cultura: así como la secta farisea de los judíos antiguos fingía adhesión a la letra de la ley, un fariseo de la cultura afecta docilidad a las formas establecidas.

[67] voluminosas posaderas: rasgo caricaturesco destinado a subrayar el conteste entre la pretendida espiritualidad del poeta y su verdadera condición. Cfr. también Pepe Orozco, del relato «El colega desconocido», «maduro en años, grueso de carnes y avezado a los sabores capitosos de la fama literaria» (Historia de macacos, 177).

[68] balconear: equivale a «atisbar desde un balcón» (Larousse, 127).

[69] genio de la patria: esta expresión implica la concepción del Volksgeist, que Ayala caracteriza como «la idea del pueblo como fuente de toda creación original», y que trae consigo el «gusto por el folclore» (Ensayos, 982).

[70] ditirambos que su colega dispensaba con tanta largueza: «ditirambo», en el sentido figurado, significa una «alabanza exagerada» (Dic. Real Acad., 541); pero recuérdese su sentido originario de «composición poética», por lo general de tipo laudatorio, dedicada en particular al dios Dionisos. Tadeo Requena dispensa a Bocanegra vaso tras vaso de aguardiente en un tributo permanente al dios de la embriaguez.

[71] almácigo: equivale a «almáciga», «lugar donde se siembran y crían los vegetales que luego han de transplantarse» (Dic. Real Acad., 75); tomado en sentido figurado, un criadero interior de ambiciones.

[72] como si, con una especie de rayos equis… fracaso último: símil que, por su plasticidad siniestra y aleccionadora, apunta a lo que el ensayista Ayala ha llamado «la aniquilación quevedesca». Apoyado en sus creencias y actitudes, Quevedo prefiere «operar ante nosotros la destrucción total de la realidad, negando el valor de la experiencia sensible. «¡Qué diferentes son las cosas del mundo de cómo las vemos! Desde hoy perderán conmigo todo el crédito mis ojos, y nada creeré menos de lo que viere», se dice en El mundo por de dentro. Las apariencias son inconsistentes; apenas se las toca, se desbaratan en astillas, en guiñapos, en polvo» (Ensayos, 976-977). Tadeo realiza una destrucción parecida, aunque dudando de todo. La «absurda danza de esqueletos» que ve se relaciona con la «danza de la muerte» varias veces aludida por Pinedo (Bieder, 65).

[73] asoma a los interiores domésticos del tirano: cfr. la sátira El diablo cojuelo (1641) de Luis Vélez de Guevara, en el cual un estudiante, acompañado por el demonio, levanta los tejados para espiar a los habitantes de varias ciudades españolas.

[74] hila, urde y maquina sin cansancio: en esta alusión a las artes del tejido puede verse, por una parte, una referencia tácita a las siniestras Parcas y, por otra parte, una referencia, también tácita pero sarcástica, a Penélope, la esposa fiel de Ulises en la Odisea. Para alejar a sus pretendientes en ausencia de su marido, Penélope destejía de noche en secreto lo que había tejido durante el día.

[75] bohíos: «cabaña[s] de América, hecha[s] de madera y ramas, cañas o paja sin más respiradero que la puerta» (Dic. Real Acad., 215).

[76] sumiller de su secreto: sumiller, de origen francés, cobra aquí dos sentidos: según el Dic. Real Acad., 1360-61, significa tanto el «jefe o superior en varias oficinas y ministerios», cuanto la «persona encargada del servicio de licores».

[77] entremés bufo: un entremés era una «pieza dramática jocosa y de un solo acto. Solía representarse entre una y otra jornada de la comedia, y primitivamente alguna vez en medio de una jornada» (Dic. Real Acad., 602).

[78] kidnapping: secuestro, sobre todo, de un niño; en inglés, la palabra ha adquirido asociaciones literarias, bien conocidas. Cfr. Kidnapped (1886). novela histórica de aventuras, escrita por Robert Louis Stevenson, cuyo joven protagonista es secuestrado por su tío avaro.

[79] sets: inglés por «juegos».

[80] voxpopuli: expresión que en latín reza voxpopuli, vox Dei, «voz del pueblo, voz divina».

[81] genio de la raza: conciencia colectiva, traducción del esprit nationale de Voltaire (Essai sur l'histoire genérale et sur les moeurs et l esprit des nations), vertido al alemán por Herder como Volksgeist (Ortega, VII, 199).

[82] que también tiene el suyo: es decir, un genio o disposición desabrida. Mediante esta figura retórica, el zeugma, Ayala evita repetir la palabra «genio» para llamar la atención, con ironía, hacia un cambio de sentido.

[83] Liróforo celeste: epíteto aplicado por Darío a Paul Verlaine en su «Responso a Verlaine» de Prosas profanas: «Padre y maestro mágico, liróforo celeste / que al instrumento olímpico y a la siringa agreste / diste tu acento encantador» (V, 820).

[84] papa caliente: un objeto que quema; aquí, el Niño Jesús metamorfoseado en patata.

[85] adefesio: según el Dic. Real Acad., 29, una voz familiar que significa una «persona o cosa ridícula, extravagante o muy fea». Aludió originalmente a «epístola de San Pablo a los efesios (adephesios)».

[86] Mira, Carmelo, escucha: me vas a hacer el favor de no ser tonto: el paso al tuteo pone a Carmelo en su sitio, apelando a la conciencia de clase que tiene el poeta negro en presencia de un criollo de familia antigua.

[87] este antiguo reino de taifas: uno de los pequeños reinos que en la España musulmana nacieron con el desmembramiento, en tomo al año 1002, del califato de Córdoba.

[88] renacuajo de Pinedito: en la secuela de Muertes de perro titulada El fondo del vaso, el irónico narrador alude al «renacuajo de Pinedo» afirmando: «Renacuajo significa -y para quien lo ignore, así lo aclara la Academia- la cría de la rana, que no teniendo aún patas, se mueve, sin embargo, en el agua cual ágil pez» (1022). La metáfora que animaliza a Pinedo, pues alude a su invalidez que no empece a su agilidad en el medio social.

[89] sólo un tipo como yo, amargado por su desgracia… unas cuantas líneas: cfr. el Jorobado Miguel Castillejo, cuya «figura contrahecha le hizo retraído y huraño» en la primera novela de Ayala, Tragicomedia de un hombre sin espíritu (104).

[90] facecias de Camarasa: la expresión «facecia», «chiste, donaire o cuente gracioso», ya es poco usada (Dic. Real Acad., 666), pero el arcaísmo conviene al poetastro modernista Zapata.

[91] Francisco Villaespesa: poeta y dramaturgo (1877-1936) nacido en Almería. Perteneció al movimiento modernista acaudillado por Rubén Darío.

[92] numen glorioso del Nuevo Mundo: una afectación aliterativa del modernismo imitada por Camarasa para burlarse del rezagado modernista Carmelo Zapata. El Dic. Real Acad., 1029 define numen como cualquier dios mitológico clásico, de donde procede el segundo sentido de la palabra como musa o inspiración artística o literaria. Por extensión amanerada, numen = poeta divinamente inspirado.

[93] todavía entonces irredento: el adjetivo se aplica a cualquier territorio que otra nación reclama por suyo, pero que «permanece sin redimir»: Dic. Red Acad., 840.

[94] ¡Requiescat!: Por Requiescat in pace, «¡que en paz descanse!».

[95] esposa legítima ahora del general Malagarriga: el adverbio ahora insinúa que los Malagarriga legitimaron su convivencia casándose sólo al elevarse a la vida pública.

[96] Aspasia: cortesana de Mileto (¿470-410 a.C.?), muy culta compañera de toda la vida de Péneles.

[97] State Department norteamericano: Ministerio de Asuntos Exteriores de los Estados Unidos.

[98] War Office: Ministerio de la Guerra.

[99] pet: en inglés, animal doméstico que acompaña a su amo y recibe sus mimos.

[100] noble matrona: aplicación irónica del sustantivo, que significa una «madre de familia, noble y respetable», como de una antigua familia romana: María Moliner, II, 367.

[101] Coloso del Norte: los Estados Unidos. Expresión común en el periodismo de la América Latina.

[102] prosopopéyico: que afecta pompa y gravedad (Dic. Real Acad., 1191 y Mainer, 97, nota 7).

[103] poner una pica en Flandes: «conseguir algo provechoso y difícil de conseguir»: María Moliner, I, 731.

[104] la U. S. Treasury: en inglés, el Ministerio de Hacienda de los Estados Unidos.

[105] superfortaleza del Army: un bombardero pesado, cuatrimotor de alcance largo, denominado el B-29 o el B-50.

[106] peccata minuta: en latín, pecados menores.

[107] vergonzoso en palacio: cfr. el proverbio «Al hombre vergonzoso, el diablo le trajo a palacio», registrado en La Celestina. Ayala preparó una edición de El vergonzoso en palacio, comedia de Tirso de Molina (Madrid, Castalia, 1971).

[108] consummatum est: parodia erótica de Juan, 19, 30: Cuando hubo gustado el vinagre, dijo Jesús: Todo está acabado, e inclinando la cabeza, entregó el espíritu.»

[109] La Gran Mandona: Paralelo de Gran Mandón, Bocanegra.

[110] la nariz de Cleopatra: cfr. los Pensamientos de Pascal: «Le nez de Cléopátre: s'il eût été plus court, toute la face de la terre aurait changé» («La nariz de Cleopatra: si hubiera sido más corta, toda la faz de la tierra habría cambiado»: 32, pág. 362). Pascal filtrado por Ortega lleva a Ayala a equiparar la nariz de Cleopatra con la petite histoire, lo trivial de la historia, a diferencia de la «Historia con mayúscula». Según La rebelión de las masas (IV, 175), la «estructura general» de los eventos es lo único que comprendemos del pasado. Por tanto, «si quiere usted ver bien su época, mírela usted desde lejos. ¿A qué distancia?… a la distancia justa que le impida ver la nariz de Cleopatra»; ver también Ortega, IX, 55. Por lo visto, Luis Pineda discreparía de semejante opinión.

[111] cuarto de baño presidencial… plana mayor: escenario idóneo para la exhibición cruda del poder de Bocanegra, y ahora para la ostentación ridícula que Rosales anhela hacer de sus dotes pedagógicas.

[112] aquel perro estaba cantando, si así puede decirse: un episodio con marcado sabor cervantino. En el Coloquio de los perros (III, 207), el tambor, amo de Berganza, se jacta de los conocimientos del animal delante del público en los siguientes términos: «Sabe bailar la zarabanda y chacona mejor que su inventora misma; bébese una azumbre de vino sin dejar gota; entona un solfamire, también como un sacristán» (la cursiva es mía).

[113] Así es que su señoría no se digna cantar para este negrito, ¿verdad?: Tadeo reconoce en su fuero interno su origen humilde: el perro canta para un criollo, pero no para un mulato. Según el Tratado de sociología, II, 139, «si la realidad subjetiva "clase" aparece frente al individuo, en este fondo del alma se encuentra confundida con su ser».

[114] señor Caruso: Enrico Caruso (1873-1921), conocido tenor italiano.

[115] Selecciones del Reader's Digest: traducción al castellano de una revista popular norteamericana que publica condensaciones de novelas y ensayos.

[116] menos irracional que quienes me combaten: reminiscencia del Coloquio de los perros, cuyo personaje canino Cipión, capaz de filosofar, atribuye su repentina capacidad para hablar a un milagro, pues «la diferencia que hay del animal bruto al hombre, es ser el hombre animal racional, y el bruto irracional» (Novelas ejemplares, 153).

[117] me untaba una mirada canina: subraya la ironía de una situación en que el maestro de perros se ve reducido él mismo a la condición canina.

[118] Marco Aurelio: emperador romano (121-180) y filósofo estoico, célebre por su buen gobierno del Imperio Romano.

[119] catch-as-catch-can: en inglés, «agarra-como-agarrar-puedas». Alude al arte, practicada en la lucha libre, de perseguir con agilidad al supuesto oponente, que elude con igual destreza las manos del perseguidor. En la lucha libre profesional, televisada por los años 50 como hoy, captura y fuga es más comparable a un ballet que a un pugilato, por estar arreglada de antemano entre los fingidos contendientes, con sus apodos teatrales.

[120] Falo Alberto, de la Policía Montada: en algunas regiones de la lengua española suelen transformar el nombre de Rafael en el familiar Falo, con una involuntaria polisemia que el novelista ha aprovechado maliciosamente.

[121] «hidra reaccionaria»: invierte el estereotipo «hidra revolucionaria» para conseguir un efecto ridículo. En la mitología griega, la hidra era un monstruo de siete cabezas que Hércules mató.

[122] del árbol a que debía arrimarse en busca de sombra: una alusión al refrán, «al que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija»: María Moliner, I, 233. Dice Lazarillo de Tormes, por ejemplo, a su señor el arcipreste de San Salvador, «Señor… yo determiné de arrimarme a los buenos» (142).

[123] venteando como un perro… de un salto, se puso en pie: un caso más de bestialización.

[124] lo único que le interesaba a Bocanegra era el fondo del vaso. Y otros: los fondos «interesantes» parecen expresar no sólo los de sus vasos de aguardiente plebeyo, sino también los fondos de la administración pública. Tampoco falta en este contexto la referencia al fondo o fondillo del pantalón. El título de la secuela (1962) de Muertes de perro, El fondo del vaso, cobrará nuevas acepciones relacionadas con la capacidad de redención de los personajes-Ver nuestra Introducción (24) a la edición de 1995 de esta novela, publicada en Ediciones Cátedra.

[125] Sonrió ella: un diestro juego verbal para insinuar lo escatológico.

[126] Vulgar, no lo era: aquí se practica lo que en la lógica tradicional se llama modus ponendi tollens: afirmando, se niega. Concediendo a Loreto la falsedad del adjetivo «vulgar», Pinedo reconoce la realidad del sustantivo «prostituta».

[127] la venganza de una hembra rabiosa: aquí remata Pinedo la negación contenida en su modus ponendi tollens, al insinuar que la bestia era Concha, no Lucas Rosales. Recuérdese el título de la novela. En El fondo del vaso, el periodista Rodríguez pretende reivindicar al régimen de Bocanegra, arguyendo que la mutilación de Rosales «huele más a represalia femenina que a crimen de Estado» (75).

[128] morisqueta con que… había pris congée de esta vida indecente: la locución francesa significa que se había despedido de esta vida indecente. El irónico narrador recuerda la francofilia del suicida, pero, además, insinúa que «acto fatal fue una burla poco cristiana de la vida, una morisqueta, «ardid o treta propia de moros» (Dic. Real Acad., 993).

[129] privado de sus bazas: el doctor Rosales se ve víctima del juego sucio de Bocanegra. La baza es el «número de cartas que en cierto juego de naipes recoge el que gana la mano» (Dic. Real Acad., 196); luego, privar de bazas significa quitar a alguien sus recursos.

[130] el pistoletazo romántico: el suicidio se asocia con el movimiento romántico desde que publicó Goethe su novela epistolar, Las cuitas del joven Werther (Die Leiden des jungen Werther, 1774), cuyo protagonista se mata así por amor. También en España el escritor Larra se suicidó de un pistoletazo.

[131] los Borgias: una familia del Renacimiento italiano originada en los Borjas españoles, célebre por su política maquiavélica. Existe una tradición según la cual los Borgias poseían el secreto de un veneno mortal.

[132] (así dice: yo me limito a transcribir): Sócrates murió por su parte bebiendo la cicuta.

[133] tuvo que elegirse esa muerte de perro: el título de la novela, puesto aquí en boca de Tadeo Requena, cobra una ironía particular en vista de la muerte que él mismo ha dado al perro sabio de Rosales, ahorcándole (cap. XVI).

[134] los curas, son profesionales de la muerte: podría ser una greguería por su brevedad y humorismo. Cfr. R. del Valle-Inclán, Las galas del difunto, esc. 5. donde el sacristán presenta su cuenta por un entierro a la viuda doña Terita, que exclama, «¡Esta cuenta es un sacrilegio!» (1083).

[135] Carmelo Zapata y Tuto Ramírez… ya no se los vio más: ausente Bocanegra se ausentan estos dos personajes serviles.

[136] Esto, Inés, ello se alaba – no es menester alaballo: R. Hiriart (81) rastrea el origen de estas líneas, que suelen citarse en forma proverbial, en la «Cena jocosa» de Baltasar del Alcázar, donde el sujeto lírico elogia el vino nuevo (79): «Esto, Inés, ello se alaba; / No es menester alaballo, / Sólo una falta le hallo: / Que con la priesa se acaba.»

[137] (la palabra inocentes se encuentra escrita encima de la palabra necias, tachada): un arrepentimiento literario que delata el carácter de la soberbia abadesa.

[138] no ha descubierto la pólvora: según el D. Real Acad., 1160, «no haber inventado uno la pólvora» significa en el habla familiar y figurado «ser muy corto de alcances».

[139] el pasado me acudió al paladar: el recuerdo amargo reducido a una vivencia gustativa se expresa en «Diálogo de los muertos [en la Guerra Civil Española]» (1939), donde un difunto dice de los vivos, «Si su vida quedó cortada como la nuestra, vacía de futuro, tienen en cambio todo el pasado para revivirlo y paladear sus sabores, y desandar el camino una y mil veces (Usurpadores, Richmond, 249-250). Cfr. el comienzo del relato «El abrazo» (1945): «Tierra de sal y de hierro; tierra violenta, sedienta, áspera» (Usurpadores, 221). Ver también el relato «La cabeza del cordero», donde recuerdos unidos a una mala conciencia y a una comida mal digerida, llenan la boca de saliva y el estómago de un «peso terrible» (576).

[140] todo el pasado… eliminar definitivamente: cfr. «La cabeza del cordero», en que el protagonista se esfuerza por eliminar de manera fisiológica un pasado que le produce náusea (746).

[141] Y, en La Habana, ¿no se había pegado un tiro… oposición?: R. Hiriart (83). cubana, identifica a este «líder de la oposición» como Eduardo Chibas, que el 16 de agosto de 1951 se mató así ante el micrófono.

[142] Sansón… Escrituras: según Jueces, 16, 28-30, privado de su fuerza y de su vista por sus enemigos, Sansón reza pidiendo la fuerza física necesaria para vengarse. Cuando Yavé se la concede, el héroe dice: «¡Muera yo con los filisteos!» antes de destruir el templo de éstos y perecer él mismo en el acto. La viuda de Lucas Rosales implica que la religión no condena todos los suicidios, que su heroico marido en cierto sentido preparó su propia muerte, y que el suicidio de Luis Rosales debe juzgarse con las circunstancias a la vista.

[143] la nobleza de su carácter… obligada: Según A. Álvarez Sanagustín: «Don Lucas era un terrateniente odiado por sus aparceros, pero también un hombre de gran talla que se opuso a la dictadura de Bocanegra, un hombre -como dice su mujer- cuyo destino era mandar y que no supo sustraerse a tal destino» (149).

[144] «Sumidos en la mayor consternación»: código semántico que en la ficción de Ayala indica el resultado de un proceder innecesariamente egocéntrico; cfr. El juicio periodístico sobre la conducta de José Lino Ruiz, protagonista de El fondo del vaso (188): «La insensibilidad hacia el prójimo que hace falta para haber mantenido sumidos en innecesaria consternación a familiares y amigos revela a decir verdad en Ruiz un brutal egoísmo.»

[145] quizás sería alcalde ahora el Chino López: se deja notar la transitoriedad del poder en una época de crisis, y el impacto del factor azar, tan subrayado en esta novela.

[146] at home: en inglés, en la intimidad de su hogar.

[147] a dos pasos del lugar donde yacía su triste cuerpo, hacía yo entrega del mío: otro uso ayaliano del zeugma (véase pág. 142, nota 6), esta vez para sugerir la unión entre los destinos de los dos cuerpos. Para María Elena, la entrega de su cuerpo, de su virginidad, es un suicidio moral. Al final de este capítulo, pág. 230, dirá: «La pérdida de mi virginidad y el suicidio de mi padre se me confunden en el ánimo, y me pesan como una sola culpa anterior a toda deliberación mía».

[148] toda la justeza terrible que puede haber en una expresión vulgar: en cuanto novelista, el mismo Ayala pretende, «al emplear las palabras y locuciones de uso común, apretarlas, estrujarlas y exprimirlas para extraer de ellas todo su posible contenido» (Confrontaciones, 144-145).

[149] El cuerpo… mediante su ejemplo el camino: cfr. Epístola a los romanos, 8, 3-4: «Pues lo que a la Ley era imposible, por ser débil a causa de la carne, Dios, enviando a su propio Hijo en carne semejante a la del pecado, y por el pecado, condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la Ley se cumpliese en nosotros, los que no andamos según la carne, sino según el espíritu.»

[150] La pérdida de mi virginidad… deliberación mía: véase nota anterior.

[151] el Pecado Original: Ayala cree en el concepto religioso del Pecado Original, trasladado a un contexto existencial. Parte de una visión del ser humano caído en el sentido heideggeriano, aunque capaz de prestar atención a su íntima vocación y de levantarse por encima de su condición «caída»: «Yo acepto como verdad básica el mito del pecado original, la naturaleza corrompida del hombre; pero -cuidado- también admito, y reflejo en mis escritos, la redención» (Confrontaciones, 98). Véase El fondo del vaso, 17-22.

[152] Versos y más versos es lo que escribía la muy cursi, idioteces: cfr. Alas, La Regenta, 78, donde la solterona doña Águeda, tía de la protagonista, una huérfana desamparada, descubre con asombro un cuaderno de versos escrito por su sobrina, se apodera de él y critica a la autora por «literata».

[153] considerar los antecedentes familiares: se trata de la doctrina, tan repetida en el Antiguo Testamento, de que los pecados de los padres recaen sobre los hijos: Ex., 20, 5; Ex., 34, 7; Núm., 14,18; Dt, 5, 9; Sal., 78, 8; Sal., 108, 54; Is., 65, 6-7, etc. Igualmente podría encontrarse aquí un reflejo de la idea generalmente admitida hoy de un cierto determinismo biológico.

[154] mutatis mutandis: en latín, «cambiando lo que corresponde cambiar»; se usa para significar que el enunciado anterior es verdadero, «haciendo esa salvedad» insignificante: María Moliner, II, 482.

[155] el estilo es el hombre: la frase siempre citada del naturalista francés Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788), en su discurso de ingreso en la Academia Francesa (1753): «Le style c'est l'homme meme»; ver también J. Domínguez Caparros (148) sobre la doctrina de la adecuación del estilo a las circunstancias en esta novela.

[156] la intemerata: adjetivo latino, que figura en la letanía de la Virgen con la advocación de Mater intemerata, significando «impoluta»; según el Dic. Real Acad., 831, esta palabra, precedida del artículo femenino, se usa como «locución vulgar para indicar que una cosa ha llegado a lo sumo».

[157] sursum corda: locución latina presente en el prefacio de la misa. El sacerdote canta «Per omnia saecula saeculorum» («Por todos los siglos de los siglos»), y el coro o el acólito responde, «Amén.» Canta el sacerdote, «Dominus vobiscum» («El Señor sea con vosotros»). El coro: «Et cum spiritu tuo» («Y con tu espíritu»). El sacerdote canta «Sursum corda» («Arriba los corazones»). Y el coro: «Habemus ad Dominum» («Ya los hemos levantado al Señor»): Líber usualis missae 3. La novela de Ayala patentiza su «doble sentido obsceno» (Mainer, 170, nota 3).

[158] el casto José: la situación del joven Tadeo tentado en palacio por doña Concha recuerda la del Génesis, 39,7-14, donde la mujer de Putifar, ministro del Faraón, tienta en vano al joven José. Mainer (170, nota 1) relaciona la negación de Tadeo con la canción «Yo soy el casto José» en la zarzuela cómica La corte de Faraón (1910). La zarzuela, de Guillermo Perrin y de Antonio Palacios, con música de Vicente Lleó, se burla de la honestidad del patriarca bíblico.

[159] salva sea la parte: eufemismo familiar con que se evita el nombre de esa parte (Dic. Real Acad., 1088).

[160] self-control: autodominio.

[161] la suerte de aquel santo varón: según el Génesis, 39, 14-20, la mujer de Putifar acusa a José falsamente de haber intentado violarla.

[162] me veo metido de un tirón en la danza: la expresión figurada y familiar, «meterle a uno en la danza», significa introducirle en un «negocio o manejo desacertado o de mala ley» (Dic. Real Acad., 467); sin embargo, el espiritismo presente con sus resultados homicidas obliga a conectar la danza con la «danza de la muerte» (72) o la «horrible zarabanda» (73) aludida al comienzo de la novela.

[163] ¿Y por qué no, del Libertador Bolívar?: Como ya queda indicado, cuando Tadeo recuerda al senador Lucas Rosales, piensa en su propio pasado humilde: si personaje tan imponente nunca en vida le había dirigido la palabra, ¿por qué consentiría en dirigírsela muerto? Tan inconsecuente y ridícula le parece tal cosa, que sería tan inconcebible como que lo hiciera el Libertador Simón Bolívar (1783-1830), paladín de la emancipación de América.

[164] ¿Cómo quieres explicarte con razones de este mundo ¡os mensajes que proceden del otro?: cfr, la supersticiosidad del dictador protagonista de Tirano Banderas, quien hacia el final de la novela de Valle-Inclán, consulta a la médium Lupita sobre su futuro (págs. 149-154). En Ayala, la tenida espiritista se emplea para profundizar en los caracteres de Tadeo Requena y de Doña Concha; en Valle, la caracterización se sacrifica en aras de la deshumanización estética.

[165] el caso de Doménech: ya narrado anteriormente. Este caso demuestra que Muertes de perro es una novela abierta, pues como en la Comedie humaine de Balzac y en las Novelas contemporáneas de Galdós, sus personajes secundarios pasan a primer plano en secuelas novelescas. En El fondo del vaso (1962), Doménech, emigrado a Méjico, se interesará por la querida de su compañero de exilio, el protagonista José Lino Ruiz, y tras la repatriación y el reestablecimiento de su fortuna bancaria, decidirá emplearla en su oficina, muy a pesar de Ruiz.

[166] alicate de Bocanegra: en el sentido literal, «alicate» significa una «tenaza pequeña de acero» utilizada para «coger o sujetar objetos menudos»; en sentido figurado, «instrumento» en ciertos países americanos (Dic. Real Acad., 72).

[167] lo más conveniente… el sueño de Su Excelencia: cfr., de Shakespeare, Macbeth, Acto II, esc. 2, donde Lady Macbeth, que ha tomado la iniciativa en preparar la muerte del rey Duncan y de sus criados, embriagados todos, informa a Macbeth, «He puesto drogas en sus bebidas, / Para que la muerte y la naturaleza contiendan en torno suyo, / sobre si viven o mueren» (pág. 27).

[168] Don Luisito, no contento con su mensaje de antes, vino a visitarme en sueños: cfr., de Unamuno, Niebla (676), donde el personaje Augusto Pérez, recién fallecido, se le aparece en sueños, y charla con él en un estilo repetitivo y verboso.

[169] Contar un sueño es siempre falsificarlo: el sueño contiene ciertos elementos que no se pueden describir: cfr. Freud (671-672), para quien los pensamientos de nuestros sueños «se destacan a menudo por su ropaje insólito; parecen no dados en las sobrias formas lingüísticas de que se sirve nuestro pensamiento con preferencia, sino que se presentan más bien en una manera simbólica mediante símiles y metáforas, como en el lenguaje poético, rico en imágenes».

[170] lo cual resulta contradictorio-me hundió en una especie de aura… desagradable: Freud (479) observa el cambio de afectos en el paso del sueño a la vela: el sueño sirve de autocrítica en el soñador.

[171] me desperté riendo: Ayala por lo visto suscribe la teoría de Sigmund Freud (374) de que «el sueño alivia la mente como una válvula de seguridad, y que… deshace toda clase de materia dañina en la visión onírica»; cfr. El fondo del vaso, 240. En el caso presente, la broma pesada que Tadeo siempre gastaba a Luis Rosales, pasándose el dedo por la garganta, «le hacía gracia» en el sueño del bromista, exculpándole en cierto sentido de haber inducido al suicidio de su preceptor.

[172] ilustre matrona… de San Cosme: la ironía del epíteto puede comprobarse releyendo la opinión que antes expresó Tadeo de su «vieja, siempre sucia y gruñendo».

[173] sentía asco de todo… y de mí mismo para empezar: domina aquí la autocrítica en este parvenú; idéntica sensación domina al protagonista de La cabeza del cordero por su pasada conducta (559).

[174] le di un poco más de dinero: Tadeo se siente aquí inclinado a la caridad hacia este huérfano que la abadesa, por su parte, no quiso practicar. Luego, el secretario de Bocanegra muestra su capacidad para la redención personal (Bieder, 43).

[175] consummatum est: otra parodia erótica de Juan, 19, 30: «Cuando hubo gustado el vinagre, dijo Jesús: Todo está acabado, e inclinando la cabeza, entregó el espíritu». Si la consumación de la parodia anterior (véase la nota 4 de la pág. 167) aludió al adulterio de Tadeo y Doña Concha, esta consumación se refiere al crimen de magnicidio.

[176] los estertores de la muerte: un presentimiento de la «muerte de perro» del dictador; en los mismos términos describió Tadeo la muerte, producida por él, del perro sabio de Luis Rosales: «se balanceaba en los estertores».

[177] acqua fontis… veneno: el mal latín de Tadeo para traducir «agua de la fuente (o grifo)»; acqua es la ortografía italiana, en la cual sobra la c para la versión latina.

[178] carcajada… homérica: según María Moliner (I, 519), una «expresión literaria para referirse a una carcajada especialmente sonora, particularmente si hay en ella burla o ironía».

[179] Aquí, a mitad de página, se corta en seco la divagación de Tadeo: Como si narrara una novela detectivesca Pinedo interrumpe la narrativa en un punto de alta tensión para aumentar el suspense. Con el mismo fin, el narrador del Quijote I, cap. 8, interrumpió su historia de la batalla entre el héroe y el vizcaíno, cada uno con las espadas levantadas, sólo porque allí terminó el manuscrito. En el cap. 9, se reanuda la narrativa tras el hallazgo fortuito de otro manuscrito.

[180] et pour cause (si bien muy distinta de la mía): la expresión francesa significa «y no sin causa», y se relaciona con el nombre de la pensión, en cuanto insinúa la inclinación sexual que Pinedo atribuye a Sobrarbe. En cambio, la soltería de Pinedo es atribuible a su invalidez.

[181] Sobrarbe subrayaba… al lugar y hora: la malicia insinúa que Tadeo y Bocanegra, juntos tan tarde y en lugar tan íntimo, bien podrían compartir la inclinación sexual de Sobrarbe.

[182] mi recién extinto superior jerárquico: es decir, Tadeo Requena; la afectación burlesca de Sobrarbe rezuma resentimiento; nótese el amaneramiento de todo su discurso, con sus diminutivos, su extravagante símil («como el tierno recental a la ubre materna»), su exageración de emociones extremas («y casi me caigo de espaldas»), etc.

[183] ¿Hasta qué punto interviene el factor azar en la Historia?: Vuelve el motivo diltheyano de la novela. Recuérdese que Ayala, al escribir esta novela, era profesor de graduandos en Filosofía y Letras y, por tanto, quizás los ayudaba a buscar temas de tesis doctorales.

[184] la nariz de Cleopatra: es un azar de la historia trivial que la nariz de Cleopatra no fuera corta; véase la nota 6 de la pág. 168.

[185] su precipitación… le hizo precipitarse de cabeza: este juego de palabras, al acumular oclusivas bilabiales, imita con onomatopeya la caída estrepitosa de Cortina, ridiculizado por su distracción.

[186] prescindiendo de las palabras vagas en que vinieron envueltos: Pinedo busca en vano la objetividad científica. Según el Tratado de sociología (II, 81), «la elección, previa a toda crítica, del hecho memorable, lleva ínsito ya el juicio histórico, la genuina operación de historiar se realiza en esa elección, burlando las pretensiones de […] y objetividad científica. Y esto se descubre bien al considerar la inepcia de esa erudición que aplica todo el aparato de la critica histórica a verdaderas trivialidades, cuyo esclarecimiento en nada modifica el saber histórico genuino».

[187] dos personalidades… en la tragedia de nuestro país: según el Tratado de sociología (II, 81-2), «el historiador que, persuadido de que el centro de su tarea está en la averiguación de la realidad de los hechos, elige con inconsciente tino aquellos que poseen auténtica significación histórica, lo hace guiado por los criterios tradicionales y por el conjunto de las apreciaciones vigentes en su tiempo, en las que participa con su buen sentido vulgar».

[188] parvenú: en francés, un advenedizo. El rápido encumbramiento del coronel Pancho Cortina amenaza la autoridad del general Malagarriga, que ha aparecido ya en la pág. 125, quejándose por teléfono a Tadeo de no haber sido notificado del ascenso.

[189] para que éste se alzara con el santo… la limosna: para que Cortina se quedara con todo el botín.

[190] el Primer Damo de la República: expresión equívoca cuya intención satírica se presta a varias interpretaciones: Cortina habría podido ser objeto de amor de la Presidenta, o del Presidente, o de ambos.

[191] Si la función crea el órgano, también el órgano puede crear la función: según las Meditaciones del Quijote de Ortega (1914, I, 322), «la ciencia biológica más reciente estudia el organismo vivo como una unidad compuesta del cuerpo y su medio particular: […] el proceso vital no consiste sólo en una adaptación del cuerpo a su medio, sino también en la adaptación del medio a su cuerpo. La mano procura amoldarse al objeto material a fin de apresarlo bien; pero, a la vez, cada objeto material oculta una previa afinidad con una mano determinada».

[192] le prometí llevarle todo, dinero y manuscrito: el humor de la situación estriba en su repetición de un episodio anterior, cuando, también por intimidación, Sobrarbe entrega manuscrito y dinero a Pinedo.

[193] con la muerte en el cuerpo: la expresión de Pinedo completa la de Tadeo al aludir a la intoxicación de Bocanegra: «Mi disparo, después de todo, no ha hecho más que precipitar la muerte que ya Bocanegra tenía dentro del cuerpo».

[194] ¡ya estoy yo como el Tadeo Requena!: Pinedo reconoce en el odiado Tadeo su alterego. Pronto imitará a Tadeo al cometer magnicidio por miedo: Estelle Irizarry, 199.

[195] mano bienhechora y libertadora que puso el cascabel al gato: frase épicoburlesca que recuerda a Don Quijote al decir a Maritornes: «Tomad, señora, esa mano, o por mejor decir, ese verdugo de los malhechores del mundo» (I, cap. 43, pág. 285). El tono heroico lo desinfla el texto de Ayala al añadir el lugar común, procedente de una conocida fábula, «poner el cascabel al gato», o sea, «realizar algo embarazoso» (María Moliner, 1,544). El elemento cómico aumenta con la conciencia de que Olóriz es el gato que acaba de sufrir la última «muerte de perro» de la novela.

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