Agradecimientos

Como siempre, hay mucha gente a la que tengo que dar las gracias por ayudarme en mi investigación para esta novela.

Mi primer agradecimiento es para Martin Richards, comandante de Policía en Sussex, que me ha dado acceso al mundo del cuerpo, algo realmente impagable.

Mi buen amigo, el ex superintendente David Gaylor, ha sido, como siempre, una piedra angular, una fuente de sabiduría, y algunas veces me ha controlado más incluso que mis editores, ayudándome así a cumplir los plazos.

Como siempre, son muchos los agentes de la Policía de Sussex que me han brindado su tiempo y su sabiduría y han soportado mi presencia, respondiendo a mis interminables preguntas. Me es casi imposible mencionarlos a todos, pero voy a intentarlo, y espero que me perdonen cualquier omisión: el superintendente en jefe Kevin Moore; el superintendente en jefe Graham Barlett; el superintendente en jefe Chris Ambler; el inspector jefe Trevor Bowles, que ha sido un pilar y una luz de guía; el inspector jefe Stephen Curry; inspector jefe Paul Furnell; Brian Cook, director de la División de Apoyo Científico; Stuart Leonard; Tony Case; el inspector William Warner; el inspector jefe Nick Sloan; el inspector Jason Tingley; el inspector jefe Steve Brookman; el inspector Andrew Kundert; el inspector Roy Apps; el sargento Phil Taylor; Ray Packham y Dave Reed, de la Unidad de Delitos Tecnológicos; Lex Westwood; el sargento James Bowes; la agente Georgie Edge; el inspector Rob Leet; el inspector Phil Clarke; el sargento Mel Doyle; el agente Tony Omotoso; el agente Ian Upperton; el agente Andrew King; el sargento Sean McDonald; el agente Steve Cheesman; el sargento Andy McMahon; el sargento Justin Hambloch; Chris Heaver; Martin Bloomfield; Ron King; Robin Wood; Sue Heard, jefa de prensa y relaciones públicas; Louise Leonard y James Gartrell.

La sargento Tracy Edwards ha sido de una ayuda increíble para que pudiera comprender la realidad del sufrimiento de las víctimas de violación, al igual que Maggie Ellis, de The Lifecentre, y los agentes Julie Murphy y Jonathan Jackson, de la Policía Metropolitana de Londres.

Eoin McLennan-Murray, ex director de la cárcel de Lewes, y el subdirector, Alan Setterington, me auxiliaron mucho a la hora de trazar el perfil psicológico de mis sospechosos, al igual que Jeanie Civil y Tara Lester, que me ayudaron mucho con el aspecto psicológico de los delincuentes, y el abogado Richard Cherrill. También fue de gran ayuda para entender la psicología de los criminales el doctor Dennis Friedman.

Un agradecimiento especial a Caroline Mayhew, y al equipo del Centro de Noche Saint Patrick's, en particular a Emma Harrington, Theo Abbs y Amanda Lane.

Y, como siempre, le debo un agradecimiento especial y enorme al fantástico equipo del Depósito de Cadáveres de Brighton y Hove: Sean Didcott y Victor Sindon. Y también al doctor Nigel Kirkham; a la arqueóloga forense Lucy Sibun; al doctor Jonathan Pash; al doctor Peter Dean, juez forense; al doctor Benjamín Swift, patólogo forense; al doctor Ben Sharp y a Marian Down.

Gracias a mis espléndidos asesores sobre autismo: Vicky Warren, a quien le debo gran parte de la inspiración para crear a Yac; Gareth Ransome; Tony Balazs; y tanto a la magnífica Sue Stopa, gerente de Hollyrood (residencia para auristas y bastión de la fundación Disabilities Trust) como a su personal y a sus residentes.

Gracias también a Peter Wingate Saúl; a Juliet Smith, magistrada jefa de Brighton y Hove; a Paul Grzegorzek; a Abigail Bradley y a Matt Greenhalgh, director de análisis forenses de Orchid Cellmark Forensics; a Tim Moore, a Anne Busbridge, directora general del Hilton Metropole Hotel de Brighton, a Michael Knox-Johnston, director general del Grand Hotel. ¡Y a Graham Lewis, mi especialista en garajes! Un agradecimiento especial a Josephine y Howard Belm, dueños del barco-vivienda Tom Newbound. Y muy especialmente a Steve Dudman, propietario de la cementera Oíd Cement Works, cuya amable oferta de enseñarme el recinto me dio la idea para la localización del desenlace. Gracias también a Andy Lang, de Languard Alarms. Y a Phil Mills. Y también a Anne Martin y a Peter Burgess, directora general e ingeniero en jefe del Brighton Pier, respectivamente.

Como siempre, gracias a Chris Webb, de MacService, por mantener vivo mi Mac a pesar de mis abusos. Un agradecimiento muy grande y especial a Anna-Lisa Lindeblad, que ha sido una vez más una incansable y maravillosa editora «no oficial» y que me ha brindado sus comentarios a lo largo de toda la serie de Roy Grace, y a Sue Ansell, cuya gran atención al detalle me ha evitado más de un momento de vergüenza, y a mi magnífica ayudante personal, Linda Buckley.

Profesionalmente, tengo que repetir que tengo un equipo de ensueño: la maravillosa Carole Blake como representante; mis increíbles publicistas, Tony Mulliken, Sophie Ransom y Claire Barnett, de Midas PR; y todo el personal de Macmillan, para el que no tengo espacio. Eso sí, tengo que mencionar a la que fue mi brillante editora, Maria Rejt, ahora directora de Colecciones; a mi editora, Susan Opie; y a mi correctora, Lesley Levene. Y una enorme bienvenida a mi nuevo editor, el magnífico Wayne Brookes.

Como siempre, Helen ha sido mi bastión, alimentándome con paciencia de santa y con su constante sabiduría.

Mis amigos del mundo canino siguen evitando que pierda el juicio. El siempre jovial Coco se ha unido a Oscar y Phoebe bajo mi mesa, impacientes por abalanzarse sobre cualquier página del manuscrito descartada que cae al suelo, para triturarla convenientemente…

Por último, gracias a mis lectores, por el increíble apoyo que me dais. ¡Seguid enviándome posts al blog y mensajes de correo electrónico!

Peter James

Sussex, Inglaterra

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