Capítulo 65

Te crees muy listo, ¿verdad, superintendente Roy Grace? Te crees que me vas a cabrear insultándome, ¿no? Veo las intenciones a través de todas tus patrañas.

Deberías aceptar que eres un mierda. Tus colegas no me cogieron antes y tú no me vas a coger ahora. Soy mucho más listo de lo que tú podrías llegar a soñar. ¡No te das cuenta de que te estoy haciendo un favor!

¡Estoy limpiando la ciudad de todo ese veneno! ¡En realidad soy tu mejor amigo! Un día te darás cuenta. Un día tú y yo pasearemos bajo los acantilados de Rottingdean y hablaremos de todo esto.

¡Ese paseo que te gusta tanto dar con tu querida Cleo los domingos! A ella también le gustan los zapatos. La he visto en alguna de las zapaterías a las que voy. Le gustan bastante los zapatos, ¿verdad? Vas a tener que ahorrar mucho para tenerla contenta, pero de eso aún no te das cuenta. Ya llegará.

Son todas un veneno. Todas las mujeres. Te seducen con sus vaginas, que en realidad son como plantas carnívoras. No soportas separarte de ellas. Las llamas y les envías mensajes cada pocos minutos, todos los días, porque necesitas saber lo mucho que te quieren.

Déjame que te cuente un secreto.

Ninguna mujer te quiere. Nunca. Lo único que quieren es controlarte.

Puedes reírte de mí si quieres. Puedes cuestionar el tamaño de mi hombría. Pero te diré algo, señor superintendente. Un día me lo agradecerás. Un día caminarás cogido de mi brazo bajo los arrecifes de Rottingdean y me darás las gracias por haberte salvado la vida.

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