14

David y Hu-lan observaron a Pearl y a Guy entrar en el ascensor. David no sabía qué decir. Lo que ya le había parecido una mala situación en la casa de Su-chee, había empeorado.

– Si Pearl tiene una copia de los documentos de Miao-shan, sabe más que nosotros -dijo Hu-lan.

– Pero no va a detenerse hasta…

– Tenemos que hablar, pero no aquí.

En la habitación, David le preguntó a Hu-lan qué había dicho Guy en mandarín. Ella se lo explicó y añadió:

– No podía preguntárselo en inglés, era demasiado íntimo y lo más probable es que, delante de esa mujer, no me lo dijera.

David se sentó en el borde de la cama.

– Estoy en apuros.

– Tal vez sí, tal vez no. En las últimas horas nos hemos enterado de muchos datos e información. Tenemos que estudiarlos.

– ¿Para que? Es evidente que Pearl Jenner tiene un plan que me incluye a mí. Tal como dijo, no importa si colaboro en su artículo o no, de todas formas piensa escribirlo.

– Y arruinar tu reputación.

– No se trata sólo de mi reputación, sino de mi propia identidad.

Hu-lan se arrodilló delante de él, apoyó las manos en sus rodillas y le miró a al cara.

– Sabes que admiro tu integridad, pero la ética y el honor son fáciles de mantener mientras no se ponen a prueba. Aquí tienes tu prueba.

– No he hecho nada malo. Soy sólo un abogado atado de pies y manos por la confidencialidad debida a un cliente. No es culpa mía.

– David, sabes que te quiero, pero quizá fue culpa tuya. Preferiste no querer saber. -Antes de que él pudiera contestar, Hu-lan le puso un dedo en los labios-Aceptarse el puesto en el bufete sin hacer muchas preguntas. Aceptaste el asunto de Tartan sin saber todos los detalles. Aceptaste representar al gobernador Sun sin averiguar cuáles eran sus problemas. Ahora que eres su abogado, tampoco sabes exactamente lo que quiere de ti. Sé por qué no me lo preguntaste. Querías estar aquí conmigo, y aunque no es el momento de decirlo, viniste sin preguntarme si era lo que yo quería.

Era cierto. Había antepuesto a todo su deseo de reunirse con ella. Su amor lo había cegado, pero saberlo no cambiaba la forma en que había actuado. Decidía por los dos. Por eso no le había preguntado si quería que fuera. (¿Y si le decía que no?) cuando Hu-lan le dejó plantado en al cena, fue directamente al hotel, sacó a Lo de la cama y lo obligó a llevarle en plena noche a la casucha de Su-chee. Habría podido protestar por la miseria del lugar, la suciedad, el riesgo que suponía para Hu-lan y para su futuro hijo estar allí. También habría podido pedirle una explicación de por qué había huido. Pero no lo hizo porque no quería saber las respuestas. Su deseo de no querer saber le había supuesto profundos problemas tanto profesionales como personales.

Miró a Huan y sintió una honda desesperación. ¿Y si por sus hechos y omisiones lo perdía todo? Ella le consoló.

– vamos a solucionarlo. Pero hay demasiadas incógnitas ¿Sabe Henry Knight lo que está ocurriendo en la fábrica? ¿Qué son los papeles de Miao-shan y qué relación tienen con los que te entregó Sun? Eres un hombre muy inteligente… -sintió la tibieza de la mano que le apoyaba sobre el pecho, a la altura del corazón- pero aquí estás fallando. Bueno, lo solucionaremos.

– ¿Por dónde empezamos?

– Por el principio. Por Miao-shan -dijo Hu-lan, al tiempo que se sentaba a su lado.

– Se dedicaba a ligar: Tsai Bing, Guy In, el americano de la fábrica -comentó David secamente.

– Es curioso, ¿verdad? Nuestra cultura es represiva en muchos aspectos. el sexo fuera del matrimonio es contrario a la ley, pero a ella no parecía importarle. Era casi una depredadora. Supongo que se debe a que era joven y tenía una vida difícil, pero eso puede aplicarse a millones de mujeres en este país.

– Tal vez su promiscuidad se debiera a la vida rural. Cuando se vive en el campo, cualquiera, hasta los niños, conoce muy pronto el apareamiento de los animales. Lo ven con sus propios ojos; participan con naturalidad -dijo David.

– Si, y bromean con el sexo y van al herbolario para aumentar la potencia o la fertilidad, pero en la mujer la castidad se considera la mayor virtud. Es una doble moral, pero así son las cosas. Por eso al principio, cuando el capitán Woo y Siang dijeron que Miao-shan tenía mala reputación, no hice caso, pensando que en los pueblos siempre hay chismorreos maliciosos. Pero ahora es otro asunto. Se acostaba con Tsai Bing hasta hace tan poco tiempo que él piensa que era el padre. El pobre Guy In cree que el padre era él y tal vez lo fuera, pero también pudo ser Aarón Rodgers.

– ¿Ese muchacho? ¿Por qué él?

– Deberías verlo con las jóvenes de la fábrica.

– Eso no significa que se enrollara con ella.

– Créeme, David, lo hacía. Ahora lo veo claro. Hoy Cacahuete dijo algo sobre Tang Siang y una cita con Aarón mientras hablaba de Miao-shan. Comentó que era extraño y debía de referirse a que Miao-shan y Tan Siang compartían no sólo a Tsai Bing, sino también a Aarón Rodgers.

– Tres hombres y una mujer. Hay muchos motivos para matar en ese contexto.

– Sí, pero en Miao-shan hay algo mas aparte de su promiscuidad. Me parece que en cada caso utilizaba el sexo como medio para un fin. Con Tsai Bing tenía que mantener las apariencias. Más que eso, sabía que Siang lo quería y es probable que utilizara el sexo de la forma más mezquina, para vengarse de su rival. Pienso que veía a Guy In como una salida, pero para mantener esa relación tenía que darle información. Eso suponía seducir a Aarón Rodgers, aunque después de haberle visto en acción no creo que tuviera que esforzarse mucho. Pero no se conformó con Aarón. Me fascina la forma con que conseguía información de las otras mujeres de la fábrica. Guy dijo que era muy insistente. Incluso Cacahuete se quejó de ello, pero yo no sabía de qué hablaba.

– ¿Y eso qué tiene que ver?

– Porque en nuestra cultura se considera una grosería. Si haces una pregunta, no te contestan o lo hacen con evasivas, tienes que olvidarte del tema. Miao-shan no lo hizo, y se comportaba como una maleducada. Yo misma no hice muchas preguntas sobre Miao-shan en la fábrica, pero circulaban toda clase de rumores sobre ella.

“Aparte de las ridículas historias de fantasmas, no creo que su muerte apenara a nadie. Ni Tang Siang ni Cacahuete la apreciaban. Me preguntaba si eran celos o había algo más. Empiezo a pensar que era demasiado extranjera para ellas.

– Por su aspecto.

– Sí, era bonita pero al estilo occidental. Supongo que lo realzaba comprando ropa importada…

– O regalada por quien la estuviera ayudando.

– Por supuesto. Incluso ahora, más de tres semanas después de su muerte, se huele el perfume White Shoulders en su cama -Al ver que David fruncía el ceño, aclaró-: Sí, lo conoces. Es penetrante y muy dulce. Lo recuerdo de Estados Unidos, siempre me ha disgustado ese perfume. -David la miró incrédulo, pero ella continuó-: Y no es algo que se encuentre en el economato, en la tienda del pueblo, ni siquiera en Taiyan. O cual nos lleva a los papeles que te entregó Sun.

– No puedo enseñártelos.

– Me hago cargo.

David se levantó, revolvió un montón de documentos y extendió los papeles de Sun lejos de la mirada de Hu-lan. Aunque parecían los mismos de Miao-shan, éstos no eran copias. Aquí aparecían los nombres de diversas empresas: Toy World, Plush Suplí, Mega Soft, y otras. A la derecha había números de cuentas y fechas de depósitos. ¿Cómo encajaba esto en el rompecabezas? ¿Se los habría enviado Sun, sabiendo que su detención era inminente y que como cliente de David estaría protegido, ya que en vez de pruebas se transformarían en información privilegiada?

Era evidente que él y Hu-lan estaban ahora en bandos distintos. Ella le amaba y sabía interpretar sus gestos, así que por mucho que intentara disimular sus emociones, su mirada decía mucho sobre la culpabilidad de Sun. Su obligación era sonsacarle información a David; la de él, proteger a su cliente. Ella tenía que denunciar el fraude; él tenía que desviar las sospechas. David era consciente de que la cooperación era la piedra angular del sistema legal de cualquier país. Los delincuentes listos contrataban abogados bien relacionados con inspectores y fiscales. ¿Era parte de los planes de Sun? David podría hablar con Hu-lan, por supuesto, pero sólo basándose en hipótesis, y ella intentaría conseguir la máxima información sin que él la excluyera por completo.

– ¿Qué prueban los papeles de Miao-shan? ¿Cuál es el delito? -preguntó}David-. Veo muchos niveles, pero ¿cuál es el correcto? Por cierto, no me hablaste del trabajo infantil.

– No me pareció que tuviera importancia -Meneó la cabeza y aclaró-: En China no es punible. El trabajo infantil es ilegal, ya que la edad oficial son dieciocho años para trabajar en las fábricas estatales, pero las empresas privadas pueden contratar a menores.

– ¿De cuántos años estamos hablando, Hu-lan?

– En Knight diría que la más joven que vi tenía unos doce, pero en el caso de una denuncia se habría saldado con el pago de una multa y el despido de las niñas. Creo que la única forma de que un empresario vaya a la cárcel sería un escándalo internacional, artículos en la prensa… Pearl Jenner -concluyó con una mueca de desagrado.

– Pero Guy In dijo que los papeles de Miao-shan eran “pruebas”. Tenían que ser pruebas de algo, pero no se trata de trabajo infantil. Y pese al código SUN GAO, no veo nada que pueda relacionar a mi cliente con eso. Tampoco demuestran las malas condiciones laborales. Tú, yo y Guy In podemos pensar que son deplorables, pero están dentro de los derechos de Knight, lo cual significa, y detesto reconocerlo, que están también dentro de los derechos de Tartan. Hay maquinaria peligrosa y la posibilidad de uso indebido de productos químicos, pero tampoco veo en los papeles de Miao-shan nada que lo indique.

Hu-lan sabía que los papeles estaban al alcance de su mano y dijo:

– Tal vez el producto en sí es peligroso y los documentos están relacionados con los envíos o algo parecido.

– No lo creo. Si hubiera alguna anomalía en Sam y sus amigos, habría aparecido en toda la prensa norteamericana. No es algo que se pueda ocultar.

– El siguiente nivel de delito sería el soborno. Pero sabemos que Pearl se lo inventó -dijo Hu-lan.

David no respondió.

– Voy a darte una hipótesis -propuso ella-. Supongamos que Pearl tenía razón, pero no lo sabía. ¿Habría Sun aceptado un soborno? -levantó la mano-. No es necesario que contestes, pero piensa en esto: ¿no lo aceptaría tu cliente? Esto es China y Sun es un tipo hábil. De ser así ¿cómo lo habría ocultado Knight en sus cuentas?


David creía saber la respuesta: Knight disfrazaba los sobornos como pagos a empresas ficticias. Hu-lan estaba cerca de la verdad. ¿Adónde iría a parar?

– Imagino que lo harían con la diferencia. Se nos dijo que nos pagarían quinientos yuanes. En realidad nos daban doscientos, lo cual deja trescientos yuanes por mes. -Alargó la mano y cogió un bloc de notas de la mesilla de noche-. Supongamos que a algunas personas se las paga más, ya que Knight algunas veces tiene que dar incentivos, ¿no? -No esperó respuesta-. Así que a un promedio de doscientos yuanes por mil obreras… -Hu-lan garabateó y anunció-: Algo más de veinticuatro mil dólares por mes; casi trescientos mil al año. -Dejó el bloc a un lado y añadió-: ¿tu cliente habría matado a Miao-shan pensando que tenía documentos que le implicaban en un fraude que le reportaba cientos de miles de dólares al año? Sí -se contestó.

– Te estás precipitando en tus conclusiones. Todavía no sabemos qué significan los documentos de Miao-shan. No dan una visión completa.

– Bueno, adivino que tienes una lista de empresas ficticias…

– Tienes lo depósitos y las fechas, y juguetes que deletrean un nombre codificado, pero ¿adónde va el dinero en realidad? -David la interrumpió con la intención de que se centrase en los papeles de Miao-shan-. Toda la documentación no prueba nada, a menos que sepas dónde está el dinero. Podría estar en el banco de la esquina, en Pekín o en Suiza, y en la cuenta de cualquiera. ¿Y si a Sun le hubieran tendido una trampa? Tienes que admitir que es un código bastante estúpido. -Lo que dijo a continuación la cogió totalmente por sorpresa-: Tenemos que encontrar la forma de relacionar las muertes de Miao-shan, Xiao Yan y Keith.

Se centraba de nuevo en Xiao Yan. Pero después, mientras David hablaba, Hu-lan comprendió que estaba presentando una defensa, que consistía en culpar a cualquiera menos a su cliente, como si estuviera en el tribunal delante de un jurado.

– Aceptemos que la mujer de la fábrica fue asesinada como insinuaste anoche. -David pensó en que tres horas atrás la idea le parecía inconcebible. Ahora esa muerte se había convertido en otra pieza del rompecabezas-. ¿Sería para ocultar que Knight no utiliza medidas de seguridad con su maquinaria? ¿Por qué vio algo? ¿Por qué exigió dinero a Aarón Rodgers o a alguien de la empresa? ¿era una de las chicas de Aarón y éste, al conocer a…? ¿Cómo se llama?

– Tang Siang.

– Al conocer a Tang Siang quiso quitarse de encima a Xiao Yang. Tal vez es un asesino en serie que hace el amor a las chicas y las mata cuando se cansa de ellas. -El tono de David indicaba lo poco creíble que resultaba la hipótesis.

– ¿Dónde encaja Keith en todo esto? -preguntó Hu-lan.

No habían hablado mucho sobre su muerte. Justo después del accidente David no estaba en contacto con Hu-lan. Después, cuando por fin ella telefoneó, hablaron sobre todo de su viaje a Pekín. Cuando llegó estaba demasiado contento para revivir la terrible muerte.

– Lo vi morir -dijo, y empezó a pasearse por la habitación-. Me sentí responsable de su muerte. El FBI, Madeleine, Rob, todos creímos que el objetivo era yo. ¿Y si estábamos equivocados? ¿Y si alguien pensaba que Keith era objeto de una investigación federal, tal como Pearl había escrito?

– Lo que escribió no era verdad.

– No importa. La gente cree lo que lee en la prensa. Y aunque nuestro asesino no creyera en la historia, a lo mejor dedujo que Keith iba a convertirse en un soplón, ya fuera sobre las condiciones laborales de la fábrica o sobre el supuesto soborno.

– Pero no sabes quién fue.

– Esa noche estaba preocupado por algo. Tal vez porque iba a convertirse en un chivato; tal vez porque se disponía a violar la información confidencial abogado-cliente. En cualquier caso, un asunto ético le tenía trastornado. ¿Y si el asesino o los asesinos lo sabían?

– Las muertes fueron en dos continentes. ¿Estás hablando de algún tipo de conexión, una banda, una mafia, alguna forma de crimen organizado, que actúa en China y Los Ángeles y va más allá de Sun y Knight?

– Podría ser tan sencillo como un par de personas codiciosas. Piensa en los Knight, Aarón Rodgers, Sandy Newheart, todos viajan de un continente a otro. Todos tuvieron la oportunidad.

– Sun también viaja -señaló ella-. También tuvo la oportunidad.

Escuchar los hechos tal como los había presentado David había hecho cambiar el punto de vista de Hu-lan. Era demasiado fácil, demasiado obvio, aceptar a Sun como culpable, aunque tenía pruebas que bastaban para encausarle por la ley china. ¿era eso lo que habían planeado los asesinos?

Aunque Sun fuera inocente, David seguía comprometido moralmente. Había presentado diversas posibilidades. si Keith estaba preocupado por un asunto ético, como había dicho David, eso indicaba que Tartan estaba involucrada. La empresa era cliente de David, y también Sun. Por otra parte, si Henry Knight o la empresa Knight eran la parte culpable, David no tenía ninguna obligación de mantener silencio. De hecho, debería denunciar lo que le hubiera ocurrido a su cliente, Tartan. Aunque si Sun había aceptado dinero de Knight, David volvía a tener el dilema moral, ya que un cliente no podía denunciar a otro cliente.

– Me parece que tenemos cuatro opciones -dijo levantando el índice-. Una, terminar el trabajo y marcharnos. Tú, Sun, Henry Knight, y yo. Sería lo más sensato, la forma más fácil, incluso la más inteligente, pero no podrá ser. -Levantó otro dedo-. Dos, podría darle a Tartan una versión resumida de los hechos. Como es lógico, no podría decirle nada sobre Sun. -Se calló-. No estoy diciendo que esté involucrado…

– Desde luego.

– Esto me dejaría limitado al trabajo infantil y las vergonzosas condiciones laborales, que pueden o no ser ilegales en China. Tres, puedo seguir adelante, continúo representando a Tartan y a Sun, pero pregunto al gobernador y a os Knight qué es todo este lío. La clave es: ¿y si estás equivocada con respecto al soborno? Esos documentos podrían no ser nada. Tal vez Miao-shan se suicidó porque estaba embarazada y no sabía quién era el padre. Tal vez al Xiao Yan, debilitada por la pérdida de sangre, deambulaba, salió al tejado y resbaló. Quizá el blanco era yo y mataron a Keith, o quizá sólo fue un accidente fortuito y él la víctima inocente. Tal vez Keith no sabía nada de todo este asunto. En su última noche dijo que estaba preocupado por algo personal y ético, pero podría ser la muerte de su novia. Sé que yo no sería capaz de pensar con lucidez si te ocurriera algo. ¿Y si vemos crímenes que no existen porque es lo que estamos acostumbrados a hacer? ¿Y si existe alguna explicación lógica? Admito que es una posibilidad remota, pero no imposible. -Antes de que Hu-lan contestara, David continuó-: Cuatro, me enfrento a Henry y me dice que no es asunto mío, que administra su empresa como le da la gana. Acudo a Sun y admite montones de delitos. Seguirá siendo información privilegiada. -Hu-lan esperó mientras David pensaba-. De nuevo las cosas se complican por representar a distintos clientes que hacen y quieren cosas distintas. En Estados Unidos tenemos un par de excepciones en cuanto al privilegio. Una es que si crees que tus servicios se están utilizando para ayudar a cometer un delito, si sabes que se está produciendo, puedes denunciarlo. El problema es que no tengo conocimiento de ello.

– ¿Qué me dices de la maquinaria?

– Una máquina, un accidente. Es posible que Xiao Yan no supiera utilizarla correctamente. Tal vez estaba cansada. De por sí, no es suficiente. Seguramente ni siquiera es un delito. De todas formas, Knight no está utilizando mis servicios para hacer nada, y mi cliente no conoce los problemas con las máquinas. Podría intentar y hasta conseguir que Henry admitiera que ha lesionado, descuartizado y asesinado a empleadas. N o es mi cliente pero aunque lo fuera yo estaría obligado a proteger a otras personas. Además, ¿crees de verdad que admitiría tal cosa?

David no esperaba una respuesta. Pasó a la siguiente opción:

– Puedo intentar retirarme como abogado de Tartan y Sun, pero igualmente estoy obligado a guardar silencio, ya que la confidencialidad va unida al bufete. Finalmente, debo tener en cuenta que hay una transacción comercial en curso. Knight International es una sociedad anónima. La Comisión de Valores y Cambios exige que los abogados avalen la veracidad de las declaraciones de la empresa en caso de venta. Tal vez no podría firma.

– ¿Y Sun?

– No sé, pero supongo que necesito encontrar a alguien que domine las sutilezas del derecho chino. Podría olvidarme de todo, en cuyo caso dejaría de lado mi integridad o…

– O podrías acudir a la prensa.

– ¿A Pearl Jenner? -preguntó David perplejo.

– Al New York Times, al Washington Post.

– Eso solo ocurre en el cine, y esto es la realidad. No puedo acudir a la prensa. Perdería todo el control sobre la situación y sería inmoral. Si hay algo más, y de alguna forma Tartan o Sun están relacionados con las muertes de Miao-shan, Xiao Yan o Keith, perdería la licencia para ejercer como abogado, ya que habría violado el principio más elemental de la ley. -Parecía no encontrar las palabras para lo que dijo a continuación-; Y si hay algo de verdad en todo esto, correremos peligro. Nos enfrentamos a gente que no tiene escrúpulos a la hora de matar.

– ¿qué debo hacer?

– ¿Me lo preguntas como inspectora o como la mujer a la que amas?

– No lo sé.


La primera sugerencia parecía banal, teniendo en cuenta lo que estaba en juego.

– Enterarnos de las fechas de viaje de todos los implicados. Al menos sabremos dónde estaban en los momentos cruciales.

– ¿Incluyendo a Sun?

– Sé que lo harás aunque no te lo pida. Es tu trabajo.

– De acuerdo. Haré averiguaciones tan pronto volvamos a Pekín.

– Y Miles llegará aquí mañana por la tarde. Es un excelente abogado y sabrá qué hay que hacer.

Ambos sabían que David podría confiar en Miles ya que Tartan y Sun eran clientes. Observó a Hu-lan para calibrar su reacción ante la siguiente pregunta:

– ¿Puedes volver a la fábrica mañana?

– Ya lo tenía previsto.

– Es preciso saber más sobre Miao-shan, la forma en que hablaba a las mujeres, lo que pretendía con sus preguntas. ¿Amaba a algunos de esos hombres? ¿Alguno de ellos entraba en sus planes para el futuro? También deberías vigilar y preguntar sobre Aarón Rodgers. Y si hueles algo…

David vio miedo en los ojos de Hu-lan mientras se llevaba una mano protectora al vientre.

– Conseguiré salir como sea… -Intentó aparentar tranquilidad y añadió-: También quiero volver a ver a Su-chee. Tan pronto pueda marcharme iré a la granja. ¿a qué hora es nuestro vuelo?

– Henry dijo que nos encontraríamos en el aeropuerto a las cinco.

– Le diré a Lo que me recoja en casa de Su-chee a las cuatro; puede dejarnos en el aeropuerto antes de volver con el coche a Pekín ¡Un momento! ¿Puedo ir contigo? ¿Es ético?

– Prohibido hacer preguntas.

– De acuerdo.

– ¿Cómo piensas presentarme?

– Como mi prometida. Pero lo digo en serio, Hu-lan, nada de preguntas. Nada de hacer investigaciones mientras estés conmigo.

Hu-lan aceptó sus condiciones y después preguntó:

– ¿Dónde estarás mañana?

David sonrió y contestó:

– Randall Craig y otras personas de Tartan llegan esta noche. Mañana hay una especie de fiesta; después tendremos más reuniones antes de volar a Pekín. -Reflexionó y añadió-: Intentaré hablar con Randall a primera hora de la mañana. Después iré a ver a Sun. ¿Quién sabe? Puede que me diga qué está ocurriendo.

Tenían un plan, pero se habían quedado muchas cosas en el tintero. Los dos sabían que tenían que seguir adelante pese al peligro físico, psicológico o profesional. Pero ahora estaban en campos opuestos. Cuanto más profundizaran en la investigación, más evidente sería. Cuanto más preguntaran, más probabilidades de que se convirtieran en blancos, como había ocurrido con Keith y Miao-shan.

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