CAPÍTULO IX

CARLOTA, CONDESA DE RUBÍ, esposa de la Voz de Alerta, trajo al mundo el hijo que estaban esperando. Fue un parto difícil. El doctor Morell tuvo que practicarle una cesárea. Menos mal que Carlota colaboró de forma eficaz. Y menos mal también que la comadrona, que se llamaba Sara y era hermana de mosén Falcó, tenía mucha experiencia. Finalmente apareció un varón que pesaba tres kilos y medio, con bastante pelo y que se llamaría Augusto. El acuerdo había sido tomado con anterioridad. Si era hembra, se llamaría Victoria; si era varón, se llamaría Augusto, nombre de emperador.

' La Voz de Alerta', que de un tiempo a esta parte padecía de urticaria, no cabía en sí de gozo. Amanecer lo publicó así. En vez de hablar de Mateo, que provenía de Rusia, habló de Augusto, que provenía del misterio. El alma se llenó de gozo, la casa se llenó de flores. Dolores, la sirvienta, afirmó que nunca había visto tan feliz al "señor". Se alegró doblemente porque en épocas de soledad y tristeza ella le había dicho siempre al alcalde: "Lo que a usted le conviene es casarse y tener un hijo". Ahí estaba, para siempre. A gusto la Voz de Alerta le hubiera traspasado al crío la vara de mando.

Se celebró, por todo lo alto, el bautizo, en la catedral. El oficiante fue el propio señor obispo, doctor Gregorio Lascasas. Padrinos, el general Sánchez Bravo y la esposa del gobernador, María Fernanda. El general le dijo a la Voz de Alerta: "Ya tiene usted adláteres y tutti contenti". Doña Cecilia le regaló a Carlota un precioso muñeco de trapo.

De Barcelona llegaron para la ceremonia los padres de Carlota, condes de Rubí. En el guateque que se celebró luego en el hotel Peninsular, donde se hospedaba John Stern, cónsul de los Estados Unidos en España, se reunieron unas cuarenta personas que hubieran hecho las delicias de José Alvear, si hubiera estado allí y hubiera dispuesto de una metralleta. Destacaban por su estatura el camarada Montaraz y el capitán Sánchez Bravo. Se habló de todo, empezando por lo que suponía la llegada al mundo de un nuevo ser, mientras el neófito Augusto dormía tranquilamente en la cuna. ' La Voz de Alerta' había rogado a los condes, monárquicos recalcitrantes, que en presencia del general y del gobernador se abstuvieran de censurar al Régimen y al Caudillo.

– Va a costamos mucho trabajo -había dicho el conde, con marcado acento catalán- porque la cosa está que arde. Pero procuraremos no aguar la fiesta.

El obispo tomó la palabra.

– Se dice que cuando nace un nuevo ser, en el cielo repican las campanas… Tal vez sea exagerado, porque las campanas estarían tocando constantemente y lo más probable es que en el cielo no las haya. Pero sí que los padres contraen una grave responsabilidad.

' La Voz de Alerta' miró al prelado.

– Tenemos conciencia de ello, monseñor. De momento, con el bautizo hemos puesto la primera piedra…

– Cierto… -admitió el obispo, que, como siempre, estaba resfriado-. Mucha gente no concede importancia a este sacramento. Y es que no han leído el pasaje de Juan el Bautista en el Jordán… Ser cristiano es un tesoro que cada cual puede ir acrecentando o lo contrario, convertirlo, por soberbia, en un trasto inútil…

Carlota intervino.

– Esperemos que, en nuestro caso, y en el caso de nuestro Augusto, no sea así…

Hubo un intermedio en el coloquio, durante el cual todos hablaban a la vez, al tiempo que comían vorazmente. El señor obispo se mostraba muy locuaz, e igualmente el general. Éste recordó el bautizo de su hijo, el capitán Sánchez Bravo, allí presente. "Se hartó de llorar… En cambio, yo lloré el día que juré bandera".

Estas palabras fueron la piedra de toque. El general – la Voz de Alerta lo sabía de antiguo- apenas sabía hablar de otra cosa que de su profesión y de lo que girara en torno a ella. Con la impunidad que le otorgaba el uniforme, después de un breve rodeo se lanzó pronto a elogiar a Franco y a su labor como Jefe de Estado. Se hizo un silencio, hasta que el gobernador asintió. El general dio una importancia extrema a que el Caudillo hasta el momento hubiera conseguido salvar al país del conflicto bélico. El conde sólo sugirió que, tal vez, debido a la posición geográfica, privilegiada, de España, podría irse un poco más lejos y sacar una buena tajada de esa neutralidad. "Esperemos que Franco se dé cuenta de esto y saque a la nación del marasmo en que ha vivido durante tanto tiempo".

El general no entendió muy bien lo del marasmo pero no sospechó en absoluto que aquello fuera una alusión. Su hijo, el capitán, se lo había advertido muchas veces. "Es curioso. Habláis de España como si fuera vuestro feudo particular y como si todo el mundo estuviera de acuerdo con la manera que tenéis de plantar los tomates…"

El camarada Montaraz, que había aguzado el oído, ante tan ilustre concurrencia se creyó en la obligación de defender su camisa azul, que de hecho nadie había cuestionado. El camarada Montaraz acababa de regresar de Madrid, a donde se había desplazado para tener un cambio de impresiones con su amigo el ministro Girón, y llegaba eufórico. Al parecer, España tenía yacimientos de oro en cantidades enormes, muy superiores a aquellas que los "rojos" se habían llevado al extranjero, sobre todo, a Rusia y a Méjico. Tales yacimientos se encontraban en las cercanías del río Darro. La cosa tenía su aquél y posiblemente los aliados se quedarían estupefactos. Al mismo tiempo, minas de antracita en León, yacimientos de estroncio en Granada, riquísimas vetas en Puertollano con filones de pizarras bituminosas que proporcionarían a España unos ciento setenta mil litros diarios de gasolina. El gobernador repitió algo que ya se había dicho hacía tiempo y que Franco, en su última cacería, había recordado a sus amigos: "El subsuelo español está preñado de riquezas innumerables, que sólo la apatía y el poco cariño de los gobernantes predecesores habían dejado en el olvido".

Por la mente de los contraopinantes desfiló aquella tomadura de pelo de la gasolina sintética, pero nadie la mencionó, tínicamente el profesor Civil, cogiendo el toro por los cuernos, manifestó que su alegría era infinita, puesto que veía la posibilidad de acabar con el macabro espectáculo del que él era el responsable en Auxilio Social. "Rostros demacrados, hambrientos, en los que está marcado el surco de la tragedia". La última nota lagrimeante al respecto eran los niños huérfanos que llegaban de los escenarios de la guerra, muchos de los cuales no sabían siquiera su nombre. El nuevo delegado de Fronteras, el coronel Evaristo Bermúdez, se los enviaba en caravana.

– Ayer por la mañana me trajeron a una niña de unos doce años, que sólo sabía alemán y que se llamaba Elvira. Ni idea de su procedencia ni de quiénes eran sus padres. Estoy buscando quien se haga cargo de ella, pero de momento no he encontrado a nadie. Es una niña preciosa, que después de pasar por la bañera daba gloria verla… La pobre intentó decir gracias en español, pero le salió una palabra incomprensible.

No le gustó al general el giro que había dado al coloquio el profesor Civil, y dirigiéndose al camarada Montaraz le preguntó qué se decía en las altas instancias de Madrid con respecto a la guerra.

– Digo esto porque aquí hay quien hace correr el rumor de que los japoneses la hacen por su cuenta…

El camarada Montaraz, a falta de un cacahuete para romper por la mitad, como si quisiera tomarse un tiempo mojó un bizcocho en la taza de chocolate y se lo comió. Luego contestó:

– Cierto, ya he oído esta versión… Proviene, como siempre, de la BBC. Dicen que los japoneses no consultaron con Hitler lo de Pearl Harbour, porque son muy suyos. Lo cierto es que hubo largas conversaciones antes de lanzarse a la acción, pues Hitler hubiera preferido que el Japón atacara a Rusia por Siberia… Pero los japoneses tenían derecho a pensar en la defensa de su zona y eligieron el Pacífico. Por lo demás, se parecen a los alemanes: samurai, kamikaze y demás. Están asestando golpes muy fuertes a los Estados Unidos y éstos no saben cómo reaccionar -el camarada Montaraz se acarició la cicatriz de la mejilla derecha-. En cuanto a la guerra en general, en Madrid nadie duda de que al final el Pacto Tripartito se llevará el gato al agua. Existen, al parecer, ciertas discrepancias entre Hitler y algunos de sus generales; pero el Führer acabará imponiendo su genialidad y antes de medio año los niños rusos tendrán que estudiar alemán para poder conversar con esa niña solitaria, Elvira, de que nos ha hablado el profesor Civil…

Intervino el conde de Rubí, apasionado por la política.

– Me pregunto -dijo, plegando la servilleta- por qué en el guateque de un bautizo tenemos que hablar de los japoneses, de los alemanes y de Norteamérica. Brindo por nuestro nieto Augusto, por el hijo de Carlota! Ha nacido en un hogar honorable y esperamos que nos dé muchas alegrías…

El trueque fue bien acogido, porque el conde de Rubí, que era un caballero, acertó con el tono exacto al pronunciar aquellas palabras. La más entusiasta a su favor fue doña Cecilia, la esposa del general.

– Bravo, bravo! -repitió, aplaudiendo con fervor-. Ya estaba yo pensando: esto es un bautizo o un funeral? Y vuelvo a repetir que no me creeré nada de los japoneses mientras no vea a uno paseándose por Gerona con la espada desenvainada…

Doña Cecilia, como siempre, consiguió distender la situación. Se habló de las películas españolas que estaban en aquellos momentos en las carteleras: Morena Clara, Suspiros de España, Nobleza baturra, A mí la Legión, Sin novedad en el Alcázar, Raza…

El camarada Montaraz dijo haber asistido en Madrid, en compañía de Girón, al estreno de Sin novedad en el Alcázar -Rafael Calvo interpretó al general Moscardó-, y que se impresionó mucho al ver que había sido construido en la acera contigua a la sala, en la Gran Vía, un auténtico Alcázar de cartón-piedra. "La gente se queda boquiabierta y el éxito es apoteósico". En cuanto a Raza, mayor éxito aún, pues en seguida se supo que el guión de la película lo había escrito Franco en persona, bajo el seudónimo de Jaime de Andrade…

– Franco está muy aficionado al cine, especialmente a las películas americanas y a las comedias musicales…

– Y por qué no a las películas alemanas? -preguntó doña Cecilia.

– Ah, esto no lo sé! -contestó el camarada Montaraz-. Tal vez le baste con los documentales…

La condesa de Rubí, que hablaba con voz dulce, mate, como si estuviera pidiendo perdón, preguntó al gobernador:

– Y cómo encaja Franco los chistes referentes a su persona?

– Se ríe, se ríe mucho… Generalmente se los cuenta su hermana Pilar. Pero él está por encima de esas cosas.

El capitán Sánchez Bravo, presidente del Gerona Club de Fútbol, le preguntó a su vez:

– Y puede ser cierto que el Caudillo sea hincha del Real Madrid?

El camarada Montaraz soltó una carcajada.

– Personalmente yo creo que, si es hincha de algún club, lo será de un club gallego…

Ahí la conversación se disparó. Se formaron varios grupos. Se habló del aumento de la prostitución, que en Madrid y Barcelona alcanzaba cotas alarmantes, lo que obligó al señor obispo a santiguarse. El doctor Andújar habló del piojo verde -tifus- y de la cirrosis, debido a que mucha gente, por su estado anímico y por costumbre adquirida durante la guerra, se atiborraba de alcohol, sobre todo vino y aguardiente. ' La Voz de Alerta' afirmó que, andando el tiempo, con la preciosa ayuda del doctor Morell, él y Carlota pensaban ganar el premio provincial de natalidad… El profesor Civil hizo referencia a dos niños que habían muerto al estallarles en la mano, en la Dehesa, cerca del río Ter, una granada de la guerra civil. Finalmente el camarada Montaraz volvió a tomar las riendas y habló con toda franqueza del fiasco que estaba siendo la emigración de "productores" a Alemania. Dichos productores se habían dado cuenta muy pronto de que "aquello" no era el paraíso. Contratos leoninos. Muchos pidieron la repatriación, pero habían firmado dichos contratos de trabajo y los alemanes exigían su cumplimiento. Todos se quejaban de lo mismo: mala comida, dormitorios inadecuados, disciplina brutal. Sopa de patatas con coles para el almuerzo o la cena y dormir en barracas de madera. Finalmente, los guardianes de fábrica estaban acostumbrados a tratar brutalmente a los obreros extranjeros, por no hablar el idioma alemán. En total, se habían ido unos quince mil, entre los cuales, naturalmente, se contaban algunos pillastres, como un "productor" de los hermanos Costa, Pedro Salles, que había estado cinco veces en la cárcel por robo. "Al parecer, en Alemania se anda con las mismas".

El general Sánchez Bravo amplió esos datos. Dijo que, juntamente con los trabajadores procedentes de España, habían ido a Alemania exiliados de la guerra civil, por orden de Pétain. Y que éstos, debido tal vez a su carga de sufrimiento, una vez en Alemania rendían más y mejor que los procedentes de España. "Sería curioso verlos allí a unos y otros trabajando al alimón en la misma máquina. Al parecer, congenian mejor de lo que pudo suponerse y se ayudan entre sí".

– Naturalmente! -admitió el capitán Sánchez Bravo-. Cuando el español sale fuera da lecciones de camaradería al más pintado…

– Lo malo -dijo la Voz de Alerta, que apostaba por la alegría en la reunión-, es que al parecer unos y otros empiezan a tener hijos con mujeres alemanas… Y nadie sabe lo que Hitler hará con los frutos de ese cruce inesperado.

Nadie había pensado en esta cuestión. Carlota le hizo a su marido un gesto de aprobación.

– Y quién cuida de la salud espiritual de esos hombres? -preguntó inesperadamente el monseñor, sonándose con cierto estrépito.

– Hay algunos consiliarios… -apuntó su eterno familiar, mosén Iguacen-. Pero, claro, no pueden dar abasto. Dios sabe con qué ideas volverán…

Lástima que Carmen Elgazu no estuviera allí! Hubiera resuelto con una palabra la incógnita. "Protestantes! -hubiera dicho-. Regresarán siendo protestantes!".


* * *

Terminado el diálogo, la reunión se dispersó. Y pronto los condes de Rubí se encontraron en el piso de la Voz de Alerta y de Carlota -y ahora, de Augusto-, donde podrían, si les apeteciera, despotricar a sus anchas.

Carlota, sentándose confortablemente en su diván preferido, les dijo a sus padres:

– Ahora, si queremos, podemos despacharnos a gusto. Hasta podemos brindar por don Juan, si os parece oportuno.

El conde de Rubí, lo mismo que su esposa, se refocilaron ante tal perspectiva. Pero no hablaron de la monarquía porque, a su entender, la cosa estaba verde aún. Prefirieron hablar del nacional-catolicismo, dado que les había impresionado mucho la impermeabilidad del doctor Gregorio Lascasas. "Los dogmas en sus labios lo son por partida doble, porque los proclama con acento aragonés".

La madre de Carlota, que llevaba un par de joyas de su bisabuela, habló del Opus Dei.

– Qué pasa, en Gerona, con el Opus Dei?

– Que yo sepa -contestó la Voz de Alerta-, está constituido por una sola persona: Agustín Lago, inspector provincial de Primera Enseñanza.

– Por ahí van los tiros -señaló el conde-. El ministro de Educación, José Ibáñez Martín, les apoya cuanto puede, a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, cuyo secretario general, José María de Albareda, pertenece a la Obra virtualmente desde su fundación, es también aragonés, como el padre Escrivá y como vuestro obispo… Van al copo de las cátedras, que es lo que, de momento, les interesa. Y por supuesto a la búsqueda de ficha jes entre la buena sociedad.

Carlota se rió, porque sabía que su padre había resistido el asedio de dos familias barcelonesas de alcurnia, sobre todo en el campo económico: los Millet y los Valls Taberner.

– Por qué no te dejaste querer? -le preguntó, sonriendo, a su padre-. Podríamos encomendar al hijo de nuestro gobernador, que es arquitecto, que nos hiciera los planos de una casita en la Costa Brava, que sería nuestra ilusión. Sobre todo ahora que tenemos a Augusto, al que pienso vestir de marinero cuando haga la primera comunión…

– El precio sería demasiado elevado -respondió el conde-. No conocéis al padre Escrivá. Es más tozudo que Stalin. Al entrar en la Obra hay que renunciar a uno mismo y actuar como un autómata.

– No será tanto… -sugirió la Voz de Alerta.

– Esto y más. Los miembros de la Obra tienen hipotecado todo el día, desde que se levantan, besando el suelo y ofreciendo al Señor todas las acciones de la jornada, hasta que se acuestan, no sin antes rezar, de rodillas, las tres avemarias de la pureza, y de rociar la cama con agua bendita…

– Cómo? -preguntaron al alimón la Voz de Alerta y Carlota-. Rociar la cama con agua bendita?

– Eso es lo que hacen. Para que huya Satanás y los sueños estén presididos por monseñor Escrivá de Balaguer, quien, dicho sea de paso, nadie sabe de dónde se sacó el de Balaguer, puesto que la primera edición de Camino aparece firmada, simplemente, por José María Escrivá y no hay noticia de nobleza en su árbol genealógico…

' La Voz de Alerta' se había quedado pensativo.

– Pero creéis que hay posibilidad de que la Obra siga adelante y se consolide?

– Eso no lo sabe nadie. Si consiguen comprar bancos, seguro que sí, por lo menos en España. En España el dinero es poder más que en ninguna otra parte del mundo. Además, los jesuítas están de capa caída y la Obra puede llenar el vacío. Y eso de la santificación por el trabajo, sinónimo, a primera vista, de libertad individual, puede ser eficaz siempre y cuando haya un líder; y creo que el padre Escrivá es un líder indiscutible porque tiene eso que nadie sabe lo que es y que se llama carisma…

Carlota preguntó:

– Papá, ya sé que no conoces personalmente al padre Escriva… Pero, te atreverías a afirmar que es hombre de gran talento?

– Por supuesto… Quien ha escrito ese librito que se llama Camino tiene talento de todas todas. Lo conocéis? Lo habéis leído?

– Pues no… -dijo la Voz de Alerta-. No ha habido ocasión.

El conde jugueteaba con el anillo de oro que llevaba en el anular, acariciándolo.

– Conforme. Pues bien… El día que tengáis un ejemplar a mano, estoy seguro de que opinaréis como yo. Novecientos noventa y nueve pensamientos, entre los que hay desde chascarrillos baturros hasta anatemas y procacidades… Por ejemplo, los casados somos clase de tropa y el alto mando son los célibes… Todos nosotros somos depósitos de basura, despreciables, gusaneantes, a menos que Jesucristo tenga piedad… Etcétera. Todo esto, para los timoratos que tienen vocación de masoquismo, es correcto. Aunque parezca lo contrario, a muchos españoles les gusta que les insulten, si quien los insulta invoca una verdad superior…

Carlota tuvo un gesto de decepción.

– Me había propuesto leer Camino -dijo-. Pero, después de oírte, y recordando que casi todos los apóstoles eran clase de tropa, creo que preferiré seguir leyendo el Sermón de la Montaña…

– Absurdo! -remachó el conde-. Hay que leerlo. Si yo fuera don Juan March imprimiría veintiséis millones de ejemplares para que lo leyeran todos los españoles y sacaran sus propias conclusiones… -Dirigiéndose a Carlota añadió-: El libro es machista; así que, a lo mejor te interesa.

– Seguro que sí! Doblaré la última página y me apresuraré a fichar por monseñor Escrivá de Halaguen -No se dice fichar, sino pitar… Cuando alguien entra en la Obra, no se ha dicho que ha fichado, sino que fulanito de tal ha pitado… Captas el matiz?

– Supongo que sí. Pero, de momento, os aseguro que el tema me aburre…

' La Voz de Alerta' abrió una ventana porque hacía mucho calor. Augusto dormía plácidamente, de modo que prosiguieron la charla. Hablaron del nacional-catolicismo, que fue la primera palabra que saltó sobre la mesa y que, en opinión de todos los reunidos, estaba haciendo un grave daño al país, fanatizándolo en una sola dirección.

– Por ejemplo -dijo la Voz de Alerta-, yo soy partidario de la libertad religiosa. Pues bien, ya lo sabéis. El Vaticano y se acabó. Los protestantes son perseguidos e incluso algunos de ellos han ido a parar a la cárcel… Precisamente el mes pasado ocurrió en nuestra provincia un caso que parece sacado de ' La Codorniz'. Fue en La Bisbal. Murió un protestante -tengo entendido que hay unos treinta mil en toda España-, y el párroco, por las buenas, se largó. Al llegar el cortejo fúnebre con el muerto ante la verja del cementerio, el alcalde no se atrevió a enterrarlo. El cortejo recorrió varios pueblos con el muerto a cuestas, hasta encontrar un párroco comprensivo, concretamente en La Escala, que se avino a darle sepultura… – la Voz de Alerta se rascó disimuladamente, ya que sufría un ataque de urticaria en los brazos-. Eh, qué decís a esto?

A los condes les dio por reír. Imaginaron la escena.

– Franco tiene razón… Como España, ni hablar…

Brotó en la reunión el nombre del cardenal Segura, enemigo del rumbo totalitario que seguía el país y partidario de la restauración monárquica. Junto con el arzobispo Vidal y Barraquer, eran, en efecto, las dos únicas jerarquías que se negaban a adular a Franco. El cardenal Segura no aceptaba el nombre de Cruzada aplicado a la guerra civil. Se negó a que se inscribieran en la fachada de la catedral los nombres de los caídos. Anunció que si contra su voluntad se efectuaba la inscripción, "serían excomulgados todos cuantos interviniesen en la operación". No le hizo gracia la elección de Pío XII como papa. Temió que su sentido diplomático diera alguna sorpresa, como así ocurrió. La actitud de Segura significaba que en todo el país solamente quedaran los muros de la catedral sevillana limpios de toda inscripción. Ante el Vaticano definía al régimen español con estas palabras: "Falange es el gran enemigo de la Iglesia española, donde se han guarnecido todos los enemigos antiguos de la Iglesia; los cuales disparan a mansalva bala rasa contra nuestra sacrosanta religión". En su opinión, el propio José Antonio, en ese aspecto, era poco de fiar. Todos los pasos del cardenal eran espiados y los agentes civiles que prestaban servicio en el palacio arzobispal anotaban los nombres de las personas que entraban y salían. El Caudillo dio la orden terminante de que el arzobispo fuera conducido a la frontera y expulsado del país. Serrano Súñer consiguió que Franco se retractara. Además, el nuncio de la Santa Sede, Cicognani, manifestó: "El mismo día que el cardenal salga por Gibraltar, el nuncio apostólico lo hará por Irún". Pero, por otro lado, era un fanático, obsesionado también por el sexto mandamiento. Había que ir a tomar baños fuera de la provincia. Represión inquisitorial, incompatible con el carácter alegre y bullicioso de los andaluces. Cuando predicaba, en el momento más impensado interrumpía para decir: "Cierren los abanicos, porque aquí no estamos en un balneario ni venimos a tomar el fresco, sino a rendir homenaje a Nuestra Señora de los Reyes". "No hagan ruido con las sillas, porque no estáis en un corral sino ante la presencia de Jesús Sacramentado". El baile era su obsesión. "Los que quieran divertirse con el diablo, no podrán gozar con Cristo". "El baile es un círculo en cuyo centro está Satanás".

' La Voz de Alerta' sacudió repetidas veces la cabeza.

– Pobre Niño de Jaénl -exclamó, de pronto-. Lo veo de patitas en el infierno.

– Quién es el Niño de Jaén? -preguntó la madre de Carlota.

– Nada. Un chiquillo andaluz, que hace de limpiabotas. Baila como nadie, cimbreando la cintura y taconeando que es un primor. Le dejas elegir entre el cielo y el baile y elige el baile.

La conversación terminó ahí, porque Augusto se despertó. Dolores, la sirvienta, se disponía a llevárselo.

– No, no, déjalo! Vamos a preguntarle qué opina él de todo esto…

Todos se acercaron a la cuna y quedaron embobados. Un nuevo cristiano!

– Con quién estás de acuerdo, monín? Con monseñor Escrivá o con el cardenal Segura?

Carlota lo tomó en brazos y le acarició los finísimos cabellos negros con los que Augusto había venido al mundo.

– Él no ficha, o no pita, por nadie, de momento… Y hasta que le nazcan los dientes no sabré si mi marido, que es un criticón, es o no es un buen dentista…


* * *

Washington, 18 de julio de 1942.

Querida familia Alvear:

Desearíamos que vosotros, en Gerona, disfrutarais de la paz que nos rodea en esta maravillosa ciudad, repleta de jardines y arbolado, y que sólo los diplomáticos, que ya nacieron hipócritas, pueden encontrar aburrida. Amparo se pasa el día huyendo de los negros, que aquí se acercan al cincuenta por ciento de la población, y que según ella huelen que apestan; por el contrario, yo he conectado con algunos de ellos, vecinos nuestros y me doy cuenta de que es la raza del porvenir. Naturalmente que los Estados Unidos tienen ahora otro problema que resolver, que es la guerra; pero incluso en ese terreno los negros, que se aprestan al combate como cualquier otro ciudadano, más tarde pasarán factura. Los niños negros son maravillosos y si no fuera porque se mueren pronto, nos ahijaríamos uno que nos hace tilín y que se llama Arthur. Tiene unos ojos preciosos y a mí me llama mister García, convencido de que este apellido en España es aristócrata.

Sólo de tarde en tarde recibimos noticias vuestras. Con más frecuencia recibimos Amanecer y otros recortes que nos manda Matías. Ello nos permite deducir la trayectoria que sigue el país, muy apegado, por lo visto, a los tres defectos atávicos, que son el fútbol, los toros y la España y ole. Diríase que este trío nos persigue a lo largo de la historia, como en Inglaterra el triunvirato que todo el mundo allí adora: la Corona, la Biblia y la Marina. Por cierto, que he empezado a leer la Biblia y me arrepiento de no haberlo hecho antes. En la Biblia hay cosas impresionantes, como lo de Abraham e Isaac y la huida de Egipto. Personalmente, me encantan los Proverbios, con consejos que a veces me tocan de cerca y que parecen escritos para mí. Amparo también la hojea de vez en cuando, pero sólo el Cantar de los Cantares.

Por aquí hay mucho masón. Pero esta palabra no tiene en América el mismo significado que en la calle del Pavo. Aclaro esto para que Carmen no crea que vuelvo a las andadas. Soy libre como un pájaro libre. Interesante país! Sabíais que la mano de obra preferida para construir los rascacielos son los indios? Resulta que los indios no tienen vértigo. Les envidio, porque a mí a veces me da vueltas la cabeza y no sé exactamente dónde estoy.

Felicidades a Pilar por el matrimonio. Felicidades a Ignacio por ser ya el pasante de un abogado, al que me gustaría conocer. Matías, cuidado con el colesterol! Aquí los médicos, que son muy buenos aunque muy caros, le dan mucha importancia.

Sabéis el chiste que corre por aquí? "Bien venida la guerra, que permitirá a nuestros jóvenes aprender un poco de geografía y conocer otros países que no sean los Estados Unidos. A lo mejor llegan incluso a conocer el Japón!".

Abrazos, Julio. Señas: Imperial Hotel, Washington, D.C.


* * *

Méjico, 20 de julio de 1942.

Querido Ignacio:

Felicidades por estar practicando ya la carrera que en buena hora escogiste. Estamos seguros de que triunfarás, porque de ti no se puede esperar otra cosa. Por fin hemos sabido el nombre de tu novia: Ana María. Un nombre que, según Olga, que ha empezado a escribir versos, huele a rosas. Para cuándo la boda? Avísanos con tiempo, que hemos pensado ya el regalo que te queremos enviar, gracias al cual podrás presumir de conocer a fondo la ruta de los conquistadores.

Nosotros estamos muy bien, dándole a la editorial. No te olvides de ir mandándonos algún número de ' La Codorniz', que es absolutamente lo contrario de Amanecer. Ese don Venerando que se han inventado los humoristas españoles es de aupa. Los colaboradores de ' La Codorniz' pueden perfectamente parangonarse con Mark Twain, en cuyo último libro que acabo de leer dice que ha visto todos los países que ha querido ver excepto el cielo y el infierno, y que de momento sólo siente una muy vaga curiosidad para conocer uno de éstos.

En estos días no sabría decir si el curso de la guerra nos une o nos separa. Todo está en el aire (y también en el mar). En Méjico hay una guerra cotidiana, por la facilidad con que la gente saca la pistola; pero al margen de esto, ya lo sabéis. Es un país para vivir, que acoge a todo el mundo con los brazos abiertos.

Nos gustaría recibir fotografías recientes de vosotros. Pensar, Ignacio, que tus padres ya son abuelos! Sobre todo, una fotografía del bebé, que ya sabemos que también se llama César.

Nos enteramos de que murió el poeta Miguel Hernández. Es una lástima. Treinta y un años! Todavía recordamos aquellos versos suyos: "Me llamo barro, aunque Miguel me llame. Barro es mi profesión y mi destino".

Anda, Ignacio. Entre pleito y pleito, una carlita para esta pareja de maestros, convertidos ahora en editores de pedagogía. Por cierto, qué ha sido de aquel primo tuyo anarquista, José Alvear? Salvó el pellejo?

Un abrazo para todos, David y Olga. Señas: Avenida de las Américas, 1174, Méjico, D.F.

París, 22 de julio de 1942.

Queridos tíos y primos:

Aquí sigo, en París, con la Nati de mis entrañas, que sigue tocándome las castañuelas. Ese Pétain de los diablos quería enviarme a trabajar a Alemania pero le dije que nones. Estaríamos buenos! En Alemania no hay Moulin Rouge ni camembert. Los que se fueron están que trinan. Qué esperaban? Que les dieran vodka y caviar de Leningrado?

Ese babieca de Antonio Casal, con sus quejíos socialistas y su sordera, me tiene frito. Y para colmo, ha preñado otra vez a su mujer! Para que veáis que en todas partes cuecen lo que yo me sé. Y Gorki, no digamos. Se pasa el día acariciando su úlcera de estómago y a su pastelera, Mady. De vez en cuando oye a Cosme Vila que habla por Radio Moscú. El muy tunante! Pico de oro, como la Pasionaria, pero dejando a todo quisquí tirado en mitad de la calle.

Prefiero no hablaros de las francesitas, que se acuestan con los alemanes dos veces cada noche. Aquí todo el mundo es colaboracionista, empezando por De Gaulle y terminando por la madre que los parió. Me di un garbeo por la Línea Maginot. A menda, que no soy general, me dan aquello y no entra ni Dios.

Sé que Pilar se ha casado con un fascista. Bien! El fascismo está de moda y a lo mejor hace saltar la Banca. Yo he llegado a una conclusión, y se lo digo a Canela siempre que la encuentro en los desfiles de modelos, y que Ignacio debería conocer: ducharse todos los días y afeitarse con champán. Y luchar contra el estreñimiento, que según me contáis le está haciendo la santísima a tío Matías! Por qué se llamará santísima? Con santa va que chuta no creéis? Por cierto, que aquí hay urinarios públicos en todas partes, redondos, y que son el lugar donde se citan los maricones.

Bien, vale por hoy. Continúo en las mismas señas: 74 Avenue de Villiers, París, XVII. Me preguntáis si he aprendido francés. Aquí, si sabes decir pardon y rouge, puedes ir por todas partes. En todo lo demás me entiendo a base de cortes de manga.

Vuestro siempre, José.

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