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Entretanto, en un restaurante de Swindon, una señora vestida de negro, con sartas de abalorios, estaba tomando té con bollos mientras iba pensando en su porvenir. No estaba triste por la desgracia acaecida. Era feliz.

Aquellos viajes a través del campo resultaban agotadores. Hubiera sido más sencillo regresar a Lychett Saint Mary por la vía de Londres... Y no le hubiese resultado mucho más caro. Ah, ahora eso no importaba. No obstante, ello significaría tener que viajar con la familia... probablemente charlando todo el trayecto. Demasiado esfuerzo.

Sí, era mejor regresar a casa por el campo. Aquellos bollitos eran excelentes. Es extraordinario el apetito que abren los funerales. La sopa de Enderby estaba deliciosa, lo mismo que el soufflé.

¡Qué gente más presuntuosa... e hipócrita! La cara que pusieron... cuando dijo lo del asesinato. ¡Cómo la miraron!

Bueno, había hecho bien en decirlo. Movió la cabeza con gesto de aprobación. Sí, hizo muy bien.

Miró el reloj. Faltaban cinco minutos para que saliera su tren. Sorbió el té, que no era demasiado bueno. Hizo una mueca.

Durante un par de segundos siguió soñando. Soñando con el porvenir que se abría ante ella. Sonrió como una niña feliz.

Al fin iba a divertirse de verdad... Dirigióse apresuradamente al tren de vía estrecha, haciendo planes...

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