Estoy en deuda con mi editora, Leslie Wainger, y con la editora ejecutiva, Margaret O’Neill Marbury, así como con el editor adjunto Adam Wilson, por su fe en mí y su entusiasmo por mi alter ego, Jaywalker. Le agradezco a mi agente literario y amigo, Bob Diforio, que haya sido lo suficientemente inteligente como para reunirnos.
Mi esposa, Sandy, se merece reconocimiento por haberme convencido de que tirara a la basura la idea anterior que tenía para escribir un libro, y de que escribiera éste en su lugar.
Y les doy las gracias a mis amigos y antiguos colegas de 100 Centre Street, con muchos de los cuales sigo teniendo contacto. Les agradezco la camaradería que me demostraron cuando estábamos en las trincheras, y por las historias que compartimos a lo largo de los años. Seguramente, muchas de ellas habrán asomado en estas páginas.