3



De vuelta en Long Meadows, Poirot se quitó los zapatos y se puso unas zapatillas. No eran chic; no eran, en su opinión, comme il faut, pero necesitaba un alivio para sus pies atormentados.

Se sentó en el sillón otra vez y se puso a pensar de nuevo. Tenía, ahora mucho en que pensar.

Algunas cosas se le habían escapado, cosas pequeñas.

El rompecabezas estaba todo allí. Solo necesitaba cohesión.

Maureen, copa en mano, hablando con voz soñadora, haciendo una pregunta. Lo que había contado mistress Oliver de su noche en el teatro. ¿Cecil? ¿Michael? Estaba casi seguro de que había mencionado un Michael. Eva Kane, institutriz de los Craig...

Evelyn Hope...

¡Claro! ¡Evelyn Hope!

Загрузка...