A Martin, por quererme tal como soy y por comprarme M &M's cuando más los he necesitado. Te amo.
A mis hijos, que me comprenden cuando me encierro
en el despacho a escribir y que se inventan historias
de lo más increíble. Os estoy muy agradecida
y me siento muy, muy orgullosa de ambos.
A Karen Kosztolnyik y a Karen Solem, por seguir
haciendo mis sueños realidad cuando ya creía haber cumplido todos mis anhelos.