C088.

Adam Winkler estaba postrado en su cama de hospital, sin apenas fuerzas, muy débil. Estaba pálido y se había quedado calvo. Su mano huesuda se aferraba a la de Josh.

– Escucha, no es culpa tuya -le dijo-. De todas maneras me estaba matando yo mismo, habría ocurrido tarde o temprano; el cómo poco importa. El tiempo que me has dado… Me has hecho un gran favor. Mírame. No quiero que te eches la culpa.

Josh no podía hablar, tenía los ojos anegados en lágrimas.

– Prométeme que no te culparás.

Josh asintió con la cabeza.

– Mentiroso. -Adam esbozó una leve sonrisa-. ¿Cómo va tu caso?

– Bien -contestó Josh-. Unos tipos de Nueva York dicen que le hemos provocado alzheimer a su madre y en realidad solo le dimos agua.

– ¿Lo ganarás?

– Seguro.

Adam suspiró.

– Mentiroso. -Relajó la mano-. Cuídate, hermanito.

Cerró los ojos.

A Josh lo invadió el pánico y se enjugó las lágrimas, pero Adam todavía respiraba. Dormía plácidamente.

Загрузка...