Traducido por Lizeth
Renata camino hacia la puerta trasera del alojamiento y se detuvo justo en el umbral. Habia dejado a Nikolai en el refugio, decidiendo que su mayor prioridad era un baño, una ducha caliente, y una muda de ropa que realmente le quedaba era mejor que su resistencia de permanecer incluso de nuevo bajo el dominio de Sergei Yakut.
Ahora dudaba. A tempranas horas de la tarde el sol era una presencia calidad en su espalda, alentadoramente complaciente, pero dentro del alojamiento era oscuro y frio. Sombras jugando sobre el derribado mobiliario y extendiéndose a través de los ordinarios tablones del suelo. Avanzo y camino hacia el lugar donde Lex habia caído.
Su cuerpo se habia ido, la sangre también. Nada más que el pequeño rastro de ceniza dejado atrás – justo como Nikolai habia prometido. Las persianas sobre la ventana de la habitación estaban abiertas de par en par, pero el sol ya habia pasado. Una fresca brisa llevo el aroma de resina de pino y el aire fresco del bosque en la calma húmeda del lugar. Renata respiro profundamente en sus pulmones, dejando la fragancia de un nuevo día impregnar sus recuerdos de toda la muerta, la sangre y la violencia que habían cubierto el albergue anoche.
Hoy, en esta nueva luz, parecía tan diferente para ella.
Ella misma parecía diferente, y sabia la razón del por qué
Estaba enamorada.
Por primera vez en mucho tiempo, tal vez en toda su vida, sabía el verdadero sentido de la esperanza. Acomodándose en su corazón – creyendo que su futuro mantenía algo más que la mera supervivencia, que podría en algún momento medir la felicidad de años, no en raros y fugases momentos. Estar con Nikolai, siendo en sus brazos o parada a su lado, le hacían creer que muchas cosas fueran posibles.
Renata camino en la grande sala, apoyándose en el hecho de que esta sería la última vez que necesitaría ver el lugar.
Esto era un adiós.
Cuando ella y Nikolai salieran de aquí para continuar su búsqueda de Mira, este albergue, el terrible granero y el corral que se encontraba en la parte de atrás, incluyendo Sergei Yakut, Lex, y todos los demás que marcaron los últimos dos años de su vida seria historia. Dejaría todo aquí, la fealdad y el dolor desterrados de alguna parte de su futuro.
Esta parte de su vida habia terminado.
Anduvo por el pequeño baño que habia compartido con Mira, en paz con ella misma y su entorno mientras conecto el agua caliente para la ducha. Cuando el vapor húmedo comenzó a rodar fuera de la cortina, desabrocho unos pocos botones de la camisa prestada de Oxford de Jack y se quedo allí parada por un momento, desnuda, contemplando su futuro con nuevos ojos. No sabía lo que le esperaba una vez la noche cayera y la nueva jornada de este tramo comenzara, pero estaba dispuesta a hacerle frente.
Con Nikolai a su lado – con la esperanza y el ardiente amor tan resplandeciente como una llama en su corazón – estaba preparada para asumir cualquier cosa.
Como un caballero destinado a una – batalla buscando armonía y bendición, Renata dio un paso bajo el agua caliente de la ducha. Cerró sus ojos en una solemne oración mientras la reconfortante agua vertía sobre ella.
Nikolai se quedo a la sombra de la plata refugiándose mientras los pasos de Renata se acercaban desde afuera.
“Toc, toc,” ella lo llamo a trasvés de las hojas. “ven, así podrás mirar la luz del día. No querrás ponerte crujiente por mí.”
Separo algunas hojas verdes y avanzo, pronunciando una rapida disculpa cuando noto que él tenía el teléfono celular de Lex en su oído. Niko habia llamado a la Orden poco después de que ella habia salido del resguardo a limpiarse. Las noticias de Boston eran una mescla entre buenas y malas, junto con una ayuda extra de serios y jodidos problemas.
La buena? Uno de los números del teléfono de Lex era, de hecho, de Edgar Fabien. Usando poco intelecto, Gideon habia sido capaz de piratear en los registros de la base de datos de identificación internacional de Fabien. Ahora, la Orden tenía las direcciones de la residencia del líder del Refugio Oscuro de Montreal, su casa rural, así como los datos de todas sus otras propiedades privadas, tanto de negocios y personales. Gideon tenía acceso a los números del teléfono celular de Fabien, licencia de conducción, archivos de la computadora, incluso del hijo de puta del equipo de vigilancia electrónica de Refugio Oscuro de Montreal.
Y ahí es donde lo malo habia llegado.
Edgar Fabien no estaba en casa. Gideon pirateando habia conectado un canal de video de temprano en la noche mostrando un grupo de siete machos de Raza – uno de ellos probablemente Fabien – dejados en el Refugio Oscuro en compañía de un escolta armado de la Agencia de Ejecución. Habia sido difícil decir quiénes eran los visitantes de Fabien, cuando todos sus lujosos trajes parecían iguales y sus caras habían sido completamente ocultas por capuchas oscuras.
En cuanto a la maldita seriedad del episodio, el grupo de vampiros habia salido con una niña a cuestas. Una joven que evidentemente no habia tenido nada de paz. La descripción de Gideon de la hembra chiquita rubia no dejaba ninguna duda en lo absoluto de que era Mira.
“Aun estás conmigo?” Gideon pregunto en el otro extremo de la línea.
“Si, sigo aquí.”
“Lucan quiere que Fabien sea traído a Boston para un interrogatorio. Eso significa que lo necesitamos vivo, mi hombre.”
Niko exhalo una maldición. “Primero tenemos que encontrar a ese bastardo.”
“Sí, bueno, estoy en eso. Rastre el GPS del teléfono celular de Fabien. Conseguí una señal de un lugar aproximadamente a una hora al norte de Yakut – una de las propiedades registradas por Edgar Fabien. Tiene que ser el.”
“Estas seguro?”
“Bastante seguro, ya hemos enviado refuerzos a tu camino. Tegan, Rio, Brock, y Kade se dirigen al norte para encontrarse contigo mientras hablamos.”
“Refuerzos en camino?” pregunto Niko, ojeando una parte de luz UV que se asomaba a través de las hojas del refugio. La Orden tenía trajes de protección solar para situaciones de emergencia, pero incluso una generación – antigua de vampiros vestidos de pies – a – cabeza con trajes UV podría ser capaz de resistir la luz solar que lo golpearía en el asiento del conductor en un viaje de casi siete horas. “Jesús, no puedes estar hablando en serio. Quien derramo la gota q’ colmo el vaso para aquella misión?”
Gideon se rio. “Hembras testarudas, mi hombre. En caso de que no te hayas dado cuenta, hemos sido invadidos por ellas en los últimos tiempo.”
“Si, lo he notado.” Niko no podía menos que echar un vistazo a Renata, que estaba verificando algunas de las armas que habían reunido de Lex y los demás.
“Cual es la situación, entonces?”
“Dylan esta condiciendo con los chicos a borde de la Rover y con Elise montando la escopeta. Su hora estimada de llegada (ETA) por tu área será cerca de las nueve en punto, justo después de la puesta de sol. Desde que Fabien tiene varios socios desconocidos con él, vamos a necesitar entrar y salir de allí airosamente, sin victimas innecesarias.” Gideon hizo una pausa. “Escucha, se que estas preocupado por la niña. Su seguridad es importante, sin duda, pero esto es grande. Niko. Si Fabien puede llevarnos a algún lugar cerca de Dargos, tenemos que asegurarnos de capturarlo esta noche. Esa es la misión número uno, directamente de Lucan.”
“Si,” dijo Nikolai. Sabía la misión. También sabía que no podía decepcionar a Renata, o Mira de hecho. “Mierda… de acuerdo. Gideon, te escucho.”
“Te llamare si Fabien se mueve entre ahora y la puesta de sol. Entretanto, estoy trabajando en un punto de encuentro para que te reúnas con los chicos esta noche y poner en marcha un plan de infiltración. Debería tener algo en una hora o dos. Te llamo entonces.”
“Correcto. Después.”
Nikolai cerró el teléfono y lo coloco junto a él.
“Gideon pudo sacar algo de aquellos números telefónicos?” pregunto Renata, mirándolo cuidadosamente. “Tenemos alguna pista del Refugio Oscuro de Fabien?”
Niko asintió. “Tenemos su dirección-”
“Gracias a Dios,” ella respiro. El alivio cedió el paso rápidamente a la determinación. Tan feroz como alguna vez lo habia visto en ella. “Donde está el? En su Refugio Oscuro privado en la cuidad, o en las afueras de alguna parte? Puedo hacer una cubierta allí ahora mismo para tener una vista del terreno. Demonios, me siento de una manera – sin pulsaciones, mi hombro debe estar mejorando – tal vez debería caminar directamente hasta el frente de su puerta y golpearlo con una explosión de-”
“Renata.” Niko puso su mano sobre la suya y sacudió su cabeza. “Fabien está en movimiento. No está más en la cuidad.”
“Entonces donde?”
Podría decirle sobre la señal del GPS que Gideon estaba rastreando. Podría decirle que Fabien tenía a Mira en su custodia y que la niña estaba probablemente a solo una hora al norte de donde estaban sentados justo ahora. Pero también sabía que si le decía a Renata eso – si le diera algo mínimo de certeza sobre el paradero de la niña que tanto significaba para ella no podría detenerla de salir por su propia cuenta justo ahora para salir a encontrarla.
La promesa de Niko a la orden era su deber – su vida – su honor jurado – pero y Renata? Esta mujer era su corazón. No podía poner en peligro la misión de sus hermanos más que permitir a la mujer que amaba marchar precipitadamente al peligro sin el allí para verla. El pensamiento de Machoprehistorico, quizás, espacialmente teniendo encueta que Renata era una mujer que sabia como manejar por si misma casi cualquier situación. Estaba bien entrenada y capaz, definitivamente valiente, pero maldita sea…ella significaba mucho para que el tomara esa clase de riesgo. Por sobre todo, no era una opción.
“Estamos esperando una localización solida del Intel sobre donde ha estado Fabien,” dijo él, la mentira amarga sobre su lengua, independientemente de sus buenas intenciones. “Entretanto, la Orden está enviando refuerzos. Nos reuniremos con ellos esta noche.”
Renata escucho, claramente confiando en él y en su palabra. “La Orden tiene alguna idea de si Mira podría estar con Fabien dondequiera que este ahora?”
“Estamos trabajando en ello.” Nikolai encontró difícil sostener su mirada verde claro sin pestañear. “Cuando encontremos a Fabien, encontraremos a Mira. Ella va a estar bien. Te prometí eso, recuerdas?”
Cuando el pensó que ella solo podría asentir con la cabeza y apartar la mirada, Renata en cambio extendió su mano para atrapar su rostro en la palma de su mano. “Gracias… por estar ahí para apoyarme en todo esto. No sé como seré capaz de pagarte, Nikolai.”
El llevo su mano a la suya y puso un tierno beso en su palma. El iba a decir algo sencillo, una de las bromas sin sentido habituales que usa tan a menudo siempre a su alrededor son demasiados reales y emotivas o demasiadas crudas de honestidad. Tenía sus métodos bajo la manga: desviar con humor. Desamar con indiferencia. Atacar y correr como el infierno a la primera indicación de su propia vulnerabilidad. Pero todas aquellas viejas, y confiables armas que habia perfeccionado afilando le fallaban ahora.
Acaricio con su dedo pulgar el dorso de la mano de Renata y se dejo perder en el refugio verde de sus ojos.
“No soy muy bueno en esto,” murmuro él. “Quiero decirte algo… mierda. Me voy a cabrear probablemente, pero quiero que sepas que me preocupo por ti. Me preocupo… endemoniadamente mucho, Renata”
Ella lo miro fijamente, yendo tan lento y silencioso que ni siquiera estaba seguro de que ella estuviera respirando.
“Me preocupo,” soltó, frustrado consigo mismo por la torpeza de las palabras que él quería que fueran perfectas para ella. “No sé como sucedió, o lo que incluso significará para ti – si algo – pero necesito decirlo al fin y al cabo, porque esto es real. Es real, y nunca me he sentido de esta manera antes. No con nadie.”
Su boca se suavizo en la más pequeña sonrisa mientras el divagaba con torpeza, intentando encontrar una manera de decirle la profundidad de lo que estaba en su corazón. Intentar y fallar miserablemente.
“Lo que intento decirte es…” sacudió su cabeza, sintiéndose como molesto de mierda, pero el suave toque de Renata en su rostro lo tranquilizo. Su clara mirada lo trajo de vuelta, directo y centrado, conectándolo don la tierra. “Lo que intento decirte es, que estoy enamorado de ti…realmente enamorado. No estaba buscando que esto pasara. No pensé que alguna vez realmente lo quería, pero…ah, Cristo, Renata, cuando miro tu ojos, una palabra salta en mi mente cada vez. PARA SIEMPRE.”
Ella exhalo despacio y su pequeña sonrisa se extendió de radiante alegría.
Niko pasó sus manos sobre su suave piel, y su pelo húmedo. “Estoy enamorado de ti, Renata. Sé que no soy un poeta – mierda, ni siquiera me acerco. No tengo todas aquellas finas palabras que desearía poder decirte… pero quiero que sepas que lo que siento por ti es real. Te amo.”
Ella rio suavemente. “Que te hace pensar que quiero poesía o palabras finas? Acabas de decir exactamente lo que quiero oír, Nikolai.” Ella deslizo su mano por la parte de atrás de su cuello y tiro de él hacia ella por un largo, y apasionada beso. “También te amo,” susurro contra su boca. “Me asusta como el infierno admitir eso, pero es cierto. Te amo, Nikolai.”
El paso sus labios sobre los de ella y la abrazo, deseando nunca tener que alejarse. Pero el atardecer llegaría antes de tiempo, y todavía habia una cosa que el necesitaba hacer. “Tienes que hacer algo por mí.”
Renata se acomodo contra él. “Cualquier cosa.”
“No sé que va a pasar esta noche, pero necesito saber que vas a ir a esto tan fuerte como puedes ser. Quiero que tomes algo más de mi sangre.”
Ella se soltó de su abrazo y juguetonamente arqueo una ceja frente a él. “Estas seguro que no estás solamente tratando de entrar en mis pantalones de nuevo?”
Niko rio entre dientes, una sacudida de calor arremolinándose directamente en su ingle como una buena idea.
“Yo no lo rechazaría la invitación. Pero lo digo en serio… Quiero que bebas de mí de nuevo ahora. Harías eso por mi?”
“Si, por supuesto.”
El aparto un mechón oscuro de su frente. “Hay una cosa más, Renata. Cuando nos movamos sobre Fabien esta noche, me mataría si algo…bueno, simplemente no puedo arriesgarme a estar separado de ti, voy a necesitar saber que estas bien todo el tiempo, o mi concentración va hacer para mierda. Necesito tener un enlace de ti. Se como te sentías con Yakut, usando tu sangre como una traba para ti, y te prometo que eso no es lo que-”
“Si, Nikolai.” Dijo ella, interrumpiéndolo con un movimiento suave de sus dedos sobre su boca. “Si…puedes beber de mi.”
Su maldición como respuesta fue baja de alivio. “Es para siempre,” le recordó firmemente. “Necesitas entender eso. Al igual que el vinculo de sangre que tienes de mi ahora, si bebo de ti, no podemos deshacerlo nunca.”
“Entiendo,” dijo ella, sin vacilación en lo absoluto. Se hacerlo a él y lo beso, largo y profundo. “Entiendo que el vinculo es para siempre… y sigo diciendo que si.”
Niko gimió. El fuego iluminándose en sus venas. Sus colmillos se alargaron, y su sexo se elevo por atención inmediata, todo de él ansioso por reclamar a Reata como suya propia. El la beso, su corazón golpeando fuertemente contra su caja torácica cuando ella paso su lengua por su s labios para jugar con las puntas afiladas de sus colmillos.
“Te quiero desnuda para esto.” Dijo él, incapaz de contener el borde de mando que se filtraba en su voz. El era parte humana, pero habia otra parte de él – una parte más salvaje – que sabia ser menos paciente de lo que le gustaría.
Niko miro con ojos llameantes de ámbar como Renata lo obedecía rápidamente, despojándose de su ropa y tendiéndose sobre el piso de césped sombreando del refugio, sus muslos dejándose abrir, presentándose a él sin una pizca de inhibición.
“Oh, sí,” Niko gruño. “Eso es mucho mejor.”
El era desenfrenado por la necesidad de ella. Arrancándose su propia ropa y dejándola a un lado, se subió sobre sus caderas y la monto. Su polla empujó hacia afuera, pataleando mientras ella lo acariciaba torturándolo, una rendija de luz – se filtraba, el sostuvo sus ardiente mirada mientras llevo su muñeca hasta su boca y mordió su propia carne.
“Déjame probarte de nuevo,” dijo ella. Subiendo hasta encontrar su vena mientras él llevaba sus perforaciones a su boca. Gotas carmesí salpicaron hasta caer sobre sus pechos, tan vivido contra su cremosa piel. Ella gimió, cerrando sus ojos mientras lo succionaba, saboreándolo.
Niko la miraba beber, mirando su cuerpo empezar a retorcerse por la excitación. Con su mano libre, él la acarició, incapaz de resistir pasar sus dedos por la sangre que habia derramado sobre ella. La perspectiva de su sangre marcando su piel era tan erótica como nada que hubiera visto. Su toque atrevido más abajo, ene l centro fundido de ella estaba tan listo para él. Sus brazos sujetaron su muñeca, sosteniéndolo contra ella mientras el primer orgasmo se disparo a través de ella.
Niko gruño de pura adoración masculina mientras alimentaba a su hembra de su cuerpo y la sentía a ella clamar para tenerlo. El la dejo beber durante varios minutos, hasta su cuerpo estaba ardiendo de nuevo debajo de él.
El también estaba ardiendo.
Cuidosamente el tomo su muñeca de su boca y cerro las perforaciones con una pasada de su boca. Renata todavía estaba arqueándose y retorciéndose, todavía gimiendo por él, mientras él se preparaba sobre ella y se sumergía en casa, sus uñas sus se cernía sobre sus hombros en un dolor delicioso.
Nikolai le hizo el amor tan despacio como pudo – tan despacio como la fiebre de su cuerpo se lo permitía. Ella se corrió de nuevo, fijándose alrededor de él y retorciéndose de una furiosa liberación de él también. Difícilmente reduciendo la embestida. Todavía estaba duro dentro de ella, todavía hambriento por esta mujer… su mujer.
Con una mano temblorosa, Nikolai suavizo los pinchazos oscuros ya cerrados de un lado de la hermosa garganta de Renata. “Estas segura?” él le pregunto, su voz apenas reconocible para el mismo, estaba tan seca y desesperada. “Renata… Quiero que estés segura.”
“Si,” ella se arqueo hasta confírmalo con su empuje, su constante mirada suplicante. “Si.”
Con un gruñido salvaje enroscándose en su garganta, Nikolai desnudo sus colmillos y descendió sobre ella.
El dulce sabor de la sangre de Renata surgiendo en su boca lo nielo totalmente como patada rotunda en el estomago. Ah, Cristo, ahora lo sabía. Cuantas veces habia especulado el trasero de otros guerreros acerca de estar emparejados y encontrar a una hembra que los haría deslumbrar a cualquier otro? Fácilmente cientos de veces. Miles, probablemente.
Que mierda de desorientado habia estado.
Ahora lo sabía. Renata lo tenía, incluso antes de que el mismo se hubiera dado con su mordedura. Estaba de rodillas ante esta mujer, y con gusto se quedaría allí por el resto de su vida.
Niko bebió aun más, ahogándose en el placer del vínculo que habia forjado a través de la unión de sangre y el ritmo desorbitado de sus cuerpos unidos. Sus dientes que todavía la mantenían debajo de él mientras tomaba su último trago de ella, Nikolai se corrió de nuevo, esta vez mas fuerte, una descarga asombrosa que lo golpeo como un tren de carga. Se aferro a ella, estremeciéndose con intensa satisfacción. Aunque pudiera haber bebido a sorbos de su vena durante toda la noche, Nikolai se obligo alejarse, sellando sus heridas con una tierna barrida de su lengua.
El se quedo mirándola, su iluminada mirada en su piel. “Te amo,” jadeo e, necesitando que lo escuchara y le lo creyera. Quería que ella lo recordara después de esta noche, después de que lograran ubicar a Fabien al norte y Nikolai la explicara por qué habia sentido la necesidad de mentirle hoy. Beso su mentón, su mejilla, su frente. “Te amo. Renata.”
Ella le sonrió soñolientamente. “Mmmm… me gusta realmente como suena eso.”
“Entonces tendré que asegurarme de que lo oigas mucho.”
“De acuerdo.” Murmuro ella, sus dedos jugando con su cabello – empapado de sudor sobre su nuca. “Eso fue increíble, por cierto. Siempre va hacer así de bueno?”
El gimió. “Tengo la sensación de que solo podría mejorar.”
Ella rio, y la vibración hizo despertar de nuevo su sexo. “Si continuas así, voy a tener que volver a entrar y tomar otra ducha.”
Él le dio un movimiento sexi y poderoso a su pelvis, encaminando su erección aun más profunda.
“Oh, puedo continuar. No te preocupes, eso nunca va hacer un problema cundo estés cerca.”
“Mejor deberías tener cuidado, o yo podría obligarte a eso.”
Niko rio entre dientes a pesar de su pesado humor. “Corazón, me puedes obligar de cualquier manera que quieras.”
La beso de nuevo, y gruño de placer cuando ella envolvió sus piernas alrededor de él y lo hizo rodar en su espalda para comenzar una lenta, y tortuosa embestida.