EPÍLOGO

Querido Peter.

No es fácil escribir esta carta; sin embargo, desearía haberlo hecho hace mucho tiempo. No me he atrevido a decírtelo yo misma y no puedo esperar que alguna vez me perdones. Todos estos años de mentiras han hecho que la distancia entre nosotros se hiciera infranqueable, pero no debes culparte de que haya sido así. Sé que tus mentiras eran por mí, y que ha debido de ser una carga difícil de llevar, pero mis mentiras también eran por ti y eso es imperdonable. Me arrepiento enormemente de no haber podido hacer las cosas de otra manera, pero actué equivocadamente desde el principio y luego no pude encontrar el camino correcto. Ahora voy a morir pero antes quiero que sepas la verdad.

Amaba a Lennart más que a nada en este mundo. Él lo era todo para mí. Éramos muy felices. Entonces nació Eva. El parto fue muy difícil y poco después tuvieron que operarme para extirparme el útero. Lennart, que deseaba un hijo por encima de todo, sufrió una gran decepción. Yo estaba cansada y triste pero tuve que mantenernos a ambos a flote. Eva crecía pero Lennart solo se ocupaba de ella a medias. Finalmente comprendí que debía hacer algo para que nuestro matrimonio no se deteriorase. Mi decepción a causa de su forma de actuar era grande pero propuse que adoptáramos un niño. Nos pusimos en contacto con una agencia de adopción y medio año después nos informaron de que había un niño recién nacido en el hospital de Sundsvall. Eras tú. Tu madre había muerto durante el parto y tu padre no quería saber nada de ti, por esa razón viniste con nosotros. Lennart se volvió otra persona. Te quiso desde el primer instante y su amor era tan grande que también alcanzaba para Eva, pero tú eras el predilecto. Siempre preguntaba por ti cuando regresaba a casa y era contigo con quien pasaba su tiempo libre. Para compensar a Eva yo procuraba ocuparme de ella tanto como me era posible. Debo reconocer que hubo momentos en los que casi sentí celos. Tú ocupabas toda su atención. Su cariño por ti era enorme.

Cuando murió se desmoronó toda mi existencia. Aunque resulte difícil de entender continué viviendo solo por ti y Eva. Sé que te he defraudado, Peter, y tengo remordimientos por ello. Tú siempre has tenido que bastarte a ti mismo, y he visto cómo has intentado hacer de todo por conseguir ganar mi cariño. Quiero que sepas que siempre te he querido, pero mis celos no murieron con Lennart. Tú permanecías como una muestra viviente de su amor, era a ti a quien más había querido. Te tenía en sus pensamientos cuando supo que iba a morir. «Cuida de Peter», dijo. Nunca te pude repetir esas palabras. Perdóname. Sé que oírlo hubiera significado mucho para ti.

Deseo que haya alguna manera de reparar mi culpa. Por eso he intentado buscar a tu auténtica familia. Tu padre biológico falleció en 1988, pero he encontrado a tu hermana mayor biológica y quizá sería bueno que la vieras. Se llama Anja Frid y vive en Estocolmo igual que tú. Le envío a ella esta carta con la esperanza de que vaya a buscarte. Quizá podríais daros fuerza el uno al otro.

Espero que comprendas que has sido muy querido.

Perdóname.

TU MADRE


Himalaya,

Katmandú 17 de marzo de 1997


¡Hola, Eva!

Espero que todo te vaya bien en casa. Aquí estamos bien. Nepal es muy bonito; ayer regresamos de una excursión de tres días por el paso de Xixabangma Feng en el lado sur del Himalaya. La vista era realmente fantástica. He tenido el estómago algo revuelto pero por lo demás me encuentro bien. Regresaremos a Suecia dentro de una semana y espero que podáis venir a vernos en Valpurgis, como habíamos acordado. ¡Tengo muchas ganas de verte!


¡Saludos a todos! Saludos


Peter


PD. Ya no tienes que preocuparte más por esa mujer. El día antes de partir llamaron del hospital para comunicarme que había fallecido.

Загрузка...