C063.

En el tranvía subterráneo que comunica el edificio de oficinas del Senado con el comedor, el senador Robert Wilson (demócrata por Vermont) se volvió hacia la senadora Dianne Feinstein (demócrata por California) y le comentó:

– Creo que deberíamos ir un paso por delante con lo de la genética. Por ejemplo, deberíamos redactar una ley para prevenir que las jóvenes pudieran vender sus óvulos por dinero.

– Eso ya lo están haciendo, Bob -repuso Feinstein-, hoy por hoy ya pueden vender sus óvulos.

– ¿Para qué? ¿Para pagarse la universidad?

– Tal vez algunas, pero la mayoría lo hacen para comprarle un coche nuevo al novio o para pagarse una operación de estética.

El senador Wilson no daba crédito.

– ¿Desde cuándo? -preguntó.

– Desde hace un par de años -contestó Feinstein.

– Tal vez en California…

– En todas partes, Bob. Una adolescente de New Hampshire lo hizo para pagar la fianza de su novio.

– ¿Y no te preocupa?

– No me gusta -aseguró Feinstein-, creo que no se les informa como es debido y que, médicamente, el procedimiento entraña muchos riesgos. Me temo que esas chicas están ponien


do en peligro su capacidad reproductora futura, pero ¿en qué nos fundamentaríamos para prohibirlo? Se trata de su cuerpo y de sus óvulos. -Feinstein se encogió de hombros-. De todas maneras, ese barco ya ha zarpado, Bob. Hace mucho tiempo.

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