Agradecimientos

La mayor parte de La hora de las sombras transcurre en Öland a mediados de la década de 1990, pero se trata de una Öland que en parte sólo existe en la mente del autor. Las personas y las empresas que aparecen en el libro no son reales, y muchos de los lugares tampoco.

Estoy muy agradecido a mi abuelo, Ellert Gerlofsson, capitán de barco, y a su hermano Egon, peluquero y buzo, por haber compartido conmigo sus historias y recuerdos. También querría dar las gracias por su ayuda al capitán de la marina mercante Stellan Johansson, de Bohuslän, al periodista Kristian Bedel, de Gotemburgo, y al abogado Lars Oscarsson, de Jönköping.

Muchos amigos me han ayudado de diferentes maneras durante el proceso de escritura del libro: gracias a Kajsa Asklöf, Monica Bengtsson, Victoria Hammar y Peter Nilsson, del taller de escritura Litter. A Jacob Beck-Friis, Niclas Ekström, Carolina Karlsson, Rikard Hedlund, Mats Larsson, Carlos Olguin, Catarina Oscarsson, Michael Sevholt, Kalle Ulvstig y Anders Weidemann. También a mis familiares Lasse y Eva Björk, de Kalmar, Hans y Birgitta Gerlofsson, de Färjestaden, y a Gunilla y Per-Olof Rylander, de Borgholm.

Asimismo, me gustaría dar las gracias a mis maravillosos editores, sobre todo a Richard Berghorn, de la revista Minotauren, y a Kent Björnsson, de la editorial Schakt, que se ha encargado de muchos de mis cuentos; también a Lotta Aquilonius, de Wahlström & Widstrand, que se ha ocupado de La hora de las sombras.

Mi madre, Margot Theorin, se merece un especial agradecimiento por todos los viejos libros de historias ölandesas y artículos de prensa que generosamente me ha proporcionado.

Y, finalmente, gracias y abrazos a Helena y Klara por aguantar mis sueños.

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