Doy las gracias de todo corazón a cada uno de los que me han ayudado a hacer este libro posible: a mi familia por su apoyo, servicio de guardería y su incondicional apoyo. A Kevin por encargarse del fastidioso papeleo, a Anouchka por prestarme a Pantoufle. Gracias también a mi indomable agente Serafina Clarke y a mi editora Francesca Liversidge, a Jennifer Luithlen y Elisabeth Atkins, así como a mi casa editora, que me han hecho sentirme bienvenida. Finalmente, gracias muy particulares al compañero autor Christopher Fowler por encenderme las luces.