Los expertos no se ponen de acuerdo respecto a la letra del gran éxito de los Romantics de la década de 1980 What I Like About You. Ig canta «Susúrrame al oído», pero mucha gente afirma que lo que grita Jim Marinos es «Un cálido susurro en mi oído» o incluso «Un teléfono me susurra al oído». Dadas las múltiples versiones decidí que dejaría que Ig tuviera la suya propia, pero pido disculpas a los puristas del rock si he cometido un error.
La correctora de este libro me hizo saber, muy acertadamente, que las langostas mueren en julio, pero el autor ha elegido no enmendar el desliz por razones artísticas, esas de las que tantas veces hemos oído hablar.
Doy las gracias al doctor Andy Singh por su explicación del BRCA1, el tipo de cáncer que mató a la hermana de Merrin y que podría haberla matado también a ella si mi argumento no la hubiera llevado por otros derroteros. Cualquier error o inexactitud relativo a la información médica es únicamente mío. Gracias también a Kerri Singh y al resto de los miembros del clan Singh por aguantar mis dudas y nervios mientras escribía esta novela en el transcurso de muchas veladas.
Estoy muy agradecido también a Danielle y al doctor Alan Ades. Cuando necesité un lugar donde trabajar sin ser molestado me encontraron uno. Gracias también a la gente del Lee Mac's por darme de comer durante cuatro meses. Tengo una deuda de gratitud con mis amigos Jason Ciaramella y Shane Leonard; ambos leyeron este libro cuando aún era un borrador y sus aportaciones me resultaron de gran ayuda. Gracias asimismo a Ray Slyman, quien me habló de la cruz Don Orione; a mi hermana, la clériga Naomi King, quien me remitió a varios pasajes bíblicos que me fueron de gran utilidad. Un libro, God's Problem: How the Bible Fails to Answer Our Most Important Question-Why We Suffer [«El problema de Dios. El fracaso de la Biblia a la hora de responder a nuestra pregunta más importante y por qué sufrimos»], de Bart Ehrman (HarperOne), también me resultó de gran ayuda. Lo leí cuando estaba inmerso en el quinto borrador del libro y sospecho que de haberlo hecho antes esta novela sería muy distinta.
Un equipo de gente entregada y apasionada de los libros trabajó en éste en William Morrow/Harper Collins: Mary Schuck, Ben Bruton, Tavia Kowalchuk, Lynn Grady, Liate Stehlik, Lorie Young, Nyamekye Waliyaya y la editora de textos Maureen Sugden. Mi agradecimiento a todos ello por ayudarme a hacer de esta novela lo que es.
También doy las gracias a Jody Hotchkiss y Sean Daily, ambos lectores apasionados (y cinéfilos) y que desde el primer momento fueron ardientes defensores de esta historia.
Hubo un momento en que llegué a pensar que este libro era el demonio mismo; por eso estoy agradecido a mis editores, Jen Brehl, Jo Fletcher y Pete Crowther, y a mi agente, Mickey Choate, por su paciencia mientras luchaba por terminarlo y por toda la ayuda que me brindaron en los momentos más duros.
Por último gracias a mi familia, Leonora y los chicos. Sin ellos no habría tenido la más mínima posibilidad de terminar Cuernos.
J. H., agosto de 2009