Soneto C

En medio de la tierra apartaré

las esmeraldas para divisarte

y tú estarás copiando las espigas

con una pluma de agua mensajera.

Qué mundo! Qué profundo perejil!

Qué nave navegando en la dulzura!

Y tú tal vez y yo tal vez topacio!

Ya no habrá división en las campanas.

Ya no habrá sino todo el aire libre,

las manzanas llevadas por el viento,

el suculento libro en la enramada,

y allí donde respiran los claveles

fundaremos un traje que resista

la eternidad de un beso victorioso.

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