Soneto XV

Desde hace mucho tiempo la tierra te conoce:

eres compacta como el pan o la madera,

eres cuerpo, racimo de segura substancia,

tienes peso de acacia, de legumbre dorada.

Sé que existes no sólo porque tus ojos vuelan

y dan luz a las cosas como ventana abierta,

sino porque de barro te hicieron y cocieron

en Chillán, en un horno de adobe estupefacto.

Los seres se derraman como aire o agua o frío

y vagos son, se borran al contacto del tiempo,

como si antes de muertos fueran desmenuzados.

Tú caerás conmigo como piedra en la tumba

y así por nuestro amor que no fue consumido

continuará viviendo con nosotros la tierra.

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