Después de matar a Winsloe, Clay Cambió, y volvimos por nuestra ropa. No había tiempo para tardanzas. Había todavía trabajo por hacer en el complejo. Cada pedazo de prueba debía ser encontrado y destruido. Teníamos que borrar todos los rastros de nuestra presencia. Finalmente alguien encontraría el complejo y los cuerpos dentro. Para disminuir la probabilidad de una investigación policial a gran escala, Paige había hackeado el sistema del ordenador esa mañana y había transferido el derecho de propiedad a un cártel de drogas colombiano. No me pregunten como conocía ella el nombre de un señor de la droga sudamericano. Algunas preguntas es mejor dejarlas sin contestar. En cuanto a Winsloe, habíamos eliminado su cuerpo de una manera que aseguraba que nunca sería encontrado. ¿Cómo? Bien, esa es otra de esas preguntas. El punto era que nadie encontraría alguna vez a Winsloe o lo conectaría con el complejo, lo que evitaría una campaña de medios de comunicación que rodearía su muerte.
– ¿Crees que Savannah estará bien? -pregunté cuando terminamos de vestirnos-. Ella golpeó esa pared con bastante fuerza.
– Ella parecía bien. Jeremy cuidará de ella.
– ¿Crees que Paige será capaz de manejarla?
– Si Paige pudo manejar a ese hechicero, puede manejar a una niña de doce años. Ella estará bien, querida. Ambas lo estarán.
– Eso espero.
Clay apartó una rama para mí -Mirándote con Savannah, yo pensé…
– No lo hagas.
– No dije nada.
– Bueno. No lo hagas.
– Yo sólo pensé…
– Nada de niños.
Él se rió y puso su brazo alrededor de mí -Parece definitivo.
– Lo es. ¿Yo como madre? -Me estremecí-. Sólo puedo imaginar una cosa peor. Tú como padre.
– Un millón de gracias. Yo sería un… padre bastante bueno. Y si no, está Jeremy. Él es un gran padre. Él compensaría mis defectos.
– Gran idea. Tenemos niños y dejamos la responsabilidad en él. Él amaría todo esto.
– Él no se opondría.
Gemí -Nada de niños.
Clay avanzó unos metros más, luego sonrió abiertamente -Hey, ¿Sabes qué más? Si tuviéramos niños, no podrías marcharte. Me tendrías que aguantar. He ahí un pensamiento.
– ¡Tú-qué-oh!
Levanté mis manos y me alejé pisando fuerte. La risa de Clay resonó por el bosque. Él trotó, me lanzó a tierra, y me hizo cosquillas.
– Escondo mis píldoras anticonceptivas -dije, jadeando.
– Hablaremos de ello más tarde.
– Nun…
Él me cortó con un beso. Un minuto más tarde, vino un crujido desde los arbustos.
– Se están besando -Una voz joven. Savannah.
Me curvé para ver a Savannah detrás de Jeremy. Entonces él miró detenidamente por encima de los arbustos.
– Oh, están vestidos -dijo, y liberó a Savannah.
Me escapé del asimiento de Clay -Por supuesto que estamos vestidos. Desde cuando nos detenrmos en medio de una situación peligrosa para tener -eché una mirada a Savannah- un descanso.
Jeremy puso los ojos en blanco.
– ¿Mataste a Winsloe? -preguntó Savannah.
– Lo matamos -me ahogué-. Um, no, nosotros -uh
– Se han ocupado de él -dijo Jeremy-. Ahora creo que deberíamos volver con Paige antes…
– ¡Allí estás! -dijo Paige, atravesando los arbustos, su rostro reluciente de sudor-. Te dije que te quedaras cerca.
– Me quedé realmente cerca -dijo Savannah-. No me dijiste cerca de quién tenía que quedarme.
– Yo trataba de recoger el rastro de Leah -nos explicó Jeremy-. No hay ningún rastro de ella. Quizás ustedes dos pueden hacer un mejor trabajo.
– Iré con Elena -dijo Savannah-. Si encontramos a Leah, puedo usar mi hechizo de agarre otra vez.
Paige y yo abrimos nuestras bocas para protestar, pero Jeremy nos calló con la mano.
– ¿Por qué no vamos a buscar a Adam? -dijo-. Quizás podamos ayudarle.
Los ojos de Savannah chispearon a la mención de Adam, pero ella sólo se encogió de hombros y nos permitió creer que supuestamente sería una alternativa aceptable. Cuando Jeremy se dirigió hacia el complejo, Savannah se arrastró detrás de él.
Paige suspiró -Puedo haber encontrado finalmente un desafío para el que no estoy lista. Gracias a Dios tengo a mis hermanas de Aquelarre. Ellas morirán probablemente del asombro cuando realmente admita que necesito ayuda.
– ¿Quieres venir con nosotros y buscar a Leah? -Pregunté-. ¿Descansar un rato?
– No, continúen ustedes dos. Tengan cuidado.
Sonreí abiertamente -¿Vamos, cuál sería la diversión en eso?
Paige se rió y trotó tras Jeremy y Savannah.
Cuando dejamos el complejo al amanecer no había ninguna prueba que sugiriera que algo fuera de lo común había pasado allí. Bien, un edificio lleno de cadáveres no es exactamente trivial, pero no había ninguna prueba de nada sobrenatural. Antes de salir, Adam comenzó una serie de pequeños incendios, no lo suficientes como para ser vistos por los aviones, pero lo suficientes para llenar el edificio de espeso humo, dañando cualquier cosa que quedara.
¿Oh, y Leah? Nunca la encontramos. Pasé dos horas registrando las tierras fuera del complejo. Si ella se hubiera marchado, yo debería haber encontrado un rastro. Ya que no lo había logrado, teníamos que asumir que se había escondido en algún sitio en el complejo, donde habría sido vencida finalmente por el humo. ¿Y si realmente había logrado escapar? Bien, digamos que ninguno de nosotros planeaba visitar su casa de Wisconsin en ningún momento en el corto plazo.