Carta de Roderick Welman a Elinor Carlisle. 15 de julio.
Querida Elinor:
Acabo de recibir tu carta. No; realmente, no siento que se venda la casa de Hunterbury. Has sido muy amable al consultarme. Creo que procedes muy bien si no te gusta vivir allí, lo cual es evidente. No obstante, es posible que tengas alguna dificultad en deshacerte de ella. Es una casa demasiado grande para las necesidades actuales, aunque, desde luego, ha sido modernizada, está provista de buenas dependencias para la servidumbre, tiene gas y luz eléctrica y todo lo necesario. De todas formas, espero que tengas suerte. El calor aquí es espléndido. Paso horas enteras en el mar. Hay aquí una gente algo extraña, pero no me mezclo mucho con ella. Ya me dijiste una vez que yo no era muy sociable. Temo que sea la pura verdad. Encuentro que la mayor parte del género humano es extraordinariamente repulsiva. Probablemente los otros tienen hacia mí el mismo sentimiento. Hace mucho tiempo que me di cuenta de que tú eras uno de los representantes más aceptables de la Humanidad. Estoy pensando en pasar una semana o dos en las costas dálmatas. Mis señas: a la casa Cook, de Dubrovnik, desde el día 22. Si puedo hacer algo por ti, dímelo.
Agradecido y con admiración, tuyo,
Roddy.