I

Principio del discurso del abogado defensor:

—Señores del Jurado: Yo podría, si quisiera, presentar pruebas de que no es culpable la acusada. El fiscal tiene el deber de presentar las pruebas de la acusación y, en mi opinión, y sin duda en la vuestra, hasta ahora no ha probado nada en absoluto. El acusador aduce que Elinor Carlisle, habiéndose apoderado de una cantidad de morfina (que todos los de la casa podían haber cogido igualmente, pues todos tuvieron idéntica oportunidad, aunque en realidad existe la duda de que realmente esa morfina estuviese en la cartera), procede a envenenar a Mary Gerrard. Aquí el fiscal se apoya solamente en esa oportunidad. Ha intentado buscar un móvil, pero yo someto a vuestra consideración que no ha podido hallarlo.

»¡Pues, señores del Jurado, no hay ningún móvil! El acusador ha hablado de una promesa rota. ¡Una promesa rota! Si una ruptura de relaciones, si una ruptura de esa promesa es una causa para asesinato, ¿por qué razón no se cometen asesinatos todos los días? Y esta promesa, este compromiso de casamiento, escuchen bien, no era un asunto de una pasión desesperada; era un compromiso contraído principalmente por razones familiares. Miss Carlisle y mister Welman se habían criado juntos; siempre se habían estimado, y, gradualmente, llegaron a quererse; pero tengo el propósito de demostrarles que, en el mejor de los casos, se trataba de un asunto muy tibio.

(«¡Oh Roddy..., Roddy! —pensó Elinor—. ¿Un asunto muy tibio?»)

—Además, el compromiso fue roto no por mister Welman, sino por la detenida. Afirmo que he dicho que el compromiso de casamiento entre Elinor Carlisle y Roderick Welman se contrajo principalmente para complacer a la anciana mistress Welman. Cuando ella murió, los prometidos se dieron cuenta de que sus sentimientos no eran lo bastante fuertes para justificar un casamiento. No obstante, continuaron siendo buenos amigos. Además, Elinor Carlisle, que había heredado la fortuna de su tía, por pura bondad se proponía asignar una cantidad considerable de dinero a Mary Gerrard. ¡Y esta muchacha es acusada de un delito de envenenamiento! Esto es ridículo.

»Lo único que hay contra Elinor Carlisle es la circunstancia en la cual ocurrió el envenenamiento.

»El fiscal ha dicho, en efecto:

«Nadie más que Elinor Carlisle puede haber matado a Mary Gerrard»

»Por consiguiente, han tenido que buscar un posible móvil. Pero, como he dicho antes, no han podido encontrar ningún móvil, porque no había ninguno.

»Ahora bien: ¿es cierto que nadie más que Elinor Carlisle pudo haber matado a Mary Gerrard? No, de ninguna manera. Existe la posibilidad de que Mary Gerrard se suicidase. Existe la posibilidad de que alguien pusiese algo en los emparedados mientras Elinor Carlisle estuvo ausente de la casa, en el pabellón. Existe una tercera posibilidad. Es una hipótesis mediante la cual, si puede demostrarse posible y consistentemente con la evidencia, la acusada debe ser absuelta. Yo me propongo demostrarles que hubo otra persona que no sólo tenía igual oportunidad para envenenar a Mary Gerrard, sino que tenía un motivo mejor para hacerlo. Yo me propongo presentar pruebas para demostrarles que existe otra persona que igualmente pudo apoderarse de la morfina y que tenía un buen motivo para matar a Mary Gerrard...; y puedo demostrarles que esa persona tuvo una oportunidad igualmente buena para hacerlo.

»Yo sostengo, señor, que ningún Jurado del mundo puede condenar a esta mujer por asesinato cuando no existen pruebas contra ella, excepto esa de la oportunidad; y cuando pueda demostrar que no sólo hay pruebas de oportunidad contra otra persona, sino un móvil importante, llamaré a algunos testigos para demostrar que ha habido un acto de perjurio deliberado por parte de uno de los testigos de cargo.

»Pero, primeramente, interrogaré a la acusada, para que ella cuente su propia historia y ustedes puedan ver por sí mismos cuan infundados son los cargos que se hacen contra ella.



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