¡Parece mentira! ¡Las cosas que pasan en Faguas! Menos mal que los hombres nos repusimos ya del mal de testa porque este país sí que está madreado. La Presidenta sigue en coma y mientras tanto la Asamblea de las Mujeres (¿qué diría Aristófanes de esta?), en abierta violación a la Constitución, ha elegido en su lugar, interinamente dicen y con los votos mayoritarios del pie (de quién más), a la benemérita pelirroja, Ministra de Defensa y antigua gerente de Servicios de Seguridad s.a. (ssaa), Eva Salvatierra, para que nos gobierne. En la Reforma Constitucional realizada bajo los auspicios de nuestro ilustre gobierno femenino, ellas mismas dejaron claramente establecido que nadie que no fuese directamente electo o electa, debía asumir el rol presidencial. Al imponer a Eva Salvatierra, la Asamblea Nacional ha contravenido esta disposición, colocándose fuera del marco que rige las leyes de nuestra nación.
Lo anterior ha acontecido, seguramente, a instancias de esta señora Salvatierra, que, como es bien sabido, no solo es militar, sino el intelecto que ha llevado a Faguas a la Edad Media, con jaulas donde se exhiben delincuentes, tatuajes impíos en las frentes de estos y los trabajos forzados a los que somete a los prisioneros.
No es que pidamos misericordia para quienes cometen crímenes deleznables, pero poco edificante es combatir la violencia contra las mujeres aplicando esos métodos bárbaros e inhumanos contra los hombres.
Eva Salvatierra podrá ser muy del pie, muy Eva y muy Salvatierra, pero ni pertenece al Paraíso Terrenal, ni tiene en mente salvar a nadie; al contrario: es, como lo fue Thatcher en su tiempo, una dama de hierro.
Los hombres de Faguas ya estamos cansados de estas amazonas trasnochadas que han intentado convertir a nuestro país en una guardería infantil y convertirnos a nosotros en dóciles servidores de sus necesidades.
Es urgente que no permitamos que se atropelle nuestra Constitución. Manifestemos nuestro desacuerdo y demandemos nuevas elecciones.