(Ruido de sillas)
J. A.: Buenos días, doña Presidenta, la felicito por su nombramiento.
E. S.: Gracias, don José. Siéntese, hágame el favor. (Ruido de sillas). Mire, don José, lo mandé llamar porque necesitamos urgentemente saber quién está detrás de estos disturbios. Sospechamos que hay una conexión entre ellos y ese Dionisio del que usted me habló, el marido de Ernestina. Lo mandamos a traer, lo interrogamos, pero él se hizo el loco; nos habló de eso mismo que usted nos contó, que la Virgen estaba llorando, que se le aparecía en el lavamanos todas las mañanas porque nosotras la hacíamos sufrir, pero negó que él hubiese sido el autor del atentado. Hay asistentes a la plaza que creyeron reconocerlo, pero no tenemos suficientes elementos para detenerlo. ¿Usted no cree que Ernestina, la esposa, nos pueda dar alguna pista?
J. A.: Ya la Azucena, mi hija, trató, pero ella dice que no sabe nada.
E. S.: ¿Y usted le cree?
J. A.: (Sonidos inarticulados expresando duda.) Mmm, pues, no sé, la verdad, yo vi un poco sospechoso que se separara de él un mes antes del atentado contra la Presidenta.
E. S.: Azucena piensa que ella lo ve como un padre a usted, que quizás usted la convenza de que diga lo que sabe. A juzgar por la situación, sería urgente saberlo…
J. A.: Entiendo. A mí también me preocupa la polvareda que han levantado con el pretexto de su elección. Se ve que están buscando pretextos.
E. S.: Entendemos que Ernestina no ha vuelto con el marido, pero parece que hay acercamientos, que él la ha buscado…
J. A.: Capaz que sí, y como ella es retentada, reincidente, no entiende que ese hombre no tienen composición… Mire, no le prometo nada, pero déjeme ver qué puedo hacer…
(Material de archivo)
NOTICIA DE PRIMERA PLANA EN EL DIARIO
EL COMERCIO
Agencia EFE, 20 de noviembre
Por Pilar Moreno
Si ayer fueron los hombres, hoy son las mujeres las que han salido alas calles en Faguas a demandar que se realicen elecciones y a protestar por lo que califican como el nombramiento "ilegal" de la ministra Eva Salvatierra como Presidenta interina.
Un numeroso grupo de mujeres de todos los estratos sociales salió de la catedral y de otras iglesias y marchó hasta el edificio de la Asamblea Nacional, haciendo sonar cacerolas, pitos y tambores.
Por su parte, mujeres partidarias del partido de gobierno, pie, se concentraron en las aceras a ver pasar la manifestación. Mientras las manifestantes lanzaban insultos a las observadoras, estas les tiraban flores y ondeaban pacíficamente las ya conocidas banderas del piecito.
"No tenemos ningún pleito con otras mujeres", dijo Cristina Bescós, desde la acera donde la entrevistamos, mientras tiraba crisantemos amarillos que llevaba en una canasta. La industria de las flores, como es sabido, es uno de los logros más espectaculares del gobierno femenino del pie. Faguas ha alcanzado ya los principales mercados del mundo y existen negociaciones para adquirir dos Boeing 767 más para suplir la creciente demanda.
Por su parte, la Ministra de las Libertades Irrestrictas, Martina Meléndez, anunció que su oficina está abierta para recibir las solicitudes de la población que quiera manifestarse a favor o en contra. Según nos informó, para el día de mañana hay dos actividades planificadas a las que se les ha brindado permiso: la primera que ha sido convocada bajo el nombre: Las mujeres nos ponemos de pie, consistirá en una acostada multitudinaria en la Plaza de la República (y en cualquier lugar que cualquier mujer quiera acostarse) y en una levantada, igualmente multitudinaria, cuando suenen las campanas de las doce del mediodía. La otra actividad es en los barrios, donde grupos de mujeres pasarán por las casas, haciendo pedicures y pintándoles las uñas de rojo a las mujeres que así lo deseen.