LVII

Minutos después golpearon a la puerta.

– Permiso -dijo la patrona-. Quería saber cómo estaba.

– Perfectamente, señora.

– Una buena nueva. Yo traigo otra. Nuestro amigo está de racha. Hoy llegó la tan esperada carta de Las Flores. Parece increíble.

Se retiró después de entregar el sobre. Almanza lo abrió, sacó dos giros y una carta, que leyó. Gabarret le ponderaba el trabajo y le pedía que en las mismas condiciones viajara a Tandil, donde debía pasar una semana y fotografiar la ciudad y los habitantes, para el segundo libro de la colección Ciudades de la Provincia de Buenos Aires.

– Qué raro. Manda dos giros. Uno por el primer pago de la semana en Tandil. Otro por el doble de lo que me debía por las fotografías de La Plata.

– Te premia. Mejor dicho, te obliga, o quiere obligarte, a que aceptes lo que te propone. Estos potentados fuerzan la mano para salir con la suya.

Almanza contestó que eso no le importaba. Lo importante era que hubiera llegado el giro, que hubieran aprobado el trabajo y que le pidieran una nueva serie de fotos. Agregó:

– Para decir toda la verdad, me alegro que haya mandado más plata… A lo mejor podemos llevar adelante el proyecto de la cena de amigos y conocidos. Para que se vean las caras y se amiguen. Como te pasó con don Juan.

– ¿No sería mejor dar el sobrante a don Juan, como préstamo?

– No creo que le sirva de mucho.

– Es verdad. Una miserable propina. Mejor la gran cena.

– Creo que sí.

– Toda la vida. En la parrillada que te hice conocer.

– De acuerdo. Explicame, un poco, por favor, qué pasó para que te amigaras con don Juan.

– Conversamos mientras dormías a pata suelta. Es un señor a la antigua, de esos que ya no se fabrican. Cien por cien derecho.

– Me dijiste una vez que tu oficio era desconfiar.

– Exactamente, pero si tengo una corazonada no me equivoco. Hay muchos que no saben qué es una corazonada. Yo sé. Es algo que nunca te dice una cosa por otra. ¿Cuándo te vas a Tandil?

– Lo voy a saber dentro de un rato. Ahora me largo a la terminal.

– En todo caso, el viaje ¿no será antes de la cena que planeamos?

– Así lo espero.

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