Capítulo 70

Dicen que la receta para tener éxito en la vida es 1% de inspiración y un 99% de sudor. La parte que no cuentan cuando emprendes un negocio nuevo es el dinero que tienes que reunir. Necesitas el abogado y los contables para montar la empresa, el agente de patentes para presentar por ti el copyright sobre tu software, la empresa de diseño para crear tu logotipo y tu imagen corporativa, y el packaging para tu producto, que es necesario tener si quieres ser una marca global y, por supuesto, abrir una página web. Además, necesitas un despacho, muebles, teléfonos, fax y una secretaria. Nada de esto sale barato. Doce meses después de tener mi GRAN IDEA, había invertido más de cien mil libras y todavía no estaba listo para «rockanrolear».

Pero estaba cerca.

Había hipotecado mi casa, había vendido todo lo que pude vender y, por si fuera poco, el director de una entidad bancaria que creyó en mí me había concedido un préstamo mayor del que debiera. Como dice la frase, había puesto toda la carne en el asador.

Leía todas las páginas de economía de los periódicos y me suscribí a las revistas comerciales de todos los negocios a los que quería dirigirme. Así que imaginen mi consternación cuando un día abrí un suplemento del Financial Times y vi un artículo sobre mi negocio escrito por un periodista llamado Gautam Malkani.

Era un calco de todo lo que yo había planeado hacer. Y ya estaba montado y funcionando.

Y mi fotografía me miraba a los ojos desde la página rosa.

Salvo que el nombre de la empresa era distinto del que yo había elegido.

Y el nombre que figuraba debajo de mi fotografía era el nombre de otra persona, un tipo del que nunca había oído hablar.

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