20

Mientras tanto, el petrolero destinado a Abu Simbel estaba anclado entre Esna y Edfú. El capitán había comunicado por radio que tenía una avería en la máquina y todavía transcurrió una semana hasta que llegaron desde El Cairo las piezas necesarias. Como pudo determinarse más tarde, no se trataba de un defecto del material sino de una avería en la instalación, provocada por el primer maquinista.

El retraso de diez días bastó para envenenar aún más el ambiente ya tenso de la obra. En la disputa por conseguir la mayor parte de la energía eléctrica, muchos amigos se convirtieron en enemigos porque cada uno creía que su trabajo era el más importante y exigía preferencia. A esto había que añadir el horrendo calor que reinaba en las casas o en los dormitorios comunes, que ni siquiera disminuía por las noches, así que los obreros iban a su trabajo excitados y nerviosos sin apenas haber dormido.

Raja Kurjanowa, conocida por Montet, y Jacques Balouet eran los únicos que estaban enterados de que esa falta de petróleo había sido escenificada por el servicio secreto soviético y que el nivel de las aguas del embalse no exigía en absoluto tanta urgencia.

Ese conocimiento y el no poderlo comunicar a nadie se convirtió para ellos en una carga insoportable. Se amenazaban mutuamente con delatarse. Finalmente, Raja empaquetó sus cosas y decidió trasladarse a una habitación de la residencia común, conocida popularmente como la Cuadra, donde también vivía Alinardo.

En el campamento de los obreros, donde residía un millar de trabajadores, la mayoría egipcios, un agitador nubio organizó manifestaciones de protesta. Muchos obreros se declararon en huelga y la situación se hizo explosiva.

Finalmente, con un retraso de doce días, llegó el petrolero procedente de Asuán y los trabajos pudieron continuar.

Загрузка...