37

Pase la noche en vela, tendido sobre el lecho con la luz encendida contemplando mi flamante pluma Montblanc, con la que no habia vuelto a escribir en anos y que empezaba a convertirse en el mejor par de guantes que jamas se le haya regalado a un manco. Mas de una vez me senti tentado de acercarme a casa de los Aguilar y, a falta de mejor termino, entregarme, pero tras mucha meditacion supuse que irrumpir de madrugada en el domicilio paterno de Bea no iba a mejorar mucho la situacion en la que se encontrase. Al alba, el cansancio y la dispersion me ayudaron a localizar de nuevo mi proverbial egoismo y no tarde en convencerme de que lo optimo era dejar correr las aguas y, con el tiempo, el rio se llevaria la sangre.

La manana discurrio con poca accion en la libreria, circunstancia que aproveche para dormitar de pie con la gracia y el equilibrio de un flamenco, en opinion de mi padre. Al mediodia, tal y como habia acordado con Fermin la noche anterior, yo fingi que iba a darme una vuelta y Fermin alego que tenia hora en el ambulatorio para que le quitasen unos puntos. Hasta donde me alcanzo la perspicacia, mi padre se trago ambos bulos hasta el tobillo. La idea de mentir sistematicamente a mi padre empezaba a ensuciarme el animo, y asi se lo habia hecho saber a Fermin a media manana en un rato que mi padre salio para hacer un recado.

- Daniel, la relacion paterno-filial esta basada en miles de pequenas mentiras bondadosas. Los Reyes Magos, el ratoncito dientes, el que vale, vale, etc. Esta es una mas. No se sienta culpable.


Llegado el momento, menti de nuevo y me dirigi hacia el domicilio de Nuria Monfort, cuyo roce y olor conservaba grabados en el atico de la memoria. La plaza de San Felipe Neri habia sido tomada por una bandada de palomas que reposaban sobre el empedrado. Habia esperado encontrar a Nuria Monfort en compania de su libro, pero la plaza estaba desierta. Cruce el empedrado bajo la atenta vigilancia de docenas de palomas, y eche un vistazo alrededor buscando en vano la presencia de Fermin camuflado de sabia Dios el que, pues se habia negado a revelarme el ardid que tenia en mente. Me adentre en la escalera y comprobe que el nombre Miquel Moliner seguia en el buzon. Me pregunte si aquel seria el primer agujero que iba a senalarle a Nuria Monfort en su historia. Mientras ascendia la escalera en penumbra, casi desee no encontrarla en casa. Nadie tiene tanta compasion con un embustero como alguien de su condicion. Al llegar al rellano del cuarto me detuve a reunir valor y urdir alguna excusa con la que justificar mi visita. La radio de la vecina seguia atronando al otro lado del rellano, esta vez transmitiendo un concurso de conocimientos religiosos que llevaba por titulo "El santo al Cielo" y mantenia electrizadas a las audiencias de Espana entera cada martes al mediodia.


Y ahora, por cinco duros, diganos, Bartolome, ?de que guisa se aparece el maligno a los sabios del tabernaculo en la parabola del arcangel y el calabacin del libro de Josue?: a) un cabritillo, b) un mercader de botijos, o c) un saltimbanqui con una mona.

Al estallido de aplausos de la audiencia en el estudio de Radio Nacional, me plante decidido frente a la puerta de Nuria Monfort y presione el timbre durante varios segundos. Oi el eco perderse en el interior del piso y suspire de alivio. Estaba por irme cuando escuche los pasos acercarse a la puerta y el orificio de la mirilla se ilumino en una lagrima de luz. Sonrei. Escuche la llave girar en el cerrojo y respire hondo.

Загрузка...