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Con un ruido mecánico, el molinete giró velozmente cuando Joey atravesó a la carrera la entrada principal al Reino Mágico. A esta hora del día, las colas eran más cortas de lo habitual pero aún había muchos turistas en el parque.

– ¿Y? -preguntó Noreen a través del auricular.

– Es como buscar una aguja en un pajar -dijo Joey mientras se unía no sin esfuerzo a la multitud que recorría lentamente las calles del parque. Rodeada a un lado por un grupo de chicos de instituto que hablaban a gritos y al otro por unos gemelos que no paraban de llorar, Joey se abrió camino a través de esa demencia, corrió por debajo del paso elevado que albergaba la estación de ferrocarril, y se encontró de cara con el árbol de Navidad de veinte metros de alto y los coloridos escaparates de las tiendas de Main Street-. ¿Estás segura de que es aquí? -le preguntó a Noreen.

– En este momento estoy mirando su plano online -contestó Noreen-. Debería estar directamente a tu izq…

– Ya lo tengo -dijo Joey, giró a la izquierda y corrió en dirección contraria a la multitud que se dirigía a las salidas. Delante de ella, junto a la estación de bomberos rojo brillante, se encontraba la entrada principal del Ayuntamiento. Joey echó un rápido vistazo a su alrededor, se detuvo de golpe, se quitó el auricular de la oreja y compuso la mejor expresión de pánico-. Oh, no… -comenzó a decir en voz queda-. Por favor, no me digas que… ¡Socorro! -gritó-. ¡Por favor, que alguien me ayude! -Pocos segundos más tarde oyó ruido de pasos apresurados desde el interior del Ayuntamiento, que no sólo era la sede de Relaciones con los Visitantes, sino que daba la casualidad de que se trataba de uno de los lugares más cercanos patrullados por la Seguridad de Walt Disney World-. ¿Por qué ir a ellos -le preguntó Joey a Noreen-, cuando ellos pueden venir a ti?

Joey contó para sí. Tres… dos… uno…

– ¿Qué ocurre, señora? ¿Qué le ha pasado? -preguntó rápidamente un guardia alto con un corte militar y una placa plateada.

– ¿Se encuentra bien? -le preguntó a su vez un hombre negro con una camisa azul.

– ¡Mi billetero! -gritó Joey a los dos hombres-. ¡Abrí el bolso y mi billetero había desaparecido! ¡Tenía todo el dinero… mi pase de tres días…!

– No se preocupe… no pasa nada -dijo el guardia alto, apoyando la mano en su muñeca.

– ¿Recuerda cuándo lo vio por última vez? -preguntó el hombre negro.

Mientras los dos guardias trataban de calmarla, Joey pudo comprobar la forma en que ambos miraban a la multitud de palurdos que observaban la escena. Estaba claro que el espectáculo debía continuar.

– Está bien, amigos -anunció el guardia alto a los curiosos-. Sólo ha perdido el billetero.

Cuando los curiosos continuaron su camino, los guardias rodearon a Joey y la acompañaron hasta un banco de madera cercano.

– ¿Se le puede haber caído en alguna de las atracciones? -preguntó el guardia negro.

– ¿O tal vez en uno de los restaurantes? -añadió el otro.

– ¿Está segura de que no lo tiene en el bolso? -preguntó el primero, señalando el billetero que sobresalía del bolso de Joey.

Joey se detuvo en seco y miró el bolso.

– Dios mío -dijo, echándose a reír-. Me siento tan avergonzada… hubiese jurado que no estaba allí cuando yo…

– No se preocupe -dijo el guardia alto-. A mí me pasa lo mismo con las llaves.

Joey se levantó del banco, agradeció la ayuda de los dos guardias de seguridad y volvió a disculparse.

– Realmente lo siento, la próxima vez me aseguraré de… mirar mejor en mi bolso.

– Que pase una buena noche, señora -dijo el guardia alto.

Joey retrocedió nuevamente hacia la multitud y esperó a que los guardias desaparecieran. Una vez que los hubo perdido de vista, se volvió rápidamente, se colocó nuevamente el auricular y se dirigió resueltamente hacia Main Street.

– ¿Y bien? -preguntó Noreen.

– Es lo que siempre te digo… -comenzó Joey. Metió la mano en el bolsillo de la chaqueta y sacó una radio negra de la policía con la palabra «Seguridad» en ella-. Cuando salgas de vacaciones debes tener cuidado con los carteristas.

Subió el volumen y se llevó el aparato a la oreja. Sólo tenía que escuchar.

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