Todo el mundo en la redacción tiene alguna historia sobre Alex Keller. Aunque nadie ha visto nunca al confirmado misántropo, a todos nos ha hecho alguna putada. Cuando no te cuelga el teléfono, te envía un correo electrónico de lo más grosero.
Siempre tiene cerrada la puerta, nunca hay luz y, si no fuera por la música disco que sale de su despacho, uno pensaría que no hay nadie. Cuando tienes algo para él, te limitas a mandarle un correo o lo metes por debajo de su puerta. Si te vuelves un segundo después, el papel ha desaparecido. El proceso siempre está rodeado de misterio y te sientes como Dorothy a punto de encontrarse con el mago de Oz.
Alex Keller es el editor de eventos. Cada mes rellena una docena de páginas con fotografías de estrenos, galas benéficas y otros saraos por el estilo. Todas las fiestas son iguales y, a través de las fotografías, no puedes saber en qué se distingue una de Givenchy de una gala para recaudar fondos contra el cáncer de mama. Imagínate una boda, añade dos mil velas y seis mil flores y tienes la sección de Alex. Sólo los nombres son diferentes.
Aunque no siempre.
Las fotografías suelen ir acompañadas de un texto describiendo el evento. El estilo rápido de Keller, siempre mordaz, siempre divertido, copia la página de cotilleos de cualquier otra revista, pero con insinuaciones sexuales y rumores de todo tipo.
Como su vida, teñida de glamour, no ofrece justificación alguna para su hostilidad, todo el mundo especula sobre él. Especulamos sobre sus padres (padre débil, madre dominante), su infancia (le pegaban en el colegio), su estatura (complejo de Napoleón) y su vida sexual (inexistente). La hostilidad que siente por todos los seres humanos sólo puede explicarse de una forma: es un hombre bajito, feo e iracundo que no liga nada.
Como Keller nunca ha salido de su despacho para discutir el tema, los chismes han subido de tono año tras año. Hay hasta una mitología en torno al personaje y, a veces, hasta nos creemos nuestras propias historias.
Esto es lo que ha pasado cuando Allison, Kate y Sarah formularon su plan. Que no tomaron en cuenta el hecho de que Alex Keller podría no ser un enano furioso buscando venganza por culpa de una madre castradora.