Dot Drexel habla en titulares. Sus frases son lapidarias y siempre tienes la impresión de que te está hablando en mayúsculas.
– Esquiar en patines: el nuevo deporte de moda -dice, cuando entro en su despacho.
Aunque lleva cinco años como editora de Fashionista, en el despacho de Dot no hay un solo objeto personal. Si tuviera que salir corriendo por una repentina guerra nuclear, no dejaría nada atrás. Ella no tendría que cargar con plantas, fotos y tonterías similares. Es una mujer muy práctica.
Yo me siento frente a su escritorio, pensando cuál era el deporte al que la nueva moda ha desbancado, pero no lo recuerdo.
– Olvídate del snowboard -dice Dot, dándome un folleto-, este es el deporte que todas las estrellas practican ahora.
Aunque el snowboard nunca me ha impresionado, dudo mucho que lo de esquiar con patines dure más de una temporada.
– Estupendo.
– Quinientas palabras sobre la forma más fashion de practicar el nuevo deporte. Llama a los diseñadores y consigue una lista de clientes famosos. Sólo haremos fotos de la ropa si la lleva alguien conocido. Empieza con Versace, creo que ellos tienen una línea completa. Y llama también a Disney, a ver si tienen patines-esquís para adolescentes. No queremos olvidar a las que no han cumplido los veinte.
– Me pongo manos a la obra ahora mismo -le digo, como si yo fuera Lois Lane y esquiar con patines fuese una amenaza para los ciudadanos de Metrópolis. Lo que hacemos aquí no es periodismo, pero a veces se me olvida.
– Te va a encantar.
– Por cierto, ¿que es eso de esquiar con patines?
Normalmente aparento familiaridad con esos temas esotéricos y después me meto en el Google para enterarme, pero hoy no. Hoy no tengo ganas de perder el tiempo. Hoy quiero que me lo explique Dot. No sé a qué es debido este ataque de rebelión, pero quizá lo del esquí sobre patines es la gota que colma el vaso.
Cinco años perdiendo el tiempo son muchos años.
Dot deja escapar un largo suspiro.
– Un deporte divertidísimo que tú nunca vas a practicar -me dice, tan tranquila.
Pero se equivoca.
Esquiar en patines no es un deporte divertidísimo que yo nunca voy a practicar. El deporte más divertido que nunca voy a practicar es uno que mezcla la dureza de una maratón con la estimulante emoción de la escalada.
Ahí queda eso.