Jane Carolyn-Ann McNeill

El miércoles por la mañana nos pasan una nota de Jane. Marguerite lleva en la revista menos de cuarenta y ocho horas y la directora ya está a la defensiva.

– ¿Tú qué crees que significa? -pregunto, apoyándome en el panel que separa mi escritorio del de Allison. Es la primera vez que asomo la cabeza para hablar con ella y me mira, sorprendida.

– ¿Qué?

– La nota de Jane para los empleados.

– Aún no la he leído… -murmura Allison, buscándola entre sus papeles-. A ver… «A partir de hoy, la directora de Fashionista, Jane McNeill, usará su nombre completo: Jane Carolyn-Ann McNeill en todos los documentos oficiales de la revista. Gracias por vuestra colaboración».

– Jackie lo ha enviado a todos los medios de comunicación.

Allison sonríe.

– Alguien, y no quiero mirar a nadie, se siente amenazado. Es hora de dar el golpe, Vig. Nunca tendremos una oportunidad mejor -me dice en voz baja-. Piénsatelo.

Después, se pone a trabajar; la viva imagen de la inocencia.

Yo me siento frente al escritorio e intento concentrarme en el artículo que estoy escribiendo: alianzas y anillos de pedida. Harry Winston, siempre dispuesto a dejar que fotografíen sus joyas en la alfombra roja del Dorothy Chandler Pavillion o en las páginas de Fashionista, de repente se ha vuelto tímido. Cuando les pedí que me enviase fotografías de anillos que hubieran hecho para famosos, se limitaron a enviarme una descripción escrita. El resultado parece un estudio antropológico: «Los científicos están razonablemente seguros de que el anillo de Madonna es calcado al que aparece en la fotografía». «El diamante de 4,5 quilates de Jennifer Anniston podría parecerse a este de Tiffany's». Es como si los anillos fueran dinosaurios y estuviéramos buscando sus huellas.

Estoy intentando describir el anillo de Anne Heche cuando Dot me llama desde la puerta de su despacho.

– Próxima reunión, a las once.

Yo bostezo, mirando de nuevo la nota de Jane. Aunque no es mucho, haber decidido usar su nombre completo es un buen ejemplo de comportamiento irracional.

Por primera vez, creo que el plan de Allison podría funcionar. El plan podría funcionar, el demonio desaparecerá de la tierra y Fashionista será algún día un lugar ideal de trabajo.

Pero empiezo a pensármelo.

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