Agradecimientos

Este libro es una obra de ficción, al igual que todas mis novelas de Roy Grace. Pero es una triste verdad que en el Reino Unido mueren cada día tres personas por falta de órganos disponibles para trasplantes. También es triste y cierto que hay más de mil niños pasándolo mal en Bucarest -algunos de ellos, indigentes de tercera generación- y más de cinco mil adultos; una situación heredada del monstruoso régimen de Ceaucescu. Y es cierto que algunos de estos niños son objeto del tráfico de órganos.

Hay mucha gente que me ha ayudado considerablemente en la creación de este libro, y sin su inmensamente amable y generoso apoyo habría sido imposible escribir con la mínima sensación de autenticidad.

En primer lugar quiero dar las gracias a Martin Richards, comandante de la Policía de Sussex galardonado con la Medalla de la Reina a la Policía, que se ha mostrado enormemente generoso en su apoyo y que me ha hecho infinidad de sugerencias útiles y me ha abierto muchos caminos.

Mi buen amigo, el ex superintendente David Gaylor, ha resultado, como siempre, imprescindible. Se leyó el manuscrito mientras avanzaba, no sólo para comprobar datos, sino para contribuir constantemente y con gran sentido común en todos los aspectos de la historia. Puedo decir que, sin su aportación, el resultado habría sido mucho más pobre.

Son tantos los agentes de la Policía de Sussex que me han brindado su tiempo y su sabiduría y que han soportado mi presencia (respondiendo a mis interminables preguntas) que me es casi imposible mencionarlos a todos, pero voy a intentarlo, y espero que me perdonen cualquier omisión: superintendente Kevin Moore; superintendente Graham Barlett; superintendente Peter Coll; superintendente Chris Ambler; inspector jefe Adam Hibbert; inspector jefe Trevor Bowles; inspector jefe Stephen Curry; inspector jefe Paul Furnell; Brian Cook, director de la División de Apoyo Científico; Stuart Leonard; Tony Case; inspector William Warner; inspector jefe Nick Sloan, inspector Jason Tingley, inspector jefe Steve Brookman; inspector Andrew Kundert; inspector Roy Apps; sargento Phil Taylor; Ray Packham y Dave Reed, de la Unidad de Delitos Tecnológicos; sargento James Bowes; agente Georgie Edge; inspector Rob Leet; inspector Phil Clarke; sargento Mel Doyle; agente Tony Omotoso; agente Ian Upperton; agente Andrew King; sargento Malcolm Choppy Wauchope; agente Darren Balcombe; sargento Sean McDonald; agente Danny Swietlik; agente Steve Cheesman; sargento Andy McMahon; sargento Justin Hambloch; Chris Heaver; Martin Bloomfield; Ron King; inspector jefe Steve Brookman; Robin Wood, sargento Lorna Dennison-Wilkins; y el equipo de la Unidad de Rescate Especializado; Sue Heard, jefa de prensa y RR. PR; Louise Leonard; James Gartrell; y Peter Wiedemann, de la LKA de Múnich.

Le debo un agradecimiento especial y enorme al fantástico equipo del Depósito de Cadáveres de Brighton y Hove: Elsie Sweetman, Victor Sindon, Sean Didcott y el doctor Nigel Kirkham.

Dos personas me han aportado una visión extraordinariamente personal sobre el mundo de las enfermedades del hígado y los trasplantes: Zahra Priddle y James Sarsfield Watson, ambos receptores de hígados. James tiene una familia maravillosa -Seamus Watson, Cathy Sarsfield Watson y Kathleen Sarsfield Watson- que han aportado muchísimo a este libro.

En lo referente a mi investigación sobre enfermedades hepáticas y temas médicos relacionados, le debo mucho a la amabilidad del profesor sir Roy York Calnes, al doctor John Ramage; al doctor Nick Vaughan; al amabilísimo doctor Abid Suddle, del King's College Hospital, que me ayudó mucho con algunos de los conceptos técnicos más difíciles de las enfermedades de hígado y de los procesos de los trasplantes; al doctor Walid Faraj; Gill Wilson; Linda Selves; al doctor Duncan Stewart; a la doctora Jane Somerville; el doctor Jonathan Pash; al doctor Peter Dean, forense; al patólogo forense doctor Benjamín Swift; al doctor Ben Sharp; a Christine Elding, coordinadora de trasplantes del Royal Sussex County Hospital; a Sarah Davies; y a la doctora Caroline Thomsett.

Gracias a Joanne Dale, que me introdujo en el mundo de los adolescentes, y a Annabel Skok, que fue una gran referencia sobre la perspectiva de los jóvenes.

También debo dar las gracias a Peter Wingate Saul, Adrian Briggs y Phil Homan; a Peter Faulding, del Specialist Group International; a Juliet Smith, magistrada jefa de Brighton y Hove; a Paul Grzegorzek; a Abigail Bradley y a Matt Greenhalgh, director de análisis forenses de Orchid Cellmark Forensics; a Tim Moore, Ray Marshall y a todo el personal de la draga Arco Dee, especialmente a Sam James -¡el supercocinero!-, a Mel Johnson, director de la Unidad de Tráfico Infantil de CEOP; a STOP (Trafficking) UK (www.stop-uk.org); a Samantha Godec, de City Lights; y a Sally Albeury. Un agradecimiento especial a Nicky Mitchell, y a Jessica Butcher, del Tessera Group PLC. ¡Y a Graham Lewis, mi especialista en garajes!

Tengo una gran deuda con mi equipo en Rumania: mi agente, Simona Kessler; mis fantásticos editores en el Reino Unido, Valentín y Angelique Nicolau; Michael y Jane Nicholson, de Fara Homes; Rupert Wolfe Murray; y gracias también a Ian Tilling, miembro del Imperio británico, por su pasión y su entusiasmo, que no tienen precio.

Como siempre, gracias a Chris Webb, de MacService, por mantener vivo mi ordenador a pesar de mis abusos. Un agradecimiento muy grande y especial a Anna-Lisa Lindeblad, que ha sido una vez más una incansable y maravillosa editora «no oficial» y que me ha brindado sus comentarios a lo largo de toda la serie de Roy Grace, y a Sue Ansell, cuya gran atención al detalle me ha evitado más de un momento de vergüenza.

Profesionalmente, tengo que repetir que tengo un equipo de ensueño: la maravillosa Carole Blake como representante, junto con Oli Munson; mis increíbles publicistas, Tony Mulliken, Amelia Rowland y Claire Barnett, de Midas PR; y todo el personal de Macmillan, para el que no tengo espacio, aunque tengo que mencionar a mi nueva y brillante editora, Maria Rejt, y agradecerle enormemente su saber y su experiencia. Stef Bierworth ha estado insuperable.

Como siempre, Helen ha sido mi bastión, alimentándome con paciencia de santo y con su constante sabiduría.

Mis amigos del mundo canino siguen evitando que pierda el juicio. Doy una gran bienvenida a nuestra nueva incorporación, el siempre jovial Coco, que se ha unido a Oscar y Phoebe bajo mi mesa, impacientes por abalanzarse sobre cualquier página del manuscrito descartada que cae al suelo para triturarla convenientemente…

Por último, gracias a mis lectores, por el increíble apoyo que me dais. ¡Seguid enviándome posts al blog y mensajes de e-mail!


Peter James

Sussex, Inglaterra

scary_pavillion.co.uk

www.peterjames.com

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