Capítulo 84

El lunes por la mañana, al entrar en la redacción Johan, captó enseguida que había algo que no estaba como solía. Levantó un brazo para impedir que entrara Pia, que iba detrás de él. Se habían encontrado en la puerta del edificio y acababan de ir a buscar las tazas de café; la infusión se derramó cuando Pia chocó con él.

– ¿Qué pasa? -preguntó sorprendida.

– Espera -ordenó haciéndola callar-. Aquí hay algo raro.

El local de la redacción era alargado y en una de las paredes transversales colgaba un mapa de Gotland y de la isla de Fårö. Había desaparecido. Alguien lo había sustituido por una fotografía, si bien, en la oscuridad, no lograba verla bien. Pero no era sólo eso. Algo raro sucedía con los ordenadores. Los tres estaban encendidos, cuando estaba seguro de que lo último que hizo la noche anterior, antes de abandonar la redacción, fue apagarlos. Se lo comentó a Pia en voz baja. Entró con sigilo en el interior del local. No se oía el menor ruido. Abrió la puerta de la cabina de grabación; vacía.

– ¡Bah! -dijo Pia a su espalda en voz baja-. Quizá haya sido alguien de la radio que ha estado trabajando aquí esta noche.

– Chist…

Volvió a empujarla hacia atrás.

Cuando se acercó a la pared del fondo y pudo ver de qué se trataba, al principio no pudo dar crédito a sus ojos.

Era una fotografía de él en el interior del coche, delante de la casa de Erik Mattson. La foto era oscura, pero se le podía ver sentado y mirando una de las ventanas del edificio.

Se sentó en una silla sin apartar los ojos de la fotografia.

– ¿Qué pasa? -oyó preguntar a Pia detrás de él.

Fue incapaz de articular palabra.

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