Capítulo 88

Sin sospechar nada, Johan levantó el auricular. Lo único que oyó al principio fue a alguien histérico que lloraba y gritaba al tiempo que farfullaba un montón de palabras inconexas. Le costó unos segundos comprender que era Emma y que gritaba algo relativo a Elin. Cuando consiguió identificar con esfuerzo, tras varias repeticiones, las palabras Elin y desaparecida, se quedó helado.

– Tranquilízate, Emma, por favor… ¿Qué ha pasado?

– Yo… yo estaba en la ducha -sollozó ella-. Había acostado a Elin en la cuna, y cuando he vuelto había desaparecido, Johan. No estaba, ¡no estaba!

– ¿Has mirado por todas partes? Quizá haya conseguido bajarse de la cuna de alguna manera, y…

– ¡No! -gritó ella-. ¡Nooo! ¡No se ha bajado sola! ¿No oyes lo que te digo? ¡Ha desaparecido! ¡Tiene que haber entrado alguien y se la ha llevado!

Emma rompió a llorar con un llanto tan desgarrado que Johan a punto estuvo de perder los nervios. Se dio cuenta de que también estaba llorando. No podía ser verdad, no podía.

Pia, sentada a su lado, había oído toda la conversación. Lanzó una ojeada a la pared, donde aún estaba la foto de Johan en el coche delante de la casa de Erik Mattson.

De pronto, sintió que la amenaza les pisaba los talones.

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