Capítulo 108

– ¡Nicola!

El muchacho lanzó un grito pajaril, y luego empezó a farfullar y sonreír, asintiendo con la cabeza en un éxtasis de placer, dándose golpecitos con la mano del padre Andrea en su propia mejilla.

Lleno de asombro, Palieski se preguntó si podía interrumpirse la comunión. El padre Andrea parecía tener pocas opciones. El muchacho -Nicola- no iba a apartarse de él tan fácilmente.

Al final, el cura resolvió el problema dejando que Nicola se situara a su lado como un monaguillo. Mientras el muchacho sonreía y asentía con la cabeza, el padre Andrea continuó con el ritual de la hostia y el vino, sin dejar de sonreír ampliamente.

Después del servicio, el sacerdote y el mudito fueron juntos a la choza de los Contarini, cogidos de la mano. El comisario Brunelli ya estaba allí, contándole al signor Contarini un extraordinario accidente que había tenido lugar en el Gran Canal aquella misma mañana.

Durante el desayuno salió la historia de Nicola.

– Nicola -explicó el sacerdote, inclinándose hacia atrás para mirarlo más atentamente- es un viejo amigo mío. Nos conocimos en Croacia. Pero un día desapareció.

El joven puso una cara larga y solemnemente negó con la cabeza.

– ¿No? Bueno, espero que aprenderemos algo al respecto, más tarde. Todo el mundo lo buscó. Al final descubrimos que había sido visto subiendo a un coche, con un extranjero, en dirección a Trieste.

Ahora, el joven Nicola asintió con la cabeza; pero esta vez se deslizó de su silla y empezó a revisar todos los dibujos que había hecho. Encontró el que quería y lo dejó sobre la mesa.

Todo el mundo alargó el cuello para ver mejor. Era un boceto al carbón de un hombre sentado en una silla dura. Era de complexión sólida -un hombre fuerte, algo ajado, se habría dicho; bajaba los ojos, casi con modestia, mirando un dibujo o un libro que tenía en el regazo.

– Sí -dijo el cura lentamente-. Ése es el hombre. ¡Lo conocí! Se hacía llamar Spoletti. Era de Padua.

– ¡Es Alfredo! -gritó Palieski.

Brunelli se inclinó hacia delante.

– Ambos están equivocados -dijo negando con la cabeza-. Se trata de Popi Eletro.

Загрузка...