Me siento agradecido por el entusiasmo y el aliento demostrados por mis editores en todo el mundo, así como por el esfuerzo de los traductores para hacer inteligible a Yashim en, creo, treinta y ocho idiomas. También a Ottar Samuelson y su equipo del Dinamo. Skâl! Y gracias especiales a Marina Fabbri, del Courmayeur Noir Festival.
El propio Yashim no habría podido viajar tan lejos, tratándose de un investigador otomano, sin la ayuda de Sarah Chalfant y Charles Buchan, de la Wylie Agency.
Gracias a Richard Goodwin por hacer Yashim the Movie, que actualmente aparece en www.jasongoodwin.net, un sitio web creado por mi hijo Isaac.
Emma Clark, de la Prince School of Tradicional Arts, me ayudó con el tema de las mujeres calígrafas; Cario Pescatori nos alojó en Venecia; Amr Ben Halim fue el responsable de una reciente y memorable excursión a Estambul, y Jim Perry hizo de asesor en las escenas de lucha. Gracias a todos.
Me gusta considerar a Venecia como un aspecto de Estambul. Parte de su tejido, y mucho de la riqueza que la construyó, proceden directamente de las orillas del Bósforo. Enviar a Yashim allí siempre me pareció una buena idea.
Mis propias exploraciones de Venecia han sido efectuadas con mi familia. Juntos hemos recorrido las calles, visitado la fría reconstrucción del Fondaco dei Turchi, comido en el Florian's (aunque no mucho; los precios son más exorbitantes que en la época de Palieski), elegido un helado en el Zattere (como Maria), admirado los caballos y comprado en el mercado del Rialto.
Este libro está dedicado a mi hijo Walter, que ama Venecia, el dibujo, los chistes y los helados venecianos. Pasiones estas comparables con sus bizantinos esfuerzos por acceder al ordenador y sustituir el mundo de Yashim por otros más innobles y remotos.