Capítulo 62

Brunelli retornó a la Procuratie después de un rápido almuerzo, encontrando a un ansioso Scorlotti que lo esperaba en su despacho.

– ¿Problemas, Scorlotti?

– Vosper se ha hecho cargo del caso de Barbieri, commissario. El jefe le dijo que se trataba de un crimen pasional.

Brunelli se sentó pesadamente ante su mesa y se frotó los ojos. Se sentía terriblemente cansado.

– Gracias, Scorlotti.

– ¿No va usted… quiero decir, no quiere ver al jefe?

Brunelli levantó la mirada.

– Francamente, Scorlotti, no. No volverá del almuerzo hasta dentro de una hora o dos, de todos modos.

– Hoy, no, señor. Está en su despacho. Vosper cree que ha encontrado al asesino.

– Bien, eso es rapidez. Al menos descartó el suicidio.

Scorlotti sonrió torvamente.

– Vale. -Brunelli palmeó sus manos ante él, y se dio la vuelta en la silla-. ¿Quién lo hizo?

– El americano, aparentemente. Brett.

– Ah, sí. -Brunelli asintió lentamente-. ¿No ha podido ver mis notas sobre el caso?

– No necesariamente, dice el jefe.

– No. No, claro que no. -Se puso de pie-. Si alguien pregunta por mí -supongo que no lo hará nadie, pero nunca se sabe- diles que me he ido a dar un paseo.

– Bene, commissario. -Scorlotti pareció vacilar-. Es un lío, ¿no, commissario?

– Para el signor Brett, Scorlotti, tiene todo el aspecto de una pesadilla.

Загрузка...