El sou naziry parpadeó. Se detuvo y tocó la bola de cera con el dedo.
La cera se separó fácilmente de la piedra. El sou naziry la cogió y sintió el tirón del hilo entre sus dedos.
Sacó la lengua y se humedeció los labios.
Había creído, hasta este momento, que el trabajo estaba hecho.
El sou naziry cogió su linterna y se aflojó la daga en el cinto. La daga tenía una empuñadura enjoyada y su hoja era curva.
El sou naziry cogió la hebra de hilo y entró en el túnel.