153

8.35 h


Los cantos suaves y melódicos de los monjes empezaron a inundar la iglesia mientras los delegados del New World regresaban a sus asientos. En el instante siguiente las luces bajaron de intensidad, como si fuera un teatro y la función estuviera a punto de empezar. Y entonces lo hizo.

– ¡Cristina! -gritó Marten, al aparecer el suelo de delante del altar que, de pronto, empezaba a apartarse hacia atrás y un escenario hidráulico con niebla en movimiento y una iluminación inquietante y teatral se levantaba del suelo, como una extraña fantasía propia de Las Vegas. Cristina permanecía sentada majestuosamente en el centro, sobre un trono casi invisible, y un foco la iluminaba desde arriba como si fuera una especie de diosa magnífica. Ahora un segundo foco se acercó a la parte frontal del escenario. Bajo su luz aparecieron tres cabezas cortadas, aparentemente de atrezzo, montadas encima de cruces de Aldebarán.

Como si estuviera programado con anterioridad, unas cámaras remotas empezaron a enfocar a los miembros de la congregación que iban avanzando lentamente encima de sus butacas. Ése era claramente el motivo por el que habían venido, lo que habían venido a ver, y se podía leer claramente en sus rostros.

– Esa Cristina, ¿quién es? -preguntó el presidente en voz baja, clara y fríamente tratando de comprender lo que estaba viendo.

– Estaba con Beck y con Foxx en Malta -dijo Marten.

Justo entonces, y de nuevo como si el conjunto entero de cámaras estuviera programado, una de ellas se alejó e inició un plano lento por entre la niebla y hasta las cabezas cortadas montadas en las cruces.

– Dios mío, presidente -dijo Hap, con una voz que apenas superaba un murmullo-. Estas cabezas son de verdad.

De pronto, diez de los veinte monitores se quedaron sin imagen y luego dos recuperaron la imagen, mientras otra cámara se acercaba, una a una, mostrando las cabezas en un primer plano muy detallado. Una diapositiva explicativa se sobreimprimía encima de cada imagen.

La primera pertenecía a un hombre, calvo y muy anciano:


Leyenda: GIACOMO GELA. DIVULGÓ SECRETOS DE . MISIÓN CUMPLIDA. ASESINADO.

La segunda cabeza era de una mujer, Lorraine Stephenson. Marten suspiró con horror e incredulidad.

Leyenda: LORRAINE STEPHENSON. MÉDICO. INESTABLE. SUICIDIO.

Entonces llegó la última.

– ¡Oh, Dios mío! ¡No! -gritó Marten al ver aquella cara fornida y conocida, de pelo gris y barba corta y canosa, con los ojos petrificados mirando a la nada.

Leyenda: PETER FADDEN. PERIODISTA, WASHINGTON POST.

PELIGROSO. ASESINADO.


Las voces de los monjes subieron de intensidad y los vieron desfilar hacia el escenario a través de la niebla. Con la cabeza agachada, siempre emitiendo sus cánticos, había al menos cincuenta de ellos, tal vez más. Fuera lo que fuese que cantaban, estaba todo dedicado a Cristina.

El presidente miró a Marten:

– Esta es su Conspiración de Maquiavelo -dijo, con voz sorda y grave.

– Sí, lo sé -bramó Marten con ira-. Exactamente como lo describió Demi. Lo único que parece haber cambiado desde el siglo XVI es la tecnología. El elaborado proceso de registro hecho a mano en un cuaderno custodiado, con una huella de sangre colocada junto a la firma, ha sido sustituido por la foto electrónica y una muestra de ADN. La presencia del participante en el público combinada con el vídeo de la ceremonia. La confirmación de la presencia y de la participación en los hechos. El atuendo formal es un añadido elegante. Significa que todos están encantados de su asistencia.

– No lo comprendo -dijo Hap, desconcertado.

– Esta gente está aquí para presenciar un asesinato ritual.

– ¿Asesinato?

– Van a matar a la chica -dijo el presidente, a media voz.

– ¿Cómo?

– No lo sé.

– ¿Por qué? -Hap se mostraba incrédulo.

– Es una organización muy exclusiva, Hap -los ojos de Marten iban de Hap a los monitores-. Las normas de la admisión exigen no sólo riqueza y poder, sino la complicidad en los asesinatos, de modo que nadie se atreva luego a apartarse del objetivo primordial.

– ¿Cuál es?

– La acumulación de mucho más poder y riqueza.

– Dominar el mundo globalmente y en perpetuidad, creo que sería una explicación más clara -dijo el presidente, pensando en voz alta mientras miraba con mucha atención cada uno de los monitores, juntando la actividad y las caras que veía en las pantallas con lo que Marten le había contado de la secta y con lo que él había aprendido como alumno de Rhodes-. Se trata de una hermandad internacional de gente muy diversa y muy influyente que acostumbra a hacer pactos de toda índole entre ellos. Muchos de ellos, supongo, clandestinos. Es una orden que puede haber estado operativa durante cerca de quinientos años y, como tal, podría haber sido una fuerza mayor en el desarrollo de la historia. Un grupo que, sin mayor interés que su propio beneficio, se posicionó para expandir imperios, apoyando subrepticiamente guerras, asesinatos, movimientos políticos y religiosos e, incluso, como sabemos ahora por la participación de Foxx en todo esto, genocidios.

El presidente desvió la vista de los monitores para mirar a Hap y a Marten.

– La idea de que un solo grupo sea capaz de cosas tan inmensas y abominables y de tan gran alcance y en un período tan extenso de tiempo roza lo imposible, por no decir lo absurdo. Es una afirmación que estaría dispuesto a suscribir si no fuera por la verdad que estamos viendo aquí, en estas pantallas, y por el hecho que esta gente, en especial los que conozco personalmente, son actores principales y fundamentales a nivel global del mundo de la banca, los seguros, el derecho, los transportes, la defensa, la industria de manufacturas, la industria farmacéutica, la energía, los medios de comunicación y la política: los elementos de los que básicamente dependen todas las sociedades del planeta para su funcionamiento diario y cotidiano. Se podría discutir que muchos de estos elementos están enfrentados directamente los unos con los otros, pero tomados en su conjunto, de una manera u otra controlan la mayor parte de las relaciones internacionales.

»Lo que imagino que han hecho este fin de semana, con sus seminarios, el golf, el tenis, las cenas y los cócteles, ha sido decidir la mejor manera de gestionar los negocios el año próximo. En especial, cómo reaccionar ante lo que ocurrirá después de los asesinatos de Varsovia y después de la catástrofe de Oriente Próximo que se producirá una vez se ejecuten los planes de Merriman Foxx. El ritual que está a punto de celebrarse en este escenario los vincula de manera irrevocable a cualquier línea de acción que se haya acordado en sus reuniones. -Volvió a mirar a las pantallas-. Es una de esas grandes teorías de la conspiración que a cualquier politólogo, ensayista, productor de cine u hombre o mujer de la calle le encantaría que existiera. Pues bien, es cierto que existe y probablemente lleva ahí muchos años. La prueba la tenemos aquí, delante de nuestras narices.

Загрузка...