Hotel Grana. Palace, 11.45 h
Jake Lowe, el asesor de Seguridad Nacional, Marshall y Hap Daniels estaban solos en la sala de comunicaciones especiales de la suite de cuatro habitaciones que Lowe y Marshall habían ocupado para instalar su gabinete de crisis central en Barcelona. La puerta estaba cerrada y se encontraban reunidos frente a un monitor de vídeo, esperando a que saliera un alimentador protegido del centro de comunicaciones de la Casa Blanca, en Washington.
– Adelante -dijo Lowe a unos auriculares conectados a una línea de teléfono protegida que había en la mesa adyacente.
Se hizo una pausa breve; luego se iluminó la pantalla y empezó el vídeo de treinta segundos. Un clip que, una vez dada su aprobación, sería mandado a Fox News para su distribución inmediata a las principales cadenas de televisión y de cable de todo el mundo. El vídeo llevaba impresos una fecha y una hora y empezaba a las 14.23 h del día anterior, viernes 7 de abril. Mostraba al presidente Harris, vivo y en plena salud, en el «escondite» al que había sido trasladado después de la amenaza terrorista en Madrid. Se le veía en una sala de reuniones rústica con el asesor de Seguridad Nacional, Marshall, el secretario de Defensa, Terrence Langdon, y el secretario de Estado, David Chaplin. Iban los cuatro en mangas de camisa y tenían cuadernos y botellas de agua delante de ellos, y supuestamente repasaban lo que se informaba que eran las notas y el texto del discurso que el presidente dirigiría a los líderes de la OTAN el lunes en Varsovia.
No se trataba de un viejo vídeo reciclado de otro lugar y fecha; era todo material nuevo, y en un lugar que Hap no había visto nunca.
– ¿Cómo demonios lo habéis hecho? -dijo, al final, cuando la pantalla se quedó en blanco, y miró a Marshall-. Usted está aquí, Langdon en Bruselas, Chaplin en Londres -miró a Lowe- y el Fumigador en un lugar… distinto.
– Le he pedido su opinión -dijo Lowe con frialdad-. ¿Resulta el vídeo creíble desde el punto de vista del Servicio Secreto? ¿Desde el punto de vista de cualquier profesional global de la seguridad que pueda verlo?
– Si alguien lo analiza paso a paso técnicamente, no lo sé. Pero desde donde yo estoy, desde luego, funciona -dijo Hap, sin alterarse-. Hay justo lo suficiente, y de momento nadie debe tener motivos para analizarlo en más detalle, o para creer que es algo distinto de lo que es.
– ¿De momento? -dijo Marshall en voz baja-. ¿Qué quiere usted decir con «de momento»?
– Pues que si el POTUS de pronto aparece en algún lugar, él solo… ¿qué pasa? ¿Cómo lo explicamos entonces?
Lowe lo miró con un silencio gélido y Daniels sintió su rabia, su creciente amargura ante todo aquello. Lowe se volvió de espaldas bruscamente y habló al micro de sus auriculares:
– Distribuyan el vídeo -dijo-. Distribúyanlo ahora.